Sunday, June 18, 2017

Amante y esposa


Estaba a punto de convertirse en la amante de su marido... Cuando Lali Esposito se convenció de que Peter, su millonario marido, tenía una aventura lo abandonó de inmediato. Aunque estaba embarazada de él, no podía vivir bajo el mismo techo que el hombre que le había roto el corazón. Ahora Lali acababa de descubrir que quizá Peter no fuera tan culpable como ella había creído y decidió volver a seducirlo para salvar su matrimonio. Pero Peter no iba a aceptar una sencilla reconciliación. Volvería con ella, pero a su modo... ¡serían amantes!

Saturday, March 19, 2016

capitulo 61

-Anoche fue la primera vez desde las Navidades. Desde entonces, yo lo he intentado todo. Tenía la esperanza de que alguna noche tuvieras deseos de mí y vinieras corriendo a mi habitación -dijo Peter con una sonrisa. -Yo también hubiera querido hacerlo -le dijo Lali-. Pero no estaba segura de ti. Sabía que, de haber podido, no te habrías casado conmigo. Y pensé que, si te daba a entender cuánto me importabas, podrías usarlo en mi contra. Y también estaba furiosa por Crystal. Peter la besó en la frente. -Lali, cuando viniste aquí por primera vez, odiaba la idea de un matrimonio. Pero después de estar contigo durante unas semanas, me di cuenta de que no podía vivir sin ti. Hice todo lo posible por conseguir aquel cuadro que a ti te gustaba tanto y te dejé el camino libre para que le enseñaras a Katy cómo vestirse y cómo eran las fiestas. Te veía cómo jugabas y te reías con nuestra hija y quise unirme a vosotras, pero no sabía cómo Lali le dio un mordisco en el hombro. -Katy y yo podemos enseñarte. -Hice todo lo posible para que yo te importara -le dijo Peter mirándola-. Pero no podía acercarme a ti. Y esa noche, cuando dijiste que no me querías... Lali le puso un dedo en los labios. -Siempre te quise mucho. Te quería desde que tenía quince años. No sé en qué momento el cariño se convirtió en amor. Pero sólo sé una cosa: no podía vivir alejada de ti. -Eso también me pasaba a mí, señora Lanzani, y tampoco me gustaba dormir solo. ¿Dormirás de ahora en adelante conmigo? -Nos encantaría -contestó Lali. -¿Nos encantaría? -preguntó Peter perplejo. -Sí. A tu hijo y a mí. ¿No te has dado cuenta de que Katy está loca de alegría? -Sí, y estoy muy contento -le dijo Peter abrazándola. -¿Crees que estoy sexy? -le preguntó Lali. -¡Oh, Dios, claro que sí! -exclamó Peter sonriendo-. Sólo espero que mis brazos sean lo bastante largos para poder abrazarte cuando lleves más meses de embarazo. Lali se echó a reír. -Tendremos muchas historias que contar a nuestros nietos -murmuró Lali-. Incluso puedo imaginarme sus rostros cuando les cuente cómo me sacaste de Oakgrove y me llevaste a Texas para que me casara contigo. -Si tú haces eso, yo les contaré cómo me sedujiste en el bosque -le dijo Peter. -Eres un chantajista. -Entonces, mantendremos nuestros secretos. Sólo para los dos. Y cuado me haga viejo, te susurraré al oído todos los recuerdos delante de ellos, para que vean cómo te pones colorada. Lali le acarició el rostro. -Te amaré toda mi vida -le dijo Lali. Peter la besó con dulzura. -Y yo te amaré más que a nada en el mundo -dijo Peter sentándose en la cama-. ¿Qué te parece si desayunamos? Iremos a San Antonio, al restaurante que está a orillas del río. -Sólo si me prometes no ponerte de pie y empezar a insultarme -le dijo Lali. -¿Podría yo hacerle eso a una mujer embarazada? -le preguntó Peter mientras se levantaba y la miraba-. Estás preciosa así en la cama. Podría perder la cabeza por ti. Lali se volvió a tumbar y se dio una vuelta en la cama. -¿De veras? ¡Qué emocionante! Túmbate y lo discutiremos. -Eres una bruja -murmuró Peter. Lali le tendió los brazos. -Me siento muy sola en esta cama tan grande. -Tenía que hacer unas llamadas de teléfono para concertar... -Tengo un dolor horrible, cariño. Por favor... Peter se acercó a la cama y se tumbó al lado de Lali. -Al diablo con las llamadas. Yo también tengo un dolor horrible. Lali sonrió. Estaba radiante de felicidad. Por sus venas fluía el fuego líquido del deseo. Deslizó sus manos por la espalda de Peter, sintiendo toda la fuerza de su musculatura. Peter ya no era el hombre tosco y sin modales que ella había conocido. Fin

capitulo 60

Peter la abrazó con más fuerza y comenzó a besarla apasionadamente. -Te necesito -dijo Peter-. Te necesito muchísimo. Empezaron a bromear y a mordisquearse los labios, hasta que Peter la cogió de la cabeza y le dio un beso. Él la apretó contra su cuerpo. A Lali le pareció que se le doblaban las rodillas. -No puedo esperar-le dijo Peter levantándola en brazos-. Lo siento cariño, no puedo esperar ni un segundo más. -De acuerdo. Peter besó sus senos y luego llegó hasta su vientre. La tumbó en la cama y la abrazó. -El bebé -murmuró Peter. -Lo único que tienes que hacer, cariño, es no ser demasiado brusco -susurró Lali deslizando sus manos por su pecho, cintura y caderas-. Sujétame así... de la misma manera que lo hiciste aquel día en el bosque... -¡Lali! -gimió Peter y la besó. -Te amo -murmuró Lali en los labios de Peter-. Te amo. -¿Sabes lo que estás diciendo? -le preguntó Peter mientras la abrazaba y acariciaba su cuerpo. -Sí. Lo sé. Ámame aunque sea sólo un poco, cariño -susurró Lali-. Sólo un poco... no te pido más. Lali empezó a sentir más placer cuando Peter se puso encima de ella. Recordó aquellas veces que estuvieron juntos sintiéndose el uno al otro. -Esta vez será amor -dijo Peter-. Lo mires por donde lo mires. Tú eres mi vida, mi corazón y el mundo entero. El ardor comenzó a flotar en el cuerpo de Lali cómo si fuera fuego y se dio cuenta de toda la verdad que había en esas palabras. -¡Cariño...! -gritó Lali abrazándole. -Muévete conmigo -dijo Peter sin aliento y mordisqueándole los labios-. Sí... así Lali. ¡Oh Dios, Lali... Lali, te amo, te amo...! Peter susurró esas palabras como si fuesen una letanía, y los dos comenzaron a gemir y a quedarse sin aliento. Se fundieron en un solo cuerpo y Lali pareció ver el resplandor de un arco iris. Para Lali, en ese momento, no existía el tiempo. Parecía que ya se habían relajado cuando volvió a surgir de nuevo la pasión. Peter volvió a abrazarla, pero esta vez parecía que el contacto era más íntimo. Los besos eran más largos y más profundos. Peter le enseñó a Lali cosas que le hicieron gritar de placer. Lali se alegró de ver el placer que era capaz de proporcionarle. Peter llegó hasta tal punto, que ya no fue capaz de controlarse. Estaba temblando y le dio el placer y satisfacción que Lali le estaba pidiendo. Por fin, agotados, se arroparon y se quedaron dormidos, uno en brazos del otro. Peter despertó a Lali cuando los primeros rayos del sol empezaron a filtrarse a través de la ventana. Volvieron a hacer el amor mientras se oía el canto de los pájaros. Fue, incluso, mucho mejor que cuando lo hicieron por la noche. -Y yo que pensé que me gustaba quedarme soltero... -le murmuró Peter mientras le acariciaba el pelo. Lali se inclinó y le dio besos por todo el pecho. -De ahora en adelante, me aseguraré de que no te arrepientas de haberte casado conmigo. Lali le acarició el rostro.

capitulo 59

Los muebles de la habitación eran oscuros y con unos accesorios en color crema y marrón. La cama era enorme. Lali se sonrojó al mirarla porque sería de gran importancia para el resto de la noche. Lali se puso una bata de raso azul y fue hacia el cuarto de baño. Peter estaba en la ducha, terminándose de aclarar el pelo. Lali se sentó en un taburete que había al lado de la puerta y se quedó mirando a través de las cortinas. Se entreveía su piel morena y el pelo oscuro de su pecho, estómago y muslos. Unos segundos más tarde Peter cerró el grifo y descorrió las cortinas. Se quedó completamente helado al ver a Lali allí sentada. Lali le sonrió e intentó no echarse atrás. ___ -Hola. -Hola ----musitó Peter mientras cogía una toalla. -¿No te habrás azorado? -le preguntó Lali mientras le examinaba de arriba abajo. -No -dijo Peter-. Contigo no. Ella sabía que Peter estaba pensando en sus cicatrices. Era una de sus pequeñas inseguridades que él trataba de ocultar bajo esa coraza de orgullo y arrogancia. Lali se levantó del taburete, se acercó a Peter y le abrazó. -Peter... -murmur Lali un poco nerviosa. Peter la abrazó y se quitó la toalla. -Has llevado todo esto un poco lejos -susurró Peter-. No quiero que cojas frío en los pies. -Esta noche quiero hacer el amor contigo -le susurró Lali al oído-. Una vez me dijiste que cuando estuviera preparada viniera a buscarte. -¿Me estás seduciendo? -le preguntó Peter. -Bueno, más o menos -admitió Lali-. Tú tendrás que guiarme. En realidad, esto no es un hábito para mí. -Estás perdiendo el tiempo hablando. Lali le miró, pero tuvo que apartar enseguida la mirada. Peter sonrió al ver que se sonrojaba. -Todo esto fue idea tuya. Quítate la bata. -Pero todavía no he terminado de hablar -dijo Lali. -Siempre tuve ganas de que me secara una mujer embarazada desnuda -dijo Peter-. Si a mí no me da vergüenza enseñar mis defectos, ¿por qué habría de darte vergüenza a ti enseñar tu cuerpo? -Tú no tienes defectos -le contestó Lali-. Yo te quiero como eres, y esas cicatrices son una señal de valor. Cuando te conozca mejor, te las besaré de una en una. Peter sonrió. -¿Cuando me conozcas mejor? -Bueno, tendremos que dormir varias veces juntos -dijo Lali-. Prácticamente somos unos extraños. -Nos conoceremos más deprisa si te quitas esa maldita bata. -Tú nunca te hubieras atrevido si yo no llego a venir -dijo Lali. -¿Eso crees? Lali se desabrochó el cinturón de la bata, la dejó caer al suelo y le permitió a Peter que la mirara. Peter lo hizo y su corazón comenzó a palpitar con fuerza. Lali deslizó sus manos por la cintura de Peter y continuó hasta la cabeza. Sus cuerpos se juntaron y Peter gimió con placer. -¡Peter! -le susurró Lali al oído.

capitulo 58

-Ahora estoy arrepentido. Quise que Crystal se quedara más tiempo aquí para que su amigo francés la echara de menos y viniera a buscarla. Y también para que tú te sintieras celosa. Si me hubiese imaginado lo que iba a ocurrir no lo habría hecho. Si tú te hubieses hecho daño o hubieses perdido al niño, no hubiera podido seguir viviendo. -Y tú no sabías que yo me pondría así por un beso inocente -le dijo Lali. -Exactamente. Ella estaba muy nerviosa porque se iba a reconciliar con el hombre al que quería. Ahora me arrepiento de haberle dejado que me besara-le dijo Peter acariciándole el rostro-. Y era ella quien me estaba besando... y no al contrario. Yo sólo te quiero a ti. El rostro de Lali sé iluminó ante esa observación. La mirada de Peter estaba llena de ternura y no hacía falta decir ni una sola palabra para saber lo que los dos estaban sintiendo. Peter le acarició el vientre y deslizó la mano hasta llegar a su pecho. El cuerpo de Lali ya ardía de pasión cuando él se acercó para besarla. En ese momento entró el doctor Barnes y se sentó en una silla para hablar del bebé. Ignorando el agradecimiento de los padres les dio el nombre de un buen tocólogo y felicitó a Peter. Se acercó a Lali y le dio unas vitaminas para que se las tomara durante el embarazo. -A partir de ahora tiene que comer correctamente -dijo el doctor Barnes-. Está un poco delgada. -Comerá aunque tenga que forzarla -dijo Peter. Lali le miró y el doctor Barnes sonrió. -Así me gusta -le dijo el médico-. Tiene que ponerse en contacto con este tocólogo para concertar una cita. El cuidado prenatal es muy importante. A propósito, si les interesa asistir a un cursillo sobre la gestación y el parto, en el hospital se dan clases. El tocólogo les podrá hablar más acerca de eso de todas formas. -Me gustaría asistir -dijo Lali. -Y a mí también -murmuró Peter-. Iremos juntos. Lali tuvo que apartar su mirada de Peter debido al placer que le produjeron esas palabras. El doctor se marchó. El resto de la mañana pasó tan rápidamente, que cuando Lali se quiso dar cuenta, Peter ya la había llevado a casa. Lali se sintió diferente cuando llegó a su casa y Katy comenzó a abrazarla. Peter estuvo faroleando como un padre orgulloso. Todo el tiempo estuvo pendiente de Lali por si quería algo. Y por si fuera poco, cuando Lali, Katy y Aggie se disponían a ir a misa el domingo, se encontraron con que Peter las estaba esperando. -¿Vas a venir con nosotras a la iglesia? -preguntó Lali. -¿Es que es extraño que un hombre vaya con su familia a la iglesia? -No, desde luego que no -dijo Lali. -Entonces, date prisa y no nos hagas llegar tarde -le dijo Peter a Lali. Cuando llegaron a la iglesia, el ministro metodista se quedó sorprendido cuando vio a Peter sentarse en un banco con su familia. Pero en seguida se repuso y sonrió. Lali, teniendo a su marido al lado, era la mujer más feliz del mundo. Fue algo muy especial que Peter se dirigiera de buena gana a la casa de Dios. El hombre tan frío con el que ella se había casado hacía unos cuantos meses, era ahora completamente diferente. Peter se esforzó por cantar. Parecía como si no lo hubiese hecho desde hacía mucho tiempo, pero a Lali le pareció que lo hacía muy bien. Le miró y se sonrieron. Esa sonrisa fue suficiente para que ella entendiera lo que quería decir. Esa noche, Lali metió a Katy en la cama y no se quedó mucho tiempo con ella, como solía hacerlo. Le dijo que le dolía mucho la cabeza y con eso se excusó. Pero aquello era una mentira. En esa ocasión, Peter estaba primero. Lali oyó el grifo del agua antes de pasar a la habitación de Peter y tuvo que armarse de valor para entrar. Pasó y cerró la puerta.

capitulo 57

Peter cogió la mano de Lali, la llevó a sus labios y cerró los ojos mientras la besaba. -Cállate, por favor -le dijo Peter-. ¡Dios mío! Cuando te vi en el suelo, me dieron ganas de pegarme un tiro en la cabeza. -No fue culpa tuya -dijo Lali. -Claro que sí. Peter volvió a besar la palma de su mano y se apartó de la cama. Se acercó a la ventana y subió más la persiana. -El doctor me dijo que hoy podrías irte a casa. -Me encantaría. -Si te sientes con ganas, vale -le dijo Peter-. Pero no quiero que corras ningún riesgo. -Estoy muy bien. Peter se apartó de la ventana y se acercó a la cama. -Lali... -dijo un poco vacilante-. Aggie me dijo que últimamente no desayunabas. Lali le miró y se puso un poco nerviosa. -¿Eso te dijo? Peter se sentó al lado de Lali, agarró su mano y tocó el anillo. Peter deslizó su mano por el vientre de Lali y lo estuvo acariciando. -¿Vas a tener un hijo, cariño? -le preguntó Peter. Esa pregunta hizo que Lali se sonrojara. Se quedó vacilante durante unos segundos y le miró a los ojos. -Sí. Voy a tener un hijo. Peter observó su cuerpo y el nuevo contorno de su cintura y estómago y sonrió. Pero cuando la miró, esa sonrisa desapareció por completo. -¿Por qué no me lo dijiste? -le preguntó Peter. -Tenía miedo -contestó Lali temblorosa. -¿De mí? -¡No! -contestó Lali bajando la mirada-. Tenía miedo de atarte más de lo que estabas. Pensé... que querías a Crystal. -Y yo pensaba que tú no me querías. Incluso me lo dijiste. -Porque no estaba segura de ti. Nunca lo he estado. Eres muy tuyo. Nunca supe lo que pensabas ni lo que sentías. -Pues ya somos dos. ¿No te has dado cuenta que te volví a poner el anillo? -Sí. Gracias. No quise decir ni la mitad de lo que dije últimamente he estado muy nerviosa. Peter le soltó la mano y volvió a pasársela por el vientre. -¿Se mueve ya? -preguntó Peter. -Es demasiado pronto -le contestó Lali con una sonrisa-. ¿De veras que no te importa? -No. Desde el primer momento te dije que me gustaría tener un hijo contigo. -Hiciste algunas observaciones muy horribles acerca de este tema -le recordó Lali. -Fue en defensa propia, Lali. Una vez te dije que me hacías perder el control. Establecí un muro entre el mundo y yo, y tú llegaste y lo derribaste. En aquel momento no lo entendí. Por lo tanto, tuve que luchar con las armas que tenía. -¿Y ahora?

capitulo 56

-Sí -contestó Lali. Crystal estrechó su mano. -Dale una oportunidad. Él tampoco lo ha tenido fácil -dijo Crystal. -Se toma muy en serio sus responsabilidades. -Tú eres más que eso para él, querida. Si tú le hubieras visto como le vi yo, te hubieras dado cuenta. Ahora tienes que descansar. Me quedaré aquí sentada y me tomaré el refresco. Por la mañana ya estarás mejor, ¿de acuerdo? -De acuerdo -dijo Lali sonriendo a su hermanastra y trató de dormir un poco para descansar. Cuando volvió a abrir los ojos, el doctor estaba allí y Crystal le tiraba un beso desde la puerta. -Me siento como si fuera Santa Claus -le dijo el doctor Barnes a Lali-. ¿Qué prefiere, niño o niña? -¿Estoy de verdad embarazada? -preguntó Lali. -Sí -contestó el doctor-: No son malas noticias, ¿eh? -¡Caray! -exclamó Lali llevándose las manos a su estómago. -No hace falta que sigamos hablando esta noche, con su expresión se explica todo -murmuró el doctor-. El niño está bien. Y usted también. Creo que mañana podrá marcharse. Que duerma bien. Bess se limitó a sonreír. «Qué secreto tan maravilloso», pensó. Cerró los ojos y empezó a soñar con ello. El resplandor del sol entró por la ventana y despertó a Lali. Sintió que tenía todo el cuerpo magullado y dolorido. Abrió los ojos y vio a Peter sentado en una silla al lado de la cama. Sus ojos parecían estar inyectados de sangre mientras la miraba. Estaba despeinado y llevaba muy arrugados la camisa y el pantalón. La camisa la tenía desabrochada hasta medio pecho y dejaba ver su piel bronceada. Lali recordó con placer las veces que había estado cerca de él. -¿Peter? -murmuró Lali. Peter se incorporó y la miró. -¿Cómo estás? -le preguntó. -Un poco magullada. ¿Dónde está Crystal? -De camino a París. Me ha dicho que te llamará por teléfono esta noche. -¡Oh! Qué alegría. -Me ha dicho que hablaste con ella anoche. -Crystal me contó por qué te estaba besando. Me arrepiento de todas las acusaciones que hice.