Saturday, March 19, 2016

capitulo 61

-Anoche fue la primera vez desde las Navidades. Desde entonces, yo lo he intentado todo. Tenía la esperanza de que alguna noche tuvieras deseos de mí y vinieras corriendo a mi habitación -dijo Peter con una sonrisa. -Yo también hubiera querido hacerlo -le dijo Lali-. Pero no estaba segura de ti. Sabía que, de haber podido, no te habrías casado conmigo. Y pensé que, si te daba a entender cuánto me importabas, podrías usarlo en mi contra. Y también estaba furiosa por Crystal. Peter la besó en la frente. -Lali, cuando viniste aquí por primera vez, odiaba la idea de un matrimonio. Pero después de estar contigo durante unas semanas, me di cuenta de que no podía vivir sin ti. Hice todo lo posible por conseguir aquel cuadro que a ti te gustaba tanto y te dejé el camino libre para que le enseñaras a Katy cómo vestirse y cómo eran las fiestas. Te veía cómo jugabas y te reías con nuestra hija y quise unirme a vosotras, pero no sabía cómo Lali le dio un mordisco en el hombro. -Katy y yo podemos enseñarte. -Hice todo lo posible para que yo te importara -le dijo Peter mirándola-. Pero no podía acercarme a ti. Y esa noche, cuando dijiste que no me querías... Lali le puso un dedo en los labios. -Siempre te quise mucho. Te quería desde que tenía quince años. No sé en qué momento el cariño se convirtió en amor. Pero sólo sé una cosa: no podía vivir alejada de ti. -Eso también me pasaba a mí, señora Lanzani, y tampoco me gustaba dormir solo. ¿Dormirás de ahora en adelante conmigo? -Nos encantaría -contestó Lali. -¿Nos encantaría? -preguntó Peter perplejo. -Sí. A tu hijo y a mí. ¿No te has dado cuenta de que Katy está loca de alegría? -Sí, y estoy muy contento -le dijo Peter abrazándola. -¿Crees que estoy sexy? -le preguntó Lali. -¡Oh, Dios, claro que sí! -exclamó Peter sonriendo-. Sólo espero que mis brazos sean lo bastante largos para poder abrazarte cuando lleves más meses de embarazo. Lali se echó a reír. -Tendremos muchas historias que contar a nuestros nietos -murmuró Lali-. Incluso puedo imaginarme sus rostros cuando les cuente cómo me sacaste de Oakgrove y me llevaste a Texas para que me casara contigo. -Si tú haces eso, yo les contaré cómo me sedujiste en el bosque -le dijo Peter. -Eres un chantajista. -Entonces, mantendremos nuestros secretos. Sólo para los dos. Y cuado me haga viejo, te susurraré al oído todos los recuerdos delante de ellos, para que vean cómo te pones colorada. Lali le acarició el rostro. -Te amaré toda mi vida -le dijo Lali. Peter la besó con dulzura. -Y yo te amaré más que a nada en el mundo -dijo Peter sentándose en la cama-. ¿Qué te parece si desayunamos? Iremos a San Antonio, al restaurante que está a orillas del río. -Sólo si me prometes no ponerte de pie y empezar a insultarme -le dijo Lali. -¿Podría yo hacerle eso a una mujer embarazada? -le preguntó Peter mientras se levantaba y la miraba-. Estás preciosa así en la cama. Podría perder la cabeza por ti. Lali se volvió a tumbar y se dio una vuelta en la cama. -¿De veras? ¡Qué emocionante! Túmbate y lo discutiremos. -Eres una bruja -murmuró Peter. Lali le tendió los brazos. -Me siento muy sola en esta cama tan grande. -Tenía que hacer unas llamadas de teléfono para concertar... -Tengo un dolor horrible, cariño. Por favor... Peter se acercó a la cama y se tumbó al lado de Lali. -Al diablo con las llamadas. Yo también tengo un dolor horrible. Lali sonrió. Estaba radiante de felicidad. Por sus venas fluía el fuego líquido del deseo. Deslizó sus manos por la espalda de Peter, sintiendo toda la fuerza de su musculatura. Peter ya no era el hombre tosco y sin modales que ella había conocido. Fin

capitulo 60

Peter la abrazó con más fuerza y comenzó a besarla apasionadamente. -Te necesito -dijo Peter-. Te necesito muchísimo. Empezaron a bromear y a mordisquearse los labios, hasta que Peter la cogió de la cabeza y le dio un beso. Él la apretó contra su cuerpo. A Lali le pareció que se le doblaban las rodillas. -No puedo esperar-le dijo Peter levantándola en brazos-. Lo siento cariño, no puedo esperar ni un segundo más. -De acuerdo. Peter besó sus senos y luego llegó hasta su vientre. La tumbó en la cama y la abrazó. -El bebé -murmuró Peter. -Lo único que tienes que hacer, cariño, es no ser demasiado brusco -susurró Lali deslizando sus manos por su pecho, cintura y caderas-. Sujétame así... de la misma manera que lo hiciste aquel día en el bosque... -¡Lali! -gimió Peter y la besó. -Te amo -murmuró Lali en los labios de Peter-. Te amo. -¿Sabes lo que estás diciendo? -le preguntó Peter mientras la abrazaba y acariciaba su cuerpo. -Sí. Lo sé. Ámame aunque sea sólo un poco, cariño -susurró Lali-. Sólo un poco... no te pido más. Lali empezó a sentir más placer cuando Peter se puso encima de ella. Recordó aquellas veces que estuvieron juntos sintiéndose el uno al otro. -Esta vez será amor -dijo Peter-. Lo mires por donde lo mires. Tú eres mi vida, mi corazón y el mundo entero. El ardor comenzó a flotar en el cuerpo de Lali cómo si fuera fuego y se dio cuenta de toda la verdad que había en esas palabras. -¡Cariño...! -gritó Lali abrazándole. -Muévete conmigo -dijo Peter sin aliento y mordisqueándole los labios-. Sí... así Lali. ¡Oh Dios, Lali... Lali, te amo, te amo...! Peter susurró esas palabras como si fuesen una letanía, y los dos comenzaron a gemir y a quedarse sin aliento. Se fundieron en un solo cuerpo y Lali pareció ver el resplandor de un arco iris. Para Lali, en ese momento, no existía el tiempo. Parecía que ya se habían relajado cuando volvió a surgir de nuevo la pasión. Peter volvió a abrazarla, pero esta vez parecía que el contacto era más íntimo. Los besos eran más largos y más profundos. Peter le enseñó a Lali cosas que le hicieron gritar de placer. Lali se alegró de ver el placer que era capaz de proporcionarle. Peter llegó hasta tal punto, que ya no fue capaz de controlarse. Estaba temblando y le dio el placer y satisfacción que Lali le estaba pidiendo. Por fin, agotados, se arroparon y se quedaron dormidos, uno en brazos del otro. Peter despertó a Lali cuando los primeros rayos del sol empezaron a filtrarse a través de la ventana. Volvieron a hacer el amor mientras se oía el canto de los pájaros. Fue, incluso, mucho mejor que cuando lo hicieron por la noche. -Y yo que pensé que me gustaba quedarme soltero... -le murmuró Peter mientras le acariciaba el pelo. Lali se inclinó y le dio besos por todo el pecho. -De ahora en adelante, me aseguraré de que no te arrepientas de haberte casado conmigo. Lali le acarició el rostro.

capitulo 59

Los muebles de la habitación eran oscuros y con unos accesorios en color crema y marrón. La cama era enorme. Lali se sonrojó al mirarla porque sería de gran importancia para el resto de la noche. Lali se puso una bata de raso azul y fue hacia el cuarto de baño. Peter estaba en la ducha, terminándose de aclarar el pelo. Lali se sentó en un taburete que había al lado de la puerta y se quedó mirando a través de las cortinas. Se entreveía su piel morena y el pelo oscuro de su pecho, estómago y muslos. Unos segundos más tarde Peter cerró el grifo y descorrió las cortinas. Se quedó completamente helado al ver a Lali allí sentada. Lali le sonrió e intentó no echarse atrás. ___ -Hola. -Hola ----musitó Peter mientras cogía una toalla. -¿No te habrás azorado? -le preguntó Lali mientras le examinaba de arriba abajo. -No -dijo Peter-. Contigo no. Ella sabía que Peter estaba pensando en sus cicatrices. Era una de sus pequeñas inseguridades que él trataba de ocultar bajo esa coraza de orgullo y arrogancia. Lali se levantó del taburete, se acercó a Peter y le abrazó. -Peter... -murmur Lali un poco nerviosa. Peter la abrazó y se quitó la toalla. -Has llevado todo esto un poco lejos -susurró Peter-. No quiero que cojas frío en los pies. -Esta noche quiero hacer el amor contigo -le susurró Lali al oído-. Una vez me dijiste que cuando estuviera preparada viniera a buscarte. -¿Me estás seduciendo? -le preguntó Peter. -Bueno, más o menos -admitió Lali-. Tú tendrás que guiarme. En realidad, esto no es un hábito para mí. -Estás perdiendo el tiempo hablando. Lali le miró, pero tuvo que apartar enseguida la mirada. Peter sonrió al ver que se sonrojaba. -Todo esto fue idea tuya. Quítate la bata. -Pero todavía no he terminado de hablar -dijo Lali. -Siempre tuve ganas de que me secara una mujer embarazada desnuda -dijo Peter-. Si a mí no me da vergüenza enseñar mis defectos, ¿por qué habría de darte vergüenza a ti enseñar tu cuerpo? -Tú no tienes defectos -le contestó Lali-. Yo te quiero como eres, y esas cicatrices son una señal de valor. Cuando te conozca mejor, te las besaré de una en una. Peter sonrió. -¿Cuando me conozcas mejor? -Bueno, tendremos que dormir varias veces juntos -dijo Lali-. Prácticamente somos unos extraños. -Nos conoceremos más deprisa si te quitas esa maldita bata. -Tú nunca te hubieras atrevido si yo no llego a venir -dijo Lali. -¿Eso crees? Lali se desabrochó el cinturón de la bata, la dejó caer al suelo y le permitió a Peter que la mirara. Peter lo hizo y su corazón comenzó a palpitar con fuerza. Lali deslizó sus manos por la cintura de Peter y continuó hasta la cabeza. Sus cuerpos se juntaron y Peter gimió con placer. -¡Peter! -le susurró Lali al oído.

capitulo 58

-Ahora estoy arrepentido. Quise que Crystal se quedara más tiempo aquí para que su amigo francés la echara de menos y viniera a buscarla. Y también para que tú te sintieras celosa. Si me hubiese imaginado lo que iba a ocurrir no lo habría hecho. Si tú te hubieses hecho daño o hubieses perdido al niño, no hubiera podido seguir viviendo. -Y tú no sabías que yo me pondría así por un beso inocente -le dijo Lali. -Exactamente. Ella estaba muy nerviosa porque se iba a reconciliar con el hombre al que quería. Ahora me arrepiento de haberle dejado que me besara-le dijo Peter acariciándole el rostro-. Y era ella quien me estaba besando... y no al contrario. Yo sólo te quiero a ti. El rostro de Lali sé iluminó ante esa observación. La mirada de Peter estaba llena de ternura y no hacía falta decir ni una sola palabra para saber lo que los dos estaban sintiendo. Peter le acarició el vientre y deslizó la mano hasta llegar a su pecho. El cuerpo de Lali ya ardía de pasión cuando él se acercó para besarla. En ese momento entró el doctor Barnes y se sentó en una silla para hablar del bebé. Ignorando el agradecimiento de los padres les dio el nombre de un buen tocólogo y felicitó a Peter. Se acercó a Lali y le dio unas vitaminas para que se las tomara durante el embarazo. -A partir de ahora tiene que comer correctamente -dijo el doctor Barnes-. Está un poco delgada. -Comerá aunque tenga que forzarla -dijo Peter. Lali le miró y el doctor Barnes sonrió. -Así me gusta -le dijo el médico-. Tiene que ponerse en contacto con este tocólogo para concertar una cita. El cuidado prenatal es muy importante. A propósito, si les interesa asistir a un cursillo sobre la gestación y el parto, en el hospital se dan clases. El tocólogo les podrá hablar más acerca de eso de todas formas. -Me gustaría asistir -dijo Lali. -Y a mí también -murmuró Peter-. Iremos juntos. Lali tuvo que apartar su mirada de Peter debido al placer que le produjeron esas palabras. El doctor se marchó. El resto de la mañana pasó tan rápidamente, que cuando Lali se quiso dar cuenta, Peter ya la había llevado a casa. Lali se sintió diferente cuando llegó a su casa y Katy comenzó a abrazarla. Peter estuvo faroleando como un padre orgulloso. Todo el tiempo estuvo pendiente de Lali por si quería algo. Y por si fuera poco, cuando Lali, Katy y Aggie se disponían a ir a misa el domingo, se encontraron con que Peter las estaba esperando. -¿Vas a venir con nosotras a la iglesia? -preguntó Lali. -¿Es que es extraño que un hombre vaya con su familia a la iglesia? -No, desde luego que no -dijo Lali. -Entonces, date prisa y no nos hagas llegar tarde -le dijo Peter a Lali. Cuando llegaron a la iglesia, el ministro metodista se quedó sorprendido cuando vio a Peter sentarse en un banco con su familia. Pero en seguida se repuso y sonrió. Lali, teniendo a su marido al lado, era la mujer más feliz del mundo. Fue algo muy especial que Peter se dirigiera de buena gana a la casa de Dios. El hombre tan frío con el que ella se había casado hacía unos cuantos meses, era ahora completamente diferente. Peter se esforzó por cantar. Parecía como si no lo hubiese hecho desde hacía mucho tiempo, pero a Lali le pareció que lo hacía muy bien. Le miró y se sonrieron. Esa sonrisa fue suficiente para que ella entendiera lo que quería decir. Esa noche, Lali metió a Katy en la cama y no se quedó mucho tiempo con ella, como solía hacerlo. Le dijo que le dolía mucho la cabeza y con eso se excusó. Pero aquello era una mentira. En esa ocasión, Peter estaba primero. Lali oyó el grifo del agua antes de pasar a la habitación de Peter y tuvo que armarse de valor para entrar. Pasó y cerró la puerta.

capitulo 57

Peter cogió la mano de Lali, la llevó a sus labios y cerró los ojos mientras la besaba. -Cállate, por favor -le dijo Peter-. ¡Dios mío! Cuando te vi en el suelo, me dieron ganas de pegarme un tiro en la cabeza. -No fue culpa tuya -dijo Lali. -Claro que sí. Peter volvió a besar la palma de su mano y se apartó de la cama. Se acercó a la ventana y subió más la persiana. -El doctor me dijo que hoy podrías irte a casa. -Me encantaría. -Si te sientes con ganas, vale -le dijo Peter-. Pero no quiero que corras ningún riesgo. -Estoy muy bien. Peter se apartó de la ventana y se acercó a la cama. -Lali... -dijo un poco vacilante-. Aggie me dijo que últimamente no desayunabas. Lali le miró y se puso un poco nerviosa. -¿Eso te dijo? Peter se sentó al lado de Lali, agarró su mano y tocó el anillo. Peter deslizó su mano por el vientre de Lali y lo estuvo acariciando. -¿Vas a tener un hijo, cariño? -le preguntó Peter. Esa pregunta hizo que Lali se sonrojara. Se quedó vacilante durante unos segundos y le miró a los ojos. -Sí. Voy a tener un hijo. Peter observó su cuerpo y el nuevo contorno de su cintura y estómago y sonrió. Pero cuando la miró, esa sonrisa desapareció por completo. -¿Por qué no me lo dijiste? -le preguntó Peter. -Tenía miedo -contestó Lali temblorosa. -¿De mí? -¡No! -contestó Lali bajando la mirada-. Tenía miedo de atarte más de lo que estabas. Pensé... que querías a Crystal. -Y yo pensaba que tú no me querías. Incluso me lo dijiste. -Porque no estaba segura de ti. Nunca lo he estado. Eres muy tuyo. Nunca supe lo que pensabas ni lo que sentías. -Pues ya somos dos. ¿No te has dado cuenta que te volví a poner el anillo? -Sí. Gracias. No quise decir ni la mitad de lo que dije últimamente he estado muy nerviosa. Peter le soltó la mano y volvió a pasársela por el vientre. -¿Se mueve ya? -preguntó Peter. -Es demasiado pronto -le contestó Lali con una sonrisa-. ¿De veras que no te importa? -No. Desde el primer momento te dije que me gustaría tener un hijo contigo. -Hiciste algunas observaciones muy horribles acerca de este tema -le recordó Lali. -Fue en defensa propia, Lali. Una vez te dije que me hacías perder el control. Establecí un muro entre el mundo y yo, y tú llegaste y lo derribaste. En aquel momento no lo entendí. Por lo tanto, tuve que luchar con las armas que tenía. -¿Y ahora?

capitulo 56

-Sí -contestó Lali. Crystal estrechó su mano. -Dale una oportunidad. Él tampoco lo ha tenido fácil -dijo Crystal. -Se toma muy en serio sus responsabilidades. -Tú eres más que eso para él, querida. Si tú le hubieras visto como le vi yo, te hubieras dado cuenta. Ahora tienes que descansar. Me quedaré aquí sentada y me tomaré el refresco. Por la mañana ya estarás mejor, ¿de acuerdo? -De acuerdo -dijo Lali sonriendo a su hermanastra y trató de dormir un poco para descansar. Cuando volvió a abrir los ojos, el doctor estaba allí y Crystal le tiraba un beso desde la puerta. -Me siento como si fuera Santa Claus -le dijo el doctor Barnes a Lali-. ¿Qué prefiere, niño o niña? -¿Estoy de verdad embarazada? -preguntó Lali. -Sí -contestó el doctor-: No son malas noticias, ¿eh? -¡Caray! -exclamó Lali llevándose las manos a su estómago. -No hace falta que sigamos hablando esta noche, con su expresión se explica todo -murmuró el doctor-. El niño está bien. Y usted también. Creo que mañana podrá marcharse. Que duerma bien. Bess se limitó a sonreír. «Qué secreto tan maravilloso», pensó. Cerró los ojos y empezó a soñar con ello. El resplandor del sol entró por la ventana y despertó a Lali. Sintió que tenía todo el cuerpo magullado y dolorido. Abrió los ojos y vio a Peter sentado en una silla al lado de la cama. Sus ojos parecían estar inyectados de sangre mientras la miraba. Estaba despeinado y llevaba muy arrugados la camisa y el pantalón. La camisa la tenía desabrochada hasta medio pecho y dejaba ver su piel bronceada. Lali recordó con placer las veces que había estado cerca de él. -¿Peter? -murmuró Lali. Peter se incorporó y la miró. -¿Cómo estás? -le preguntó. -Un poco magullada. ¿Dónde está Crystal? -De camino a París. Me ha dicho que te llamará por teléfono esta noche. -¡Oh! Qué alegría. -Me ha dicho que hablaste con ella anoche. -Crystal me contó por qué te estaba besando. Me arrepiento de todas las acusaciones que hice.

Thursday, March 17, 2016

capitulo 55

-Crystal se interrumpió y la cogió de la mano-. Tú no nos permitiste que nos acercáramos lo suficiente a ti como para hacerte daño. Y creo que lo entiendo. Algunas veces me he portado muy mal contigo, ¿verdad? Yo sabía que tú no querías que estuviese aquí, pero me dije a mí misma que si me ponía un poco dura, sería capaz de llegar a ti. Sólo quería a alguien con quien hablar. -No tenía a nadie, tan sólo a ti. -¿Por qué no me lo dijiste? -1e preguntó Lali. -No sabía cómo hacerlo. Todo me parecía muy confuso, Lali. Me río, bromeo y finjo ser superior. Pero a veces intento dejar de actuar e intentar ser yo misma. Especialmente con la gente que me importa. -¿Como Jacques? Crystal sonrió. -Mira, él pensó que yo era una coqueta que no tenía sentimientos. Vine aquí muy dolorida, pero lo oculté tan bien, que nadie se dio cuenta. Tan sólo Peter. Supongo que a él le pasaba lo mismo y por eso se dio cuenta. Lali cerró los ojos. No podía soportarlo. -Por favor, no me odies -le dijo Crystal-. Solamente se lo estaba agradeciendo. No podría lastimarte por nada del mundo. Lali alargó el brazo y agarró la mano de Crystal. -Lo siento, no lo entendí -dijo Lali-. Me arrepiento de todas las cosas que te dije... -Tenías toda la razón -le contestó Crystal con una sonrisa-. ¡Qué temperamento tienes! -No sabía que lo tenía, hasta que Peter comenzó a atormentarme. -Pobre hombre -murmuró Crystal-. Hoy ha pagado por todos los pecados, incluso los que no había cometido. -¿Está aquí? -preguntó Lali a su hermanastra. -Lleva todo el día. Hace unos minutos le dije que fuera a comer algo. Está muy trastornado por lo ocurrido. Se siente responsable. -Bueno, Peter se puede ir a casa y... -¿Y hacer qué? -le preguntó Crystal-.Lali, ese hombre te quiere. Nunca he visto a un hombre que sufriera tanto como él. Cuando te caíste por la escalera, yo tuve que ir a llamar a una ambulancia porque él no te quería dejar sola. Y cuando la ambulancia llegó, los hombres tuvieron que apartar a Peter porque no quería separarse de ti. Estaba muy asustado. Gracias a Dios que Katy no estaba en casa cuando ocurrió. -¡Katy! -exclamó Lali intentando sentarse en la cama, pero Crystal no la dejó-. Pobre Katy, ¿la has llamado? -Hace unas horas. Aggie y ella están en casa. -Me siento como una tonta. Y todo esto, porque yo sentía celos y no podía admitirlo. ¿Me perdonas? -Si tú me perdonas a mí. Oh, Lali, ¿no sabes que yo nunca sería capaz de competir contigo? Eres tan dulce y tan atenta que todo el mundo te quiere. Eres cariñosa y generosa y tienes una confianza en ti misma y una elegancia, que yo nunca tendría ni en millones de años. La belleza se marchita, pero el carácter nunca. Lali tendió los brazos y abrazó a su hermanastra llorando. -¿De verdad que estás bien? -le preguntó Crystal. -Sí. Tan sólo un poco magullada y con algunos cardenales. Pero enseguida me pondré bien. -Menos mal, porque por la mañana tengo que coger un avión para Francia, antes de que él cambie de opinión en cuanto al anillo de compromiso que me prometió. ¿No te importa? -No, si puedo ir a la boda -contest Lali con una sonrisa. -La primera invitación será para ti. Peter te llevará.

capitulo 54

-Hola -dijo el señor mientras volvía a mirarle los ojos con ese aparato-. Bueno, parece que no ha sido nada. Ha tenido suerte. Lali echó un vistazo a toda la habitación. Estaba casi vacía, tan sólo había una enfermera al fondo. -¿El niño? -murmur Lali al recordar lo que le había ocurrido-. ¿Qué ha pasado con mi hijo? El médico frunció el ceño. -¿Es que está embarazada? -Sí, creo que sí -contestó Lali, y le contó los síntomas que tenía. El médico la examinó con mucho cuidado y pidió que se le hicieran pruebas. -Debería pasar aquí toda la noche -le dijo el médico-. No creo que haya sufrido ningún daño, pero tendré que asegurarme. No se preocupe. La atenderé muy bien. -Doctor, por favor, si están ahí fuera mi marido y mi familia, no les diga todavía nada del bebé. -No quiere que le robemos su secreto, ¿eh? De acuerdo. Pero si no les dejo pasar aquí, tendré que tener un palo ahí afuera, para poderme proteger. Su marido, desde que la trajo, ha estado haciendo preguntas a todo el mundo que salía de la habitación. Le diré que pase. Lali no quería hablar con Peter. Estaba demasiado débil para discutir con él. Y tampoco sería capaz de dar ninguna explicación. Lali cerró los ojos. Cuando los abrió, se encontró a Peter delante de ella, con una mirada que la asustaba. -¿Cómo te encuentras? Lali se humedeció los labios e intentó respirar profundamente. -Estoy algo entumecida -murmuró. Peter alargó el brazo y la cogió de la mano. Él esperaba que Lali la apartara, pero no fue así, y ella se dio cuenta de que llevaba el anillo puesto otra vez. -El médico ha dicho que no tienes nada. ¿Por qué te tienen aquí? -le preguntó Peter a Lali. -Sólo... para hacerme algunas pruebas -dijo Lali-. Estoy muy bien. Peter entrelazó sus dedos con los de Lali. -¡Oh, Dios mío... cariño...! -exclamó Peter cerrando los ojos-. ¡Lali...! Peter parecía estar aterrado. Lali intentó soltarle la mano, porque quería enderezarse y abrazarle, pero él no entendió su gesto y se apartó. -¿Quieres que me quede contigo? -le preguntó Peter. Lali se estaba desvaneciendo y no pudo oír a Peter. El dolor estaba desapareciendo... Cuando volvió en sí era completamente de noche. Cuando abrió los ojos, vio entrar a Crystal con un refresco en la mano. La mirada de Lali se volvió fría. Iba a hablar cuando Crystal se acercó a la cama rápidamente y se lo impidió diciendo: -Por favor, no te muevas. Por favor, Lali. Me harán salir. Le prometí a Peter que no te dejaría ni un minuto sola. Lali se volvió a tumbar y cerró los ojos. -Por favor, escucha -le suplicó Crystal-. Si quieres que me vaya, entonces, llamaré a una enfermera o a alguien para que se quede contigo. ¿De acuerdo? -No puedo ir a ninguna parte -le contestó Lali y volvió la cabeza. -No, no puedes -dijo Crystal mientras se sentaba al borde de la cama-. Lo que viste... y te lo prometo por Dios, fue tan sólo un beso de agradecimiento. A pesar de lo que tú crees, yo no vine aquí para robarte a tu marido. Como si yo pudiera... -Crystal se paró unos segundos y continuó-: Peter no me quiere. Lali se quedó mirando a la pared. Lo que más deseaba era que su hermanastra se marchara. -Esta mañana me llamó Jacques, mi amigo francés -le dijo Crystal-. Quiere casarse conmigo, Lali. ¿Te lo puedes imaginar? Quiere casarse conmigo cuanto antes. Por primera vez, Crystal llamó la atención de Lali. Ésta volvió de nuevo la cabeza y la miró. -Nunca creí que pudiera echarme tanto de menos. Incluso Peter me dijo que si de veras Jacques me quería, me pediría que volviera a su lado. Quise marcharme hace algunas semanas, pero Peter me pidió que me quedara. Quizás él quería que me quedara más tiempo para que tú tuvieras celos. Entonces, lo que yo hice fue intentar ayudarle un poco. Pero lo que hice fue empeorar las cosas. Querida, tú eres tan introvertida...

capitulo 53

Lali no quería oírle. Estaba demasiado ocupada intentando que las lágrimas no brotaran. Lali se tumbó y trató de dormirse. Soñó que Crystal y Peter estaban en la cama. Ella le mataría. Y también mataría a Crystal. Y después, se iría a su casa de Georgia. De repente, se despertó muy cansada y algo enferma. La venganza fue el último pensamiento que tuvo en la mente. Miró el reloj y se dio cuenta de que se había hecho tarde para ir a la iglesia, no le gustaba llegar cuando la misa estaba empezada. Se puso un vestido y se cepilló el pelo. La casa estaba en completo silencio. Tan sólo, se oía algo de ruido en el despacho. La puerta estaba entornada. Lali empujó la puerta y la abrió del todo. Se quedó completamente pálida. Crystal estaba abrazada a Peter y se estaban besando. Lali se quedó mirándoles fijamente y el mundo se le vino abajo. Les odió con todas sus fuerzas. En ese momento, Peter levantó la cabeza sonriendo y vio a Lali. La mirada de Peter en otro momento hubiera resultado muy cómica, pero para Lali fue sólo una confirmación de la peor sospecha. Crystal se quedó mirándola absorta. -¡Lali! -dijo Crystal vacilante-. Déjame que te diga... -No es lo que tú te imaginas -contest Peter muy aturdido. -Desde luego que no -contestó Lali. Lali tenía los labios temblorosos. Todos los años que había pasado tratando de aceptar el comportamiento de su hermanastra con frialdad, quedaron en el olvido. -¡Maldita seas! -gritó Lali a Crystal-. No es suficiente que durante diez años me quitaras todo y que cuando mamá enfermó durante tantos años, te fueras a Europa y me dejaras sola para hacerlo todo. No, con eso no tenías suficiente. Tuviste que venir aquí, para arrebatarme a mi familia. Crystal se estaba quedando pálida. -Lali, espera... -¡Vete al diablo! Siempre me has quitado todos los hombres que he tenido. Tú engatusaste a Carla para que te dejara las joyas de mi abuela y la herencia que yo hubiera pasado a mis hijos, y fuiste a empeñarlo todo para sacar dinero. Incluso tuviste el valor de preguntar por la hacienda de Oakgrove, que era para mí. ¡Por todos los cielos, Oakgrove, que perteneció a mi familia durante tantísimos años! Y ahora me quieres quitar a Peter. -Lali, por favor... -le suplicó Crystal acercándose a ella. Pero Lali se apartó. Se sacó el anillo de boda del dedo... el anillo que un día Peter le puso y el de plata que le compró cuando fueron al Álamo. -Para que no te falte nada, toma... -dijo Lali tirándole los dos anillos-. ¡Quédate con todo! Por primera vez, te has quedado con algo que yo no quería desde el principio. Peter se quedó mirándola mientras decía eso, pero no dijo ni una sola palabra. -Me vuelvo a casa -dijo Lali limpiándose las lágrimas-. Tengo que seguir adelante con mi vida. ¡Y no quiero volver a veros, a ninguno de los dos! Lali se dio la vuelta y salió del despacho, sin hacer caso a las disculpas de Crystal. Sin saber hacia donde ir, Lali abrió la puerta de la calle y corrió por las escaleras. Llevaba los ojos tan nublados por las lágrimas que no vio el primer escalón. Perdió el equilibrio y cayó rodando hasta el final de las escaleras. Sintió un dolor muy fuerte y a continuación perdió el conocimiento. Tuvo un sueño horroroso. Se estaba ahogando y pedía ayuda a Peter, pero él no la podía oír porque estaba bailando con Crystal. Cada segundo que pasaba, se ahogaba más... y más... -¡Despiértese, despiértese! -dijo una voz a su lado. Lali abrió los ojos y vio a un hombre que llevaba gafas y que la estaba mirando con un aparato óptico. -Hola -murmuró Lali.

capitulo 52

-¿Quieres decir que debería aprender de ella? -le preguntó Lali-. ¿Crees que podría enseñarme a ser una libertina? -Tú la odias, ¿verdad? -le preguntó Peter-. ¿Es porque tienes envidia del éxito que tiene con los hombres? -¡Maldito seas! -No tienes muy buenos modales, señora Lanzani -le dijo Peter-. Sabes, desde que estás aquí, has mejorado mucho. Sigues siendo una señorita, pero más humana. -¡Mira quién habla de humanidad! -le dijo Lali con una sonrisa cínica-. ¿Qué sabes tú de eso? -¿Es una pregunta o un reto? Una vez te pedí que durmieras conmigo y tú no aceptaste. Supón que yo paso por alto tus deseos y te impongo mi voluntad. Lali sintió pánico. Todavía era demasiado vulnerable a él, y necesitaba tiempo para poner en orden sus pensamientos acerca del matrimonio. -No, por favor. No lo hagas -susurró Lali. -¿Y si te prometo ser amable y no herirte? Lali sintió que se iba a desmayar por la manera en que la estaba mirando. Apenas podía respirar por el rápido latido de su corazón. Lali no podía hacer ahora lo que Peter quería de ella. Todavía no. -No me voy a andar con rodeos, ya te lo dije la pasada noche. -Ya sé que me lo dijiste, pero no te creí -dijo Peter poniéndose de pie-. ¡Tú me deseabas cuando nos casamos! -Sí. Eso es cierto. Y tú me lo echaste en cara hasta que lo aborrecí. -Creo que sí. Pero tú no pensabas lo mismo el otro día cuando... estabas sentada en el columpio de la entrada. Lali intentó evitar su mirada. -Pero eso fue entonces. No ahora -contestó Lali. -¿Y qué ha cambiado? -Tú -contestoLali con firmeza-. No sé qué hacer contigo. No me atrevo a confiar en ti. Primero me obligas a casarme contigo tan sólo por las acciones. Después, quieres acostarte conmigo y procuras herirme lo máximo posible. Y ahora dices que quieres llevar un matrimonio como Dios manda. Algunas veces pienso que disfrutas torturándome. -¿Es eso lo que crees? -preguntó Peter acercándose a la cama-. Lali..., ¿por qué tenemos que pelearnos? Yo soy el primero en admitir que te he dado muchas razones para que no confíes en mí, pero tenemos que llegar a un acuerdo. -¿De veras? -preguntó Lali con la mirada baja. Peter extendió la mano y le levantó la barbilla. -Últimamente estás muy cambiada -murmur Peter cambiando de tema-. Tu rostro es más redondo y tus senos han aumentado. Peter bajó la mirada hasta sus senos y Lali se sonrojó. -Gracias por traerme la cena -dijo Lali. -¿Sólo me das las gracias y las buenas noches? -dijo Peter poniéndose de pie-. Hace tiempo te tuve en la palma de mi mano, Lali. Fui un estúpido al no darme cuenta de ello antes de que fuera demasiado tarde - dijo Peter mientras recogía la bandeja-. Que descanses, cariño. Quizás seamos capaces de arreglarlo todo. -¿Está Crystal todavía levantada? -le preguntó Lali a Peter cuando se dirigía a la puerta. Peter se dio la vuelta y la miró. -Sí. ¿Estás celosa, cariño? -¡Márchate! Odio a los hombres, te odio a ti y odio a Crystal. Odio al mundo entero. Peter se limitó a sonreír. -Cuando te canses de rumiar, ven a buscarme. Descubrirás que es más fácil de lo que tú piensas.

capitulo 51

Peter le agarró el brazo. -¿Quieres descansar un poco? Lali le miró y se sorprendió por su cortesía. -Sí, me gustaría -contestó Lali. -Sólo quedan unos pasos más para llegar al restaurante. Peter las llevó al restaurante desde el que se veía el río. Se sentaron y un camarero les llevó los menús. Lali tenía mucho hambre y pidió unas chuletas. Mientras, Peter la contemplaba con una mirada protectora y Crystal seguía hablando como una cotorra. Estuvo hablando durante toda la comida, hasta que por fin Jude se levantó, se agarró del brazo de Lali, y no del de Crystal, y se dirigieron hasta donde tenían aparcado el coche. Parecía como si Peter tuviera miedo a que Lali se alejara de él. Cuando llegaron a la casa, Lali se fue a su dormitorio y se tumbó. Se sintió muy cansada y con ganas de vomitar. Todos sus pensamientos estaban confusos, porque no sabía en realidad lo que ella quería... ni lo que Peter quería de ella. Lali se quedó dormida. Cuando se despertó ya se había hecho de noche. Al moverse, se dio cuenta de que tenía puesto el camisón. «¿Me lo puse antes de dormirme?», se preguntó Lali. En ese momento se abrió la puerta de la habitación y entró Peter con una bandeja llena de comida. -Por fin te has despertado -murmuró poniendo la bandeja encima de la cama-. Aggie pensó que tenías que comer algo. Lali se puso la almohada en la espalda y se sentó en la cama. -Estoy muerta de hambre -dijo Lali con una sonrisa-. ¿Me pusiste tú el camisón? -Te quedaste dormida con los pantalones y el jersey -dijo Peter-. Pensé que así estarías más cómoda. -Sí que lo estoy. Gracias. -Toma -le dijo Peter ofreciéndole un poco de pollo que había preparado Aggie. -¡Está delicioso! Lali cogió el tenedor y siguió comiendo mientras Peter la miraba. -¿Quieres algo de postre? -le preguntó Peter-. Aggie ha hecho pastel de manzana. Lali movió la cabeza negando. -No me cabe en el cuerpo ni un bocado más. -Me parece que has engordado -murmuroPeter mientras recogía la bandeja-. Los pantalones no los tenías abrochados. Sólo tenías subida la cremallera. -He comido mucho últimamente -dijo Lali mintiendo-. Además, ¿es que te importa si gano peso? Nunca te fijas. -Yo me doy cuenta de todo lo referente a ti -dijo Peter-. De todo. -¿De veras? -le preguntó Lali-. Pero te fijas más en Crystal. Peter le acarició la mejilla y la miró con ternura. -Crystal sabe cómo coquetear, cariño. Tú nunca te has preocupado en aprenderlo.

capitulo 50

-¿Qué quiere usted, señora Lanzani? -le preguntó Peter a Lali con una expresión de alegría en su rostro que Lali nunca había visto. -Me gustaría... una sortija -contestó Lali. -¿Una sortija? -Sí, con una piedra preciosa. Peter se inclinó en la estantería y le dijo a Lali que echara un vistazo. Lali eligió una de plata con incrustaciones de turquesa. Lali se puso la sortija y después, en el mismo dedo, el anillo de boda. Peter lo pagó, pero no fue tan caro como el regalo de Crystal. -¿Sólo quieres eso? -le preguntó Peter. -Sí -contestoLali mientras miraba la sortija-. Gracias, Peter. -Debiste tener un anillo de boda mejor -le dijo Peter. -No importa -contestó Lali-. Me gusta el que tengo. Es muy sencillo, pero tiene una elegancia y una dignidad que no tienen los diamantes. -Eres una mujer muy extraña. -¿Por qué piensas eso? -le preguntó Lali-. Te casaste conmigo. -Sí -contestó Peter-. Me casé contigo. -Sin tener ninguna elección. -Acerca del matrimonio, Lali... -No te molestes -interrumpió Lali-. Ya hemos hablado una y otra vez de eso y siempre es lo mismo. Al final, terminamos discutiendo. -Deberías intentar conocerme aunque fuera sólo un poco y entonces, no ocurriría eso. Debes tratar de cambiar y no alejarte de mí. -Es más seguro alejarme de ti -dijo Lali un poco áspera-, es menos doloroso. El rostro de Peter se quedó pálido y la miró con amargura. -Sé que no he sido muy amable contigo. Y por si acaso tú no te das cuenta, estoy intentando portarme mejor estos días, pero parece que tú me lo quieres poner más difícil. -¿Lo estás intentando? ¿Para ti ir detrás de Crystal significa intentarlo seriamente? -¿Estás celosa? -No lo estoy. Y si lo estuviera, me moriría antes de que tú lo supieras. Yo no revelaría mis secretos al enemigo, señor Lanzani. -¿Soy yo tu enemigo? -¿Tú qué piensas? -Trato de no pensar en nada, Lali. En ese momento, Katy se acercó corriendo a ellos. -¡Daos prisa para ver la ardilla! Hay un hombre que le está dando nueces. Cuando Lali llegó, el hombre todavía estaba dándole nueces y la ardilla las cogía de su mano. -Tiene carácter -dijo el hombre riéndose mientras el roedor cogía las nueces de su mano-. Seguro que impresiona a los turistas. Ellos no pueden entender lo domesticada que está. -Me hubiera gustado haberme traído la cámara -dijo Lali-. ¡Qué fotografía tan bonita! Otro turista debió pensar lo mismo y se acercó con su cámara para hacerle una foto. Lali pensó que después de aquella excursión cualquier persona habría vuelto a su casa, pero ellos se fueron a dar vueltas por todo el centro de la ciudad. Fueron a La Villita, donde había puestos de artesanía y continuaron por el Paseo del Río. Pasaron por montones de restaurantes y pubs que tenían terrazas donde los turistas se sentaban en verano y primavera para contemplar el río. Lali dio un suspiro mientras paseaba por allí, y deseó que el tiempo fuera mejor para poder sentarse en una mesa y contemplar el río. Estaba muy cansada. Debía de ser a causa del embarazo.

capitulo 49

-Algunos eran de Irlanda, otros de Inglaterra y otros de Alemania. Travis era del sur de Carolina y Crockett de Tennessee. Ellos nos dejaron una herencia muy especial. Una especie de valentía para hacer frente a la muerte, igual que hicieron ellos. -Ellos fueron unos hombres especiales -murmuró Lali. -Y estaban acostumbrados a la muerte. Vivieron tiempos muy difíciles, sin ningún tipo de lujo. -He leído algunos libros sobre eso -dijo Lali-. En la mayoría no estaban de acuerdo sobre cuántos hombres murieron aquí. -Hubo testigos y vieron quién sobrevivió -le dijo Peter-. Ellos son los mejores historiadores. Acércate aquí. Peter dejó a Lali que pasara a una habitación donde se encontraba la pólvora y las balas. En aquella habitación era donde estaba Jim Bowie cuando atacó el enemigo. Al lado había otra habitación que estaba protegida por una reja de hierro y que contenía diferentes banderas. -Algunas inscripciones de la pared son muy antiguas -le explicó Peter a Lali. En las paredes había pinturas que representaban a las tropas mejicanas invadiendo la ciudad. También había armas en una vitrina junto con otros objetos. Lali se detuvo en la puerta de salida y se quedó mirando el techo v escuchando el eco de la voz de un guía que narraba los días del asedio y la batalla final. -¿Tienes frío? -le preguntó Peter a Lali. Lali movió la cabeza negando. -Es que... -Lali se interrumpió y miró a Peter-. Yo he leído cosas sobre el Álamo, pero estar aquí... es muy diferente. El libro no tiene suficientes páginas para expresar todo esto. Peter le rodeó los hombros con un brazo y la acercó a él. -Aquellos hombres sabían lo que hacían y por qué. Lo que ocurrió aquí y en Goliad permitió la independencia de Texas y del estado. Y todo fue gracias a un puñado de hombres que no quisieron alzar una bandera blanca -dijo Peter, mirando a Lali-. Incluso las mujeres lucharon. Se quedaron mirándose fijamente y sin parpadear. -Por fin os encuentro -dijo Crystal interrumpiéndoles-. Vamos, que tenemos que ver los recuerdos. Había un enorme roble a la salida, cuyas ramas daban delante de las ruinas de Long Barracks. Peter seguía agarrado a Lali, y ella se acercó aún más mientras miraba las puertas de entrada. -No quiero entrar ahí -dijo Lali. -Ni yo tampoco -contestó Katy-. Vamos a ver la ardilla, por favor. -Creo que sería mejor ir al museo -dijo Crystal-. ¿Hay turquesas en las tiendas del museo? Me encantan las turquesas. Lali no quiso discutir con su hermanastra lo que se haría primero. Al final, entraron. Allí había muchas cosas que ver y Lali se soltó de Peter. Lali estuvo viendo manuscritos, monedas, retratos históricos y armas, mientras, Crystal y Katy estuvieron viendo las joyas y los recuerdos. Crystal le convenció a Peter para que le comprara una pulsera de turquesas muy cara. A Katy le compró una gorra de mapache.

capitulo 48

Sí que lo era. Pero Lali no pensó si ella podría soportar a Peter en la intimidad, sabiendo que no la amaba. -Estoy muy cansada, Peter -murmuró Lali-. Tengo ganas de dormir. Peter se apartó de ella. -En realidad tú no me quieres, ¿verdad? -le preguntó Peter. Peter la dejó y, antes de salir de la .habitación, le sonrió. -No me sorprende. Las mujeres nunca se han acostumbrado a mí y nunca me han querido. Cuando Peter llegó a la puerta, Lali se empezó a acordar de Elise y de las cicatrices, y de todo el tormento que él había sufrido por una mujer que no le quería. -¡Peter! -gritó Lali. -Duérmete, Lali. No voy a molestarte de nuevo. Peter salió de la habitación y cerró la puerta. A la mañana siguiente, cuando Lali bajó a desayunar, Crystal ya estaba en la mesa. Se sentó al lado de Peter y no dijo nada. -Por fin has bajado -le dijo Crystal-. Pensé que te ibas a quedar todo el día en la cama. En realidad, Lali no venía de la cama. Había estado en el cuarto de baño, porque había tenido náuseas nada más levantarse. Pero no estaba dispuesta a contárselo a nadie. -Tenía sueño -dijo Lali a su hermanastra-. Hola, Katy. Lali saludó a Katy e ignoró a Peter. -Crystal quiere ir a ver el Álamo -le dijo Peter. -Lo pasaréis muy bien. Estoy segura -contestó Lali. -Katy y tú también vendréis conmigo -añadió Peter. -No. Yo no -le dijo Lali-. No me apetece darme una caminata por la ciudad. Peter se quedó mirándola. -Te he dicho que vienes. -Lali, no nos estropees el día -dijo Crystal-. El otro día le dijiste a Katy que querías ir. ¿Por qué no vienes hoy? Lali no podía decirle a su hermanastra el por qué no quería ir y se limitó a sorber su café. -De acuerdo -dijo Lali al final. -Te gustará -le dijo Katy-. Tú y yo pasearemos por los jardines y te enseñaré esa ardilla que posa para las fotos. -No está bromeando -dijo Peter con una sonrisa-. Es una ardilla que se queda quieta cuando la fotografían. -¿Le has hecho alguna vez una foto, Peter? -preguntó Crystal. -No, pero mi oficina está muy cerca de los jardines del Álamo. Algunas veces, en primavera, paso por allí a la hora de la comida cuando voy al restaurante. La plaza del Álamo estaba cerca del hotel Menger y Lali se quedó sorprendida por la grandeza de los jardines, llenos de caminos, bancos, mesas y monumentos dedicados a personajes históricos. La iglesia de San Antonio de Valero seguía estructura original, estaba flanqueada por una puerta a cada lado. Lali tocó las paredes y el contacto la hizo estremecerse al pensar que ciento ochenta hombres habían muerto allí, en un frío día de marzo de 1836. Miró a su alrededor e intentó imaginarse la muerte de esos hombres ante las arrolladoras fuerzas mejicanas de Santa Ana. -Seis de los hombres que murieron aquí eran georgianos, incluyendo a Bowie, aunque hay gente que dice que era de Kentucky -le dijo Peter a Lali. -¿De verdad?

capitulo 47

Peterla miró y cerró la puerta con fuerza. Lali se quedó tumbada en la cama, con lágrimas en las mejillas. ¿Por qué no había querido intentarlo? ¿Por qué estaban sus emociones tan confusas que no podía ni hablar? Lali apoyó el rostro en la almohada. Probablemente, todo lo que tenía eran nervios. Su cuerpo no podía volver a su ritmo normal. Ella no estaba embarazada, no podía estarlo. Todo estaba en su imaginación. Durante los días siguientes, Peter la invitó a ir con él a muchos sitios: a la ciudad a comprar alambre, a hacer viajes por los ranchos y a participar en los asuntos sociales. Lali denegó todas las invitaciones sin dar explicaciones. -¡Dios mío, Lali! ¿No podrías intentarlo? -Lo estoy intentando. Quedándome sola -contestó Lali. Peter suspiró y la miró. -Algún día dejaré la elección en tus manos, cariño -dijo Peter-. Ahora te voy a llevar a mi cama y te voy a amar. Después, hablaremos. Lali se sonrojó y se levantó de la silla. -¿Sobre qué? ¿Sobre cuánto me odias por desearme? En realidad, yo no te deseo, Peter. Peter hizo un intento por acercarse a ella, pero Lali se apartó. Peter frunció el ceño y vaciló. -Podría obligarte a pedirme perdón. -¿Cuál sería la finalidad? -preguntó Lali-. Nunca te he causado ningún problema, ¿verdad? Me he mostrado muy cortés con Crystal y entre los dos hay una enorme barrera. Katy piensa que todo va muy bien. -Lali, ¿me odias? -preguntó Peter. Lali se dio cuenta del cansancio que mostraba la cara Peter y lo triste que estaba. -No -contestó Lali-. No te odio. -Podríamos dormir juntos -dijo Peter-. Sin nada de sexo. Tan sólo dormir. Podríamos intentarlo para conocernos mejor. Lali no podía hacerlo, y menos en ese momento. No estaba dispuesta a que Peter se diera cuenta de que estaba embarazada. -Me gustaría... dormir sola -murmuroLali. -Ése es el mayor problema de nuestro matrimonio -dijo Peter-. Te encanta hacerlo todo sola. -¡Yo no te saqué de tu casa, ni te obligué a casarte conmigo! -gritó Lali con lágrimas en los ojos. Peter se acercó y la abrazó con todas sus fuerzas. -Silencio, cariño -murmuró Peter-. No llores, por favor. Peter intentó calmarla. Le dio un beso en la frente, en las mejillas y en la boca. -No llores, cariño. No puedo soportarlo. Peter estaba muy cariñoso. Nunca se había mostrado así, y Lali estaba asombrada por su comportamiento. Peter sacó un pañuelo del bolsillo y le secó las lágrimas. -Confía en mí -dijo Peter mirándola a los ojos-. Tú solías mirarme a mí así en otro tiempo, pero yo fui muy desagradable contigo. -Tú no querías casarte conmigo. Me di cuenta- le dijo Lali. Peter le agarró por los hombros. -Yo no quería casarme con nadie. Te quería muchísimo. Te deseé durante años y una vez que te tuve, en lo único en lo que pude pensar fue en volver a tenerte -dijo Peter apoyando su frente en la de Lali-. Lali, cuando me levanto por las mañanas, me gusta tenerte a mi lado y, cuando por las noches me voy a la cama, deseo que estés conmigo. ¿No es esto suficiente venganza para ti?

capitulo 46

-¿Qué quieres? -Vaya pregunta -dijo Peter sacando un cigarrillo del bolsillo-. ¿Te importa si fumo? Lali movió la cabeza. Peter se levantó para coger un cenicero y, antes de sentarse, le dijo: -Lali, no podemos seguir así. -¿Quieres el divorcio? -¡No! -gritó Peter-. ¡Por todos los cielos, te dije desde el principio que no iba a ser un matrimonio de una sola noche! -Sí, desde luego -susurró Lali. -Nosotros debimos intentarlo, pero los dos al mismo tiempo. Haciendo todas las cosas juntos y viviendo como un matrimonio normal. Debimos detenernos a tiempo y no hacer de Katy un campo de batalla. Peter estaba preocupado por Katy y era normal. -¿Qué sugieres? -Podrías empezar durmiendo conmigo. -¿Es tu cama lo suficientemente grande para los tres? -preguntó Lali. -Te lo diré una vez más: no me he acostado con tu hermana -dijo Peter con voz fría. -Mi hermanastra -corrigió Lali. -Dios mío, ¿no podemos hablar sin discutir? El rostro de Lali tenía una expresión muy fría, pero mantuvo cerrada la boca. -Lali, ayúdame -le dijo Peter-. No sabes lo duro que es para mí. Me duele saber cómo te he tratado. Pero por lo menos haz un esfuerzo, ¿eh? Lali le miró con curiosidad. Se preguntaba a qué se debía aquel cambio en él. ¿O era otra treta para hacerle pagar por obligarle a realizar un matrimonio que no quería? -No confías en mí, ¿verdad? -¿Cómo podría si cada vez que me acercaba a ti, encontrabas alguna manera de apartarte o de hacerme pagar por lo que consideras tu debilidad? Peter inclinó la cabeza y dio una calada a su cigarrillo. -Sí. Supongo que lo hice. Aparte de Katy, eres la única debilidad que tengo. -Y tú odias eso -murmuroLali-. Odias perder el control de cualquier situación. -¿Y tú no? -preguntó Jude-. Tú luchaste contra mí desde la primera vez, y no estuviste dispuesta a ceder. Pero las cosas no salieron como pensabas, y llegaste a enfadarte contigo misma tanto como yo. -Yo fui la única que pagó por ello. -Sí, lo sé, te hice daño. Jude se inclinó sobre ella. -Pero dejando todo eso a un lado, nosotros no podemos continuar así. Evitándonos cada noche y haciéndonos daño el uno al otro. Estamos casados, Lali. Si nos llevamos mejor, nuestro matrimonio será un éxito. -Entonces, dile a Crystal que se marche. -¿Es eso un ultimátum? -preguntó Peter-. ¿Piensas que puedes darme órdenes porque sabes que te deseo? -No estoy tratando de hacer eso. -Yo creo que sí -dijo Peter poniéndose de pie-. Yo ya he dado el primer paso. Cuando quieras hablar conmigo, ya sabes dónde encontrarme. -Claro que sí -contestó Lali-. Dondequiera que mi hermanastra esté.

Wednesday, March 16, 2016

capitulo 45

Lali se detuvo antes de llegar a la cocina y no quiso darse la vuelta para mirar la mirada de alegría que tenia Peter ni oír los halagos que estaba recibiendo de Crystal. -Me apetece un café. Voy a poner la cafetera. Lali no volvió a mirar a Peter a los ojos durante toda la noche. No podía soportar el recordar cómo la había excitado. Lali se mantuvo apartada de su camino hasta que pudo escabullirse e irse a la cama. -¿Por qué no viniste con nosotros? -le preguntó Katy a Lali mientras se dirigía a la habitación-. Te echamos de menos. Crystal dijo que debíamos haberte convencido para que vinieras. -Tenía muchas cosas que hacer, cariño -dijo Lali con una sonrisa-. Me alegro de que te hayas divertido. -En realidad, no me divertí -dijo Katy-. Con Crystal te lo pasas muy bien, pero se pasa todo el tiempo hablando y nadie más puede decir una palabra. Los ojos de Lali se nublaron. Se abrazó a Katy y le dio un beso. -Te quiero -susurró Lali. -Yo también te quiero. Buenas noches, Lali. ¿No es maravilloso que papá esté en casa? -Es estupendo, cariño. -Dijo que subiría a la habitación más tarde para arroparme. -Buenas noches, cariño -le dijo Lali. -Que duermas bien, Lali. Una vez en la habitación, Lali se puso el camisón y se metió en la cama. Sintió náuseas y notó que el aumento de sus senos se hacía incómodo. Algo que debería haber tenido hace tres semanas, todavía no le había venido, y se sintió un poco nerviosa. Tenía el presentimiento de que iba a darle un hijo a Peter. Inconscientemente, se pasó las manos por el vientre. Un hijo. Un hijo con los ojos verdes y el pelo oscuro, o una niña que se pareciera mucho a Katy. Lali sonrió. Aunque perdiera a Peter, por lo menos tendría a su hijo. Podría darle todo el calor y el cariño que ella hubiera querido darle a Peter. Pero Peter no la amaba. Él sólo quería su cuerpo y, desde que había llegado Crystal, ni siquiera eso. ¿Que ocurriría si Crystal quisiera a Peter? Ella estaba jugando sus cartas y Lali no podía imaginar por qué Crystal se quedaba en la Gran Mesquite tanto tiempo. ¿Por qué no se iba a Oakgrove, a Francia o a cualquier otro sitio? Pero sería muy poco cortés decirle que se marchara. De todas formas, Peter no la dejaría marchar. Él... se preocupaba por ella, y se divertía con ella. Lali golpeó la almohada con mucha rabia. Mientras Lali pensaba en esto, se abrió la puerta de la habitación y entró Peter. Llevaba puestos los pantalones del traje y tenía la camisa desabrochada. Parecía muy cansado. -¿Sí? -preguntó Lali. -Así que hemos vuelto a lo de antes, ¿verdad? Las barreras todavía están levantadas y por eso no puedo acercarme a ti. -¿No puedes? -Físicamente, sí -contestó Peter. Se metió las manos en los bolsillos y se acercó a la cama. Se quedó mirando a Lali y ésta se sonrojó. -Eso era todo lo que querías, ¿verdad? -preguntó Lali. -Así fue al principio. He debido hacerte mucho daño. -No te preocupes, Peter. He sobrevivido-contestó Lali bajando la mirada. Peter se sentó en la cama y Lali se apartó de él. -¡Oh, Dios, no hagas eso! -gritó Peter-. No podría hacerte daño. Si tú no quisieras, ni siquiera te tocaría. Lali se relajó un poco, pero aún permanecía algo tensa.

capitulo 44

Las manos de Peter volvieron a deslizarse por debajo de su jersey y sintió el calor de sus senos. Lali gimió y se estremeció. Peter levantó la cabeza y la miró a los ojos. Con sus dedos empezó a hacer círculos alrededor de sus pezones y esperó la reacción de Lali. -¿Cuándo estarán de vuelta? -preguntó Peter. -No lo sé. Peter se inclinó y rozó sus labios. -Podríamos cerrar la habitación con llave -susurró Peter. -Sí.  Lali soltó un grito, cuando las caricias de Peter se hicieron bruscas. Peter se apartó. -¿Te he hecho daño? -Es que estoy muy sensible -le dijo Lali con una sonrisa nerviosa-. Y no sé por qué. -Tendré cuidado contigo. Esta vez, seré más gentil. Te trataré como la virgen que eras, Lali. Lali se puso a temblar cuando Peter la cogió en brazos. -La primera vez... te resististe -le recordó Lali. -Tú estabas en mis brazos llena de pasión y disfrutando del placer que te estaba ofreciendo. ¡Dios mío, yo me sentí muy orgulloso... de que fueras virgen y de que yo te hiciera sentir eso por primera vez! -No lo sabía -le dijo Lali. -No podía decírtelo. ¿Es verdad que me deseas? -Oh, sí, te deseo -dijo Lali agarrándole por el cuello-. Peter... Los ojos de Peter estaban llenos de alegría cuando entró con ella en la casa. Una vez dentro, Peter se inclinó para besar sus senos a pesar de que llevaba el jersey puesto. Su corazón estaba latiendo a mucha velocidad mientras se dirigía con ella hacia la escalera. Lali sentía la misma ferocidad que compartieron aquel día en el bosque. Quizás él no la amaba pero al menos la deseaba. Y Lali también le deseaba a él. Cuando llegaron al último escalón, se oyó el motor de un coche que se aproximaba y Peter empezó a maldecir. -Ahora no -gritó Peter. ¡Dios mío, ahora no! Poco a poco, Peter la apartó y el remordimiento y la amargura se hicieron patentes en su rostro. Lali se apartó e intentó arreglarse el pelo lo mejor que pudo, sin poder mirarle. -¿Lali? -preguntó Peter. Lali no pudo contestarle y en ese momento se abrió la puerta de la casa. Eran Katy y Crystal, que entraban riéndose. -Por fin has vuelto -dijo Crystal sonriendo, mientras se acercaba a Peter-. Te hemos echado de menos, ¿verdad chicas? -Sí, echábamos de menos los gritos del despacho -murmuró Aggie mientras llevaba los paquetes al comedor. -¡Bienvenido a casa, papá! -exclamó Katy. Peter se echó a reír. A Lali le dio la impresión de que él estaba más relajado que nunca. Ella se dio la vuelta y se fue hacia la cocina. Peter se dirigió hacia el comedor para poder ver lo que habían comprado. -¿No quieres ver lo que han comprado? -le preguntó Peter a Lali.

capitulo 43

-Por otra parte sólo hemos hecho el amor dos veces, y en ambas ocasiones te mandé al diablo después. Creo que eso no estuvo muy bien por mi parte. -Siento haberte defraudado -replicó Lali. -Tú nunca me has defraudado a mí -contestó Peter-. Nunca. Los dos se quedaron mirándose a los ojos. -Me comporté contigo como un chiquillo. No podía pararme. No podía controlar lo que sentía. Tú... me hiciste ser vulnerable y por eso te odié. Lali apenas podía creer lo que Peter estaba diciendo. -¿Yo? -Sí, tú. Peter acarició su garganta y después deslizó su mano hasta sus senos, dejando a Lali sin aliento. -Todo empezó aquella noche que pasé contigo, cuando tenías quince años -le dijo Peter-. Si yo te hubiera besado esa noche, nos hubiéramos amado como lobos hambrientos. Comenzamos a desearnos desde el primer momento en que nos abrazamos. ¿Te acuerdas? Peter deslizó sus dedos por encima de sus senos y se quedó mirándolos. -En pleno día... Sí. Lali se acordaba. Algo en su interior le había hecho saber lo que la deseaba. Pero sólo era un deseo y eso no era lo que Lali quería. Ella quería amor. Los dedos de Peter se deslizaron debajo de su jersey y sintieron el frescor de su piel. -¿No llevas sujetador, Lali? -preguntó Peter. Los sujetadores se le habían quedado pequeños y no había tenido tiempo para irse a comprar otros, pero no se lo iba a decir a Peter. Lali le agarró de la muñeca y le dijo: -Peter, no. -Eres mía . ¿Por qué no puedo tocarte cuando quiero? -¿Qué te ocurre, Peter? ¿Es que has estado echando de menos la compañía de Crystal? Peter se quedó helado. -¿Qué has dicho? -Tú la quieres, ¿verdad? -murmuró Lali-. Incluso ya has hecho el amor con ella. -¿Estás celosa? -Deja que me vaya, por favor. -No, todavía no. Respóndeme. ¿Estás celosa? Lali cerró los ojos y apoyó la cabeza en el hombro de Peter. -Pregúntame por qué paso tanto tiempo con Crystal y te lo diré -le dijo Peter. Pero Lali no quería saber la respuesta. Impulsivamente, Lali le rodeó el cuello. Peter la miró como si le hubiese hecho daño. Lali sonrió ante la mirada de Peter. Le acarició el pelo y, con mucho cuidado, le quitó el sombrero. -¿Es esto lo que quieres? -preguntó Peter mientras le acariciaba el pelo. Peter abrió su boca e intentó forzar los labios de Lali, con un asalto que era todo ternura. Lali estaba rodeada por sus brazos, y sus labios contestaron a la pregunta de Peter.

capitulo 42

-Tú no lo tienes todo. Nunca lo has tenido. ¿Es por eso por lo que la envidias y no puedes estar con ella en la misma habitación? ¿Porque ella sabe comunicarse y tú no? Lali odiaba esa sonrisa burlona. Y odiaba lo que estaba diciendo. Levantó su mano para pegarle. Peter le agarró por la muñeca y sus ojos la miraron con ferocidad. -¿Te ha dolido lo que te he dicho? -Apártate de mí, eres un salvaje -dijo Lali llena de ira y frustración. Peter la zarandeó, a pesar de los esfuerzos de Lali. Después, apagó el cigarrillo y la abrazó. -¡Peter! -Relájate, cariño -le dijo Peter al oído-, y disfrutaremos el uno del otro, como la última vez que estuvimos en el bosque. ¿No puedes sentir lo que yo siento? Lali se quedó quieta cuando sintió el calor de su cuerpo contra el suyo. Se arrojó a sus brazos, sintiendo el olor de su colonia, el olor de su cuerpo y su calor. Peter se rió ante su desconcierto y le soltó la. muñeca para hacerla levantar la cara y poder mirarla a los ojos. -Señorita de sociedad -le dijo Peter mientras la tenía en sus brazos-. ¿No te gusta esto? ¿Odias vivir con un hombre que no puede recitar a Shakespeare, ni hablar del último best-seller contigo? Lali le miró. -Tú has estudiado. -Sí, me licencié en Económicas, pero no tuve tiempo para las letras. -Yo... yo tampoco tuve mucho tiempo para leer y tampoco... puedo recitar a Shakespeare. Peter pareció vacilar y sus dedos dejaron de agarrar su barbilla para acariciarla. -¿Te conozco del todo? -Probablemente no, pero, ¿qué importa? Tú querías una madre para Katy y mis acciones. ¿No es eso suficiente? -Según parece lo es para ti -le dijo Peter buscando su mirada-. Puedes estar muy bien sin mí, ¿verdad? -Tú me has estado evitando -contestó Lali. -¿Me echas de menos cuando estoy fuera? -le preguntó Peter levantando su barbilla y mirándola a los ojos-. No, seguro que no me echas de menos. -¿Y por qué tendría que hacerlo? -No he sido muy amable contigo, ¿verdad, Lali? Te traje aquí a la fuerza y te obligué a casarte conmigo. Sus dedos rozaron los labios de Lali y la miró como si nunca le hubiera creado ningún problema. -Casados, pero como si no lo estuviéramos. -Y sin ninguna solución -dijo Lali. -Sí -admitió Peter-. Y hasta ahora, ninguno de los dos ha hecho ningún esfuerzo por llevarse bien, ¿verdad? Lali le miró con cautela. -Yo no te he sido infiel -le dijo Peter- Si es eso a lo que te quieres referir. La única mujer con la que he estado desde que me casé ha sido contigo. Lali se sonrojó y apartó la mirada. Peter le acarició el pelo y se lo revolvió.

capitulo 41

-Sé que la echas de menos, querida -le dijo Crystal-. Yo también la echo de menos. Creo que me di cuenta de lo mucho que me importaba cuando ya era demasiado tarde para decírselo. Crystal fue a acercarse a Lali, pero ésta se retiró antes de que pudiera tocarla. -Dices que no te importa que esté aquí, ¿verdad? ¿Te molesta que Peter me ayude en los asuntos financieros en los que estoy metida? -No -dijo Lali fríamente. -Gracias a Dios. Sabía que no tendrías celos. Crystal no había notado la frialdad entre marido y mujer, la manera en que ellos se habían evitado desde aquella tarde en la que habían hecho el amor en el bosque. - Traeré el café -dijo Lali. Crystal se quedó mirándola fijamente. Su rostro tenía una expresión indescifrable. El día que Peter regresó a casa, Katy y Aggie se habían ido de compras con Crystal a San Antonio. Lali estaba sentada en el columpio de la entrada cuando él llegó y le dio un vuelco el corazón al verle. Peter subió las escaleras como si estuviese muy cansado. -¿No crees que hace frío para estar columpiándose? -le preguntó Peter. Lali llevaba puesta la chaqueta de cuero de Peter, unos pantalones vaqueros, muy ajustados, y un jersey amarillo. El pelo lo llevaba recogido. No se había dado cuenta del frío que hacía. -Me gusta columpiarme -respondió Lali. -Oh, sí. Ya me acuerdo -murmuró Peter-. ¿Dónde está Crystal? -Se ha ido de compras con Aggie y Katy. Los dedos de Peter apretaron con fuerza el asa del maletín. -¡Maldición!, ¿por qué haces eso? Lali le miró. -¿Hacer qué? -Cerrarte como una flor cuando yo me acerco -le dijo Peter-. ¿Crees que no me he dado cuenta? Cuando entro en la habitación y estás jugando y riendo con Katy, al verme, te cambia la cara por completo. Lali bajó su mirada. -¿Qué esperas que haga, que corra hacia ti? -No puedo imaginarme que hagas eso. Peter dejó el maletín encima de una silla y se sentó al lado de Lali. Encendió un cigarrillo. La sensación de tenerle tan cerca le acobardaba. Hacía semanas que él no la había tocado. Lali puso las manos sobre el regazo para ocultar su nerviosismo. -Sueles pasar mucho tiempo aquí fuera en el verano -le dijo Peter-. ¡Dios, estás preciosa, con las piernas bronceadas y tan sonriente! Cuando estás lejos de tu hermanastra, eres distinta. Pero cuando estáis juntas, te cambia el carácter, y eso es lo que te está pasando ahora. -¿Cómo puedo competir con alguien como Crystal? -le preguntó Lali como si no le importara-. Ella podría hechizar a un dragón. -Supongo que sí. Pero no es por su belleza, Lali. Es porque tiene una personalidad muy fuerte. Lo tiene todo. -¿Es eso una indirecta?

Tuesday, March 15, 2016

capitulo 40

-Lali -intervino Crystal-, ¿te acuerdas de los Cochrans? Me encontré con ellos en Francia Bert ya va al colegio. -Me parece estupendo -dijo Lali, negándose a seguir la conversación. Lali se excusó tan pronto como pudo y subió las escaleras con Katy mientras Peter se quedaba mirándola. Las semanas transcurrieron lentamente. Crystal necesitaba la ayuda de Peter para resolver todos sus asuntos financieros. Aparentemente, Crystal había invertido una parte de la herencia de Carla y necesitaba consejo sobre cómo debía moverse en la bolsa. «Es una excusa perfecta para atraer toda la atención de Peter», pensó Lali. Por su parte, Peter parecía pasar la mayoría del tiempo fuera de casa ocupado en sus negocios y, si hablaba con Lali, era para hacerlo con tono áspero. Apenas se acordaba de los días que pasó con ella mientras reía y bromeaba con Crystal, como si... como si fuese su verdadera mujer. -¿Qué tal se vive con Peter? -le preguntó Crystal una tarde que estaban juntas. -¿Por qué lo preguntas? -dijo Lali. -Sólo quiero entablar una conversación. O intentarlo. Lali, llevo aquí cerca de un mes y todavía no hemos tenido tiempo para hablar. ¿Es que no podemos tener una conversación? Si es a causa de Carla, me doy cuenta de que debería haberte ayudado, pero ya es demasiado tarde. No puedo evitar el que siempre me hayan consentido tanto, ¿verdad? Lali apartó la mirada. A ella le hubiera gustado tener un poco de ese consentimiento del que parecía lamentarse Crystal. -Claro, ser tan guapa tiene sus ventajas -murmuró Lali. -Y sus inconvenientes -contestó Crystal-. ¿Se te ha ocurrido pensar que yo nunca he sabido por qué los hombres estaban conmigo? No sabía si me querían por mi persona o por mi belleza. La belleza no dura, Lali. Y no tengo nada que sea realmente mío. Ni un marido, ni niños, ni un futuro que se espere con ilusión. «¿Quieres a mi marido?», estuvo a punto de preguntarle Lali. -¿Qué hay de tu conde francés? -preguntó Lali. Crystal apartó la mirada y se puso seria. -Le odio. Lali pensó en preguntar por qué, pero no tenía la suficiente confianza como para hacerlo y, además, no sabía cómo acercarse a Crystal, aunque tampoco lo había intentado nunca. -Encontrarás a otro -le dijo-. ¿Te gustaría tomar un café? Crystal la miró como si quisiera decirle algo, pero la frialdad de Lali no la animaba. Crystal esbozó una breve sonrisa. -Seguro, encontraré alguno. A propósito, ¿cuándo vuelve Peter de su viaje? Lali se quedó helada. -Supongo que dentro de unos días. Le diré a Aggie que nos traiga el café -dijo Lali y salió de la habitación. -¿Qué he dicho ahora? -se preguntó Crystal mirando a la mesa con una sonrisa triste. Lali detuvo en el pasillo para intentar controlarse. ¿Por qué Crystal no se había ido con Peter, si tanto deseaba su compañía? A Peter no le importaría. Lali hizo una mueca y las lágrimas corrieron por sus mejillas. Peter se llevaría a Crystal a todos los sitios con él y, al mismo tiempo, no se daría cuenta si Lali caía muerta a sus pies. -¿Lali? -preguntó Crystal, al oír un gimoteo que venía de la puerta. Lali se secó las lágrimas con el borde de su blusa. -Lo siento -murmuró desde la puerta-. Muchas veces me acuerdo de Carla.

capitulo 39

Minutos después, cuando ya estuvieron más calmados, le oyó decir: -¡Dios mío, estamos locos! Nos vamos a helar... Los ojos de Lali estaban cerrados y sus manos acariciaban el pelo de Peter, mientras saboreaba ese momento de tenerle tan cerca. Peter se levantó, recogió su ropa y comenzó a vestirse, mientras, Lali hacía lo mismo. Pero ella estaba tan temblorosa, que él tuvo que ayudarla a vestirse. -Estás temblando -dijo Peter, ayudándole a ponerse la chaqueta. Sí, temblaba, pero no era por el frío. -Gracias -contestó Lali. Peter le acarició las mejillas y se la quedó mirando. Se inclinó y besó sus labios, con un beso tan tierno, que a Lali le dio un vuelco el corazón. -Eres el sueño de cualquier hombre -le dijo Peter-. Una señorita en público y una gata salvaje en la cama. Lali se sonrojó y Peter sonrió. Era una sonrisa diferente a la anterior. Pero sólo duró un instante. -¡Dios mío, lo hemos hecho en medio del camino! -dijo Peter mirando el lugar donde habían estado tumbados. Lali se sacudió las hojas del pelo con manos temblorosas. -Nos echarán de menos, Peter. -Tú eras la que quería un bebé -dijo Peter mirándola con sarcasmo-. Yo sólo trato de hacerte un favor. Lali se dio la vuelta, sintiéndose de nuevo vacía. -Entonces, ¿sólo fue por eso? -preguntó Lali-. Pensé que habías dejado a un lado a Crystal y habías venido a mí buscando alivio. -¿Por qué piensas que no podría hacerlo con Crystal? Tú sabes que no le importarían mis cicatrices en la oscuridad. -Entonces, ¿por qué no lo intentas? -dijo Lali con una sonrisa fría-. A ella le gustan los hombres con dinero. -Eso es asunto suyo. Olvida lo que dije de llevar tus cosas a mi habitación. No podrás cortarme las alas. Lali tenía ganas de estallar. Intentó controlarse y se subió al caballo agarrando las riendas con fuerza. -De acuerdo -dijo Lali-. Prefiero dormir sola, a lo mejor roncas. Antes de que Peter pudiera decir nada, Lali se fue al galope. No podría aguantar ningún sarcasmo más de él, ni ninguna amenaza respecto a Crystal. Estaba demasiado dolorida. Capítulo Ocho Esa noche, a la hora de cenar, todo transcurrió como en los viejos tiempos. Lali comía mientras Crystal era el centro de atención. Su hermanastra estaba encantadora y Peter estaba reaccionando a todo ese encanto como si estuviera ciego. -¿Quieres un poco de pan, Lali? -le preguntó Katy. -No, cariño. Gracias. -Papá no se puso furioso porque fuiste a montar a caballo con vestido, ¿verdad? -¡Oh, no! -susurró Lali y puso toda su atención en la comida.

capitulo 38

Todo el placer que había sentido momentos antes, había desaparecido. -Vamos, Katy. Se ha levantado algo de aire. Vete a jugar a casa -le ordenó Peter. -Sí, papá -contestó Katy y antes de marcharse miró a Lali. -¿Dónde está Crystal? -preguntó Lali. -En casa, preguntándose por qué su hermanastra no puede pasar unos minutos hablando con ella. -Os fuisteis a tu despacho y cerraste la puerta -le recordó Lali-. Supuse que querías intimidad y me fui con Katy a montar a caballo. -¿Te importó que cerrara la puerta? -le preguntó Peter. A Lali le importó, pero no quería que Peter lo supiera. -Haz lo que te plazca, Peter. No tengo derecho a decir nada. Él la miró como si le hubiese golpeado. Peter la cogió del brazo con fuerza y le dijo: -¡Por todos los cielos, deja de mirar como una huérfana! -Soy una huérfana. Y me siento perdida. -¡Lali... maldita seas! Peter se bajó del caballo antes de que Lali pudiera darse cuenta, la hizo desmontar y cayó al suelo encima de ella, dejándola inmovilizada. -No luches conmigo -susurró Peter. -No tenía la intención de hacerlo. Lali comenzó a desabrocharle la camisa a Peter mientras él le acariciaba la boca con sus labios. Apartó la camisa y le acarició el pecho. La boca de Peter era cada vez más exigente, y Lali pudo sentir cómo se estremecía con sus caricias. Peter la hizo levantarse y la llevó debajo de un enorme roble, donde se tumbaron sobre un lecho de hojas. Peter deslizó sus manos por la espalda para intentar desabrocharle la cremallera del vestido, mientras sus bocas se acariciaban. -Cogeré... cogeré una pulmonía -murmur Lali mientras Peter le quitaba el vestido. -Te daré calor -susurró Peter abrazándose a su cuerpo para sentir su desnudez. «Seguro que está pensando en Crystal», pensó Lali. Peter deseaba a Crystal, pensó Lali, pero no podía romper los votos del matrimonio e intentaba desahogar su pasión con Lali. -Por favor-gimoteó Lali, mientras Peter la devoraba con sus besos. -No te detengas ahora -dijo Peter acariciándole las caderas-. ¿Te das cuenta de cuánto te deseo? -Yo también te deseo -murmuró Lali, mientras le sacaba la camisa de los pantalones y le acariciaba los músculos de la espalda-. ¡Oh, Peter, te deseo, te deseo...! -Eres todo fuego -dijo Peter inclinando su cabeza para poder besar los senos de Lali-. Así, cariño, sigue así -murmuró al sentir que se arqueaba contra él-. Me estás consumiendo vivo, Lali, ¿lo sabías? Cuando te miro, me duele todo el cuerpo. Casi me vuelvo loco la pasada noche, cuando te hice mía... te deseo ahora, Lali, aquí y ahora. Peter estaba perdiendo el control, al igual que Lali. Era una insensatez. Katy podría llegar en ese momento, o cualquier otra persona. Unos minutos más tarde, los dos estaban desnudos. La abrasadora pasión que los consumía hacía que no sintieran frío. Mientras sus cuerpos se fundían en el silencio de la noche, Lali dio un grito entrecortado, que se mezcló con el canto lejano de los pájaros. Peter la miró intensamente. Su mirada estaba llena de deseo. La abrazó por la cintura y la apretó contra sus caderas, mientras el corazón le latía a gran velocidad. El mundo pareció girar a su alrededor. Lali le oyó repetir su nombre varias veces, hasta que explotó dentro de ella.

capitulo 37

-¿Quieres que vayamos a ver cómo corre Manta? -le preguntó Katy-. Bandy dice que va muy bien. Va a ser una buena yegua. -Primero tendría que aprender a no echarse encima de la gente -dijo Lali riendo-. Vamos a verla. Manta estaba comiendo avena cuando ellas llegaron por el pasillo lateral del establo. Sacudió la cabeza y se quedó mirándolas fijamente mientras se acercaban al establo con mucho cuidado. Lali cogió a Katy de la mano. -Ten mucho cuidado -le dijo Katy-. Te puede morder. -Ya lo sé. Pero no creo que lo haga -dijo Lali acercándose para acariciarle el hocico-. Oh, Manta, eres muy bonita. Siempre quise tener un caballo, pero nunca tuve tiempo. Mamá estaba tan enferma, que tenía que estar siempre pendiente de ella. -¿Cómo era el sitio donde creciste? -le preguntó Katy. -Muy verde, cariño -dijo Lali-. Recuerdo que había una gran alameda en la ribera del río. También había enormes plantas de cacahuete y de semilla de soja. Nuestra casa era de dos pisos y en la parte de atrás había un patio con una fuente. -¿Fuiste al colegio como yo? Lali movió la cabeza diciendo que sí. -Estuve en un colegio interno, en el norte. No me gustaba mucho, pero estaba de moda. Hubiera preferido ir a una escuela pública de la ciudad y estar más tiempo con mis padres. -Yo estoy muy contenta con la mía -dijo Katy-. Me gusta ir con todas mis amigas. -Yo nunca tuve amigas -le dijo Lali-. Excepto una. Murió cuando todavía estaba en el colegio, y yo lamenté su muerte durante mucho tiempo. No... hago amigos íntimos con mucha facilidad. -Tú eres mi mejor amiga. -Pero, tú eres diferente -sonrió Lali-. Eres muy especial. Katy se abrazó a Lali. -Y tú también. Me encanta que seas mi madre. -Y a mí también, cariño. Lali dio un beso a Katy y volvió a acariciar el hocico de Manta. -¿Te gustaría montar a caballo? -le preguntó Katy-. Tenemos muchos caballos y Benny es muy dócil. Los ojos de Lali se llenaron de alegría. -¡Sí! -¡Vamos! Unos minutos más tarde, Lali iba a caballo al lado de Katy y se dirigían por el camino de la propiedad. Hacía un poco de aire, pero no se notaba demasiado. -Creo que debería haberme puesto unas botas -dijo Lali mirándose los zapatos-. Y también unos pantalones. Con vestido no se puede montar a caballo. ¿Qué pasará si alguien nos ve? Katy se sonrió al ver las piernas de Lali al aire. -Nadie nos verá, te lo prometo. Cabalgaron a través del bosque y de los pinos y Lali pensó que nunca se había sentido tan bien. En ese momento no se acordaba ni de Crystal ni de Peter, sus pensamientos estaban centrados en la belleza del paisaje. -El ganado parece que tiene frío. Y yo también -murmur Lali mirándose las piernas desnudas-. Será mejor que... -Por fin te he encontrado -dijo Peter picando espuelas a su caballo para acercarse a ella-. ¿Estás loca? En el rostro de Peter se reflejaba la ira y sus ojos repararon en las piernas de Lali. -No te enfades, papá. Quisimos salir a montar a caballo y Lali no quiso regresar a casa para cambiarse de ropa. -No, será mejor que coja una pulmonía -contestó Peter. -Regresaremos ahora -dijo Lali.

capitulo 36

-Pero tiene sus compensaciones -dijo Peter mirando por el retrovisor-. ¿Verdad, Lali? -Sí -contestó Lali-. Katy es una de ellas. A Peter no le gustó esa contestación y le dirigió una mirada amenazadora, Crystal soltó una carcajada. -Eso es típico de ti -le dijo Crystal a su hermanastra-. Siempre te han encantado los niños. A propósito, ¿vais a tener alguno? -Sí -dijo Lali. -Lali se lleva muy bien con Katy -dijo Peter-. Son muy buenas amigas. -Tengo muchas ganas de ver a Katy -dijo Crystal con una sonrisa-. Era muy pequeña la última vez que la vi, cuando nos reunimos toda la familia. -Has dejado olvidada a la familia durante muchos años -le dijo Peter. -Oh, he estado muy ocupada -confesó Crystal-. Todo el tiempo viajando. Lali seguía sin decir nada, tan sólo se limitaba a mirar por la ventanilla. Cuando llegaron al rancho, Lali llevó a Crystal a la habitación de los invitados. Aprovechando ese momento que estaban solas le preguntó: -En serio, ¿cuánto tiempo te vas a quedar? -No mucho. No te importa, ¿verdad? Necesito algún lugar donde quedarme hasta que ponga en orden mi vida y mis asuntos financieros. «¿Será realmente eso o que vas detrás de mi marido?», se preguntó Lali. Lali se apoyó en la puerta y miró a Crystal. -Eres bienvenida -le dijo Lali. Crystal se apartó de la ventana y se acercó a Lali. -¿No marcha bien vuestro matrimonio? -le preguntó Crystal-. La mayoría de las relaciones, al empezar, tienen muchos obstáculos, querida. Lali se limitó a mirarla. -¿Cómo te fue en París? -Maravillosamente -contestó Crystal sonriendo-. Lali, deseo que... Crystal se paró y se quedó mirando a su hermanastra. -Gracias por dejarme venir. -Cuando termines de deshacer la maleta, date prisa en bajar. A Katy le encantará verte. -Me alegro de que a ti también te alegre -le dijo Crystal a su hermanastra, que ya salía por la puerta. Katy se mostró cortés con Crystal, pero a Lali le dio la impresión de que a la niña no le era simpática. -Ella no se parece en nada a ti, ¿verdad? -le preguntó Katy a Lali mientras paseaban por el rancho. Crystal le había suplicado a Peter que le explicara el funcionamiento de la calculadora y se las arregló para tenerle todo el tiempo para ella. -No -contestó Lali-. Nunca tuvimos una relación de hermanas. No teníamos nada en común. Katy se quedó mirando a Lali y le preguntó: -¿Vas a tener niños? -Eso espero -contestó Lali-. ¿Te importaría? -Oh, no. Me encantaría tener un bebé para cuidarle. Me encantan los bebés. Huelen muy bien.Lali sonrió y pensó en cómo sería eso de tener un bebé, poder besarle y compartir todo su cariño con Katy y... En ese momento, su resplandeciente rostro se apagó. Peter no había mostrado mucho interés en tener uno. Él sólo la deseaba.

capitulo 35

-Pero él dijo que le gustaba el árbol -dijo Katy-. Y también me dijo el trabajo que le costó encontrar el cuadro que te gustaba. Le habían vendido y tuvo que buscar al hombre que lo compró. Qué extraño era que se preocupara tanto por alguien a quien tenía tanta antipatía. Mientras Lali estaba pensando en el comportamiento de Peter, sonó el teléfono. Aggie fue a contestar y regresó enseguida para avisar a Lali. Lali cogió el teléfono sabiendo que sólo había una persona que pudiera llamarla en ese momento. -¿Sí? -¡Hola, Feliz Navidad! -dijo Crystal-. Envía a alguien para que venga a buscarme al aeropuerto. He venido a alegrar tus monótonas vacaciones. El aeropuerto estaba lleno de gente cuando llegaron Peter y Lali, pero no tardaron en encontrar a Crystal, inconfundible con su pelo largo y rubio. -¡Querida! -exclamó Crystal mientras corría hacia Lali y Peter. Se echó a los brazos de Peter, en vez de a los de Lali y ésta se quedó horrorizada. Crystal le besó en la boca con mucho fervor. Lo peor fue que a Peter no pareció importarle y se limitó a devolverle el abrazo y sonreír. -¡Hola! -exclamó Peter-. ¿Cuánto tiempo te vas a quedar con nosotros? Crystal le miraba embelesada. -Todo el que me dejéis -le dijo Crystal-. He tenido una pequeña riña con mi conde porque me venía a la Gran Mesquite. ¿Qué tal te va? Lali se quedó rígida mientras Crystal la abrazaba. Ella sabía que el afecto que estaba mostrando Crystal era pura exhibición. -¡Vamos! -dijo Crystal-. Estás pasando mal estas navidades sin Carla, ¿verdad? A Lali se le llenaron los ojos de lágrimas y tuvo que apartarse. -Estoy encantada de que hayas venido a visitarnos -le dijo Lali-. Te has perdido la comida de Navidad. Pero no importa, porque Aggie te preparará algo. -¡Señor, no podría comerme ni un trocito de pan! -exclamó Crystal-. He comido en el avión. Estoy llenísima, pero nunca como tanto. Sólo tienes que ver mi figura. Lali sabía que Crystal siempre se comportaba igual con los hombres. Hacía todo lo posible para que la miraran. Se dirigieron al aparcamiento. Peter no apartaba la mirada de ella. -Estás muy callada, Lali -le dijo Crystal cuando entraron en el coche. -Ha pasado mala noche -dijo Peter, y Lali se sonrojó sin que Crystal se diera cuenta. -Cuando leí la postal en la que me decías que os ibais a casar, casi me muero -le dijo Crystal a Peter-. Tú siempre juraste que nunca podrías permitir que una mujer te dominara. -Y lo sigo diciendo -contest Peter encendiendo un cigarrillo-. Me casé con Lali por esas malditas acciones. No podía obtenerlas de otra manera y esto se lo tengo que agradecer a Carla. -Ella te odiaba, ¿verdad? -dijo Crystal sonriendo-. Pobre Peter, el matrimonio no es bueno. Lali iba sentada en el asiento trasero e intentaba ignorar todo lo que iban hablando. Si Peter hubiera dejado ir a Katy, al menos tendría con quién hablar.

capitulo 34

-Si tanto me odias, pide el divorcio -dijo Lali. -¿Qué asignación te gustaría tener? -le preguntó Peter con mucho sarcasmo-. ¿Un pozo de petróleo o dos? ¿O una piel de visón y un Ferrari cada año? -No quiero dinero -contestó Lali-. Nunca lo quise. Puedo trabajar para ganármelo. -Me lo puedo imaginar, de camarera. Lali estaba a punto de explotar de ira. -No es ninguna vergüenza hacer un trabajo honrado. Podría hacer ese trabajo y muchos más. No estoy muy preparada, pero no me da miedo trabajar duro. Te puedes guardar tu dinero. No lo necesito. Ni a ti tampoco. Peter se levantó de la silla. -¿De veras? Podría obligarte a que me suplicaras. -Sí, sé que lo harías -contestó Lali. -¡Maldita! Eres fría e intocable. -Aquí está Aggie -dijo Katy entrando con la señora. Katy se quedó mirando el rostro pálido de Lali y a continuación el de Peter. -Estaba... diciéndole a Peter que mi hermana va a venir a pasar unas vacaciones con nosotros -dijo Lali muy aturdida. -¿Crystal? -preguntó Peter asombrado. -Sí -contestoLali con una sonrisa-. Quería habértelo dicho antes, pero no sabía cómo hacerlo. - N o me importa tenerla aquí. ¿Cuánto tiempo se va a quedar? - N o lo dijo. -¿Te da miedo la competencia? -preguntó Peter, sabiendo que esa pregunta le haría daño. -Nunca he tenido ninguna rivalidad con Crystal -contestoLali con dignidad-. Ella hace lo que quiere. Peter se quedó mirándola de reojo, pero no dijo una sola palabra. Dio varias caladas al cigarrillo y se acercó a Katy y a Aggie. Ésta lanzó una exclamación cuando vio la bufanda que le había comprador Lali y el chal que le habían regalado Katy y Peter. A la hora de la comida, Peter subió a vestirse y Katy y Lali ayudaron a Aggie a poner la mesa. No le faltaba ni un detalle. Todo se había preparado siguiendo las instrucciones de un libro de cocina que Lali tenía. Hasta el pan se había hecho en casa. Había jamón, pavo, salsas, menudillos de ave con patatas, pan de maíz, guisantes crudos, puré de patata y suflé de patata. De postre había bizcocho de fruta, pastel de manzana y chocolates. Lali hizo un esfuerzo por comer, pero hacía tiempo que había perdido el apetito. En cambio Peter no tuvo ningún problema para comer. Su mirada estuvo, todo el tiempo, puesta en Lali. Él la odiaba y Lali lo sabía. Pero no había nada que pudiera hacer o decir en su propia defensa. Lali era consciente de que le había provocado. Pero también le había querido con locura, aunque él no quisiera ser parte de ella. Lali fijó su mirada en la taza de café que tenía delante. «¿Por qué se habrá molestado en comprarme el cuadro?», se preguntó. «¿Habrá sido por Katy?» -Lali, ¿por qué estás tan triste? -le preguntó Katy. -Niña, la señora no tiene una madre para celebrar con ella las navidades -dijo Aggie-. Por eso se siente tan triste. Lali miró a Aggie y sonrió. -Gracias. Lo estoy superando muy bien. Ahora tengo una familia con la cual celebrarlo. Peter soltó la servilleta y se levantó de la mesa. Se dirigió a su despacho y cerró la puerta de un golpe. -¿Qué le ocurre a papá? -preguntó Katy. -A él no le gustan las navidades -dijo Lali-. Siento que se haya enfadado.

capitulo 33

-Oh, claro que lo hay -contestoLali . Mi mente y mi corazón. Tú no conoces nada de eso. -Pero no me importa -dijo Peter-. Tu cuerpo es lo único que me interesa. Acércate. -¡Vete al infierno! -Es Navidad -le recordoPeter con una sonrisa arrogante-. Acércate o le diré a Katy que no me quieres. -De acuerdo. Ésa es toda la verdad. Peter se inclinó y la agarró por la muñeca. La tumbó en la alfombra y la inmovilizó agarrándola por las muñecas. -Lucha conmigo -susurró Peter con una sonrisa-. Lucha conmigo, Lali, y ya veremos quién gana. En el rostro de Lali se reflejaba toda la furia que sentía. A Peter le gustaba dominarla. -Esto está mejor -dijo Peter mientras acercaba sus labios a los de Lali-. Ahora, abre la boca como lo hiciste esta noche pasada y vamos a emborracharnos el uno del otro. La mente de Lali se rebelaba incluso cuando su cuerpo obedecía a Peter, Lali intentó mostrarse fría, pero Peter era muy apasionado y a ella le gustaba la severidad y la fuerza de su abrazo. Y también le gustaba lo excitado que se ponía Peter cuando la tenía en sus brazos. -¡Oh... Lali, sigue así, me gusta! -susurró Peter. Lali le abrazó y sintió todo el peso de su cuerpo encima de ella. -Katy... está al llegar -susurró Lali. -Las oiré cuando se acerquen -dijo Peter en voz baja. Lali sintió una mano por su cintura, que se deslizaba hasta llegar a sus senos. Los acarició y Lali estuvo a punto de soltar un grito ante tanto placer. La forma en que la acariciaba los senos hizo que perdiera el control. Intentó soltarse, pero no pudo. El placer era demasiado fuerte. Peter se apartó un poco. En sus ojos había una mirada de deseo. -Esta noche dormiremos juntos. Te tendré de nuevo -dijo Peter volviéndola a besar-. ¡Oh, Dios mío, te deseo! Peter se apartó a un lado para que Lali se diera cuenta de todo su ardor. -Tú puedes sentirlo, ¿verdad? -dijo Peter-. Un hombre no puede ocultar sus deseos, igual que lo hace una mujer. Te he estado besando y ahora quiero más. Desearía poder saciarme de ti y tú lo sabes. Eres una mujer peligrosa...Peter se levantó y se sentó en una silla. Cogió de encima de la mesa un cigarrillo y lo encendió. Lali se sentó y se colocó el pelo. -Estás muy bien -le dijo Peter-. Nada parece perturbarte, ni siquiera rodar por el suelo conmigo. Lali se puso de pie con mucha elegancia. Cogió el papel de envolver y lo metió en una de las cajas de Katy. -¿No tienes nada que decir? -preguntó Peter. -¿Qué te gustaría que te dijera? Soy vulnerable contigo. No puedo evitarlo. No tengo la experiencia suficiente para aparentar que no me gusta lo que me haces, pero no es agradable por tu parte reírte de mí. Peter se echó a reír. -Yo nunca he pretendido ser agradable contigo.

capitulo 32

Lali no podía mirarle a los ojos. Lo único que hizo fue seguir a Katy hasta el comedor, sin importarle que Peter estuviera cerca de ella. -Sabía que vendrías para verme abrir los regalos -1e dijo Katy a su padre-. Éste es para ti. Espero que te guste. Peter se sentó en la alfombra y abrió el regalo. Era una pitillera preciosa que Katy había comprado con el dinero que tenía ahorrado. Lali sabía que no la iba a usar, pero la niña insistió en comprársela. -¡Oh, papá, gracias! -exclamó Katy cuando vio una caja que contenía una cámara de fotos, un rollo de película y unos flashes-. Te has acordado. -No podría olvidarlo -murmuroPeter y Lali sonrió-. ¿No vas a abrir los tuyos? -le preguntó a Lali. -Sí -contest Lali y cogió un paquete pequeño. -Ése no es al que yo me refería, pero no importa. Sigue -dijo Peter. Lali quitó los lazos y desenvolvió el paquete. Era un frasco de su colonia preferida. Se acercó a Katy y le dio un beso. -Gracias, cariño. Es la colonia que más me gusta. -Esperaba que te gustara. Y gracias por el tuyo -dijo Katy mientras sostenía en la mano la calculadora musical que Lali le había regalado. Peter cogió el paquete rectangular y le apoyó contra la pared. -No me esperaba nada -dijo Lali. -Ni yo tampoco -dijo Peter mientras sostenía en la mano el paquete con la corbata que Lali le había comprado. Lali rasgó el papel y cuando vio lo que era, se quedó sin habla. Los ojos se le llenaron de lágrimas, pero hizo todo lo posible para no llorar. Era el cuadro que había visto en el aeropuerto de San Antonio. El paisaje era un rancho con unos molinos de viento recortándose en un cielo azul. -¿Se te ha comido la lengua el gato? -le preguntó Peter. Lali respiró profundamente. -Gracias -dijo Lali-. Me gusta mucho. Cuando Peter empezó a desenvolver su regalo Lali le detuvo. -No -dijo ella-. Eso es sólo una corbata. Tengo otro... Lali salió corriendo hacia las escaleras y subió a su habitación para coger la calculadora que también le había comprado. Cuando regresó, estaba sin respiración y le dio el paquete a Peter para que lo abriera. Peter comenzó a abrirlo y cuando vio lo que era, se quedó mirando a Lali. -¿Cómo sabías que quería esto? -le preguntó Peter. -De la misma forma que tú sabías que yo quería esto -dijo Lali tocando el cuadro. Peter se sentó en un sillón. En sus ojos había una expresión pensativa. -¿Y bien? -Bien, ¿qué? -¿No me merezco un beso? -preguntó Peter-. A Katy le has dado uno. -Es verdad, Lali -dijo Katy-. Es Navidad. -Es muy tímida -le dijo Peter a su hija-. ¿Por qué no vas a llamar a Aggie y le dices que venga a abrir sus regalos? -¡Vale! -contestó Katy sonriendo y salió corriendo a llamarla. Lali se puso muy nerviosa al darse cuenta de que se habían quedado solos. -¿Te da vergüenza? -preguntó Peter-. Ahora no hay nada que no conozca de ti.

capitulo 31

El amor tierno de la noche fue disminuyendo y Peter comenzó a vestirse al abrigo de una luz tenue. Lali no se dio cuenta cuando Peter apagó la luz. Él cogió la camisa y se quedó mirándola sin que Lali pudiera leer con mucha claridad en sus ojos. Lali se echó por encima la sábana porque no podía soportar esa mirada. -Ahora ya lo sabes, ¿verdad? -le dijo Peter con una sonrisa-. Sabes que te deseo hasta tal punto que me volvería loco. Pero no creo que me vayas a poner una soga al cuello por ello. Tú no podrías ser mi dueña. Ni aunque me dieras un hijo. Le diré a Aggie que cambie todas tus cosas a mi habitación y de ahora en adelante, dormirás conmigo. -Pero... tú dijiste... que también querías un hijo -dijo Lali tartamudeando. -¡Dios mío, yo te quería a ti! Estaría de acuerdo con cualquier cosa con tal de obtener... Peter suspiró y se dio la vuelta-. Hacía meses que no estaba con una mujer, y eso era mucho tiempo. Todo el whisky que tomé me afectó bastante. Tú te quitaste el camisón y te acercaste a mí como una Venus. Soy un ser humano y tienes que comprenderlo. Lali se abrazó a la almohada y las lágrimas corrieron por su rostro. Durante unas horas Lali había pensado que él había estado tan fascinado como ella, y que lo que habían compartido había sido también para Peter algo mágico y maravilloso. Pero todo había sido una farsa, al igual que su matrimonio. -Lamentarse, no te servirá de nada -le dijo Peter-. Recuerda que todo fue idea tuya. Lali no contestó. No podía. Se le hizo tal nudo en la garganta, que no pudo decir una sola palabra. Peter se quedó de pie delante de la cama durante unos segundos y Lali pensó que quería decirle algo. Pero se limitó a darse la vuelta y a salir de la habitación dando un portazo. Lali se levantó e intentó hacerse a la idea de que todo iba bien. Se puso un vestido de punto beige que había hecho traer desde Georgia y se recogió el pelo en la nuca. No se molestó en ponerse un poco de maquillaje porque nadie la iba a ver, excepto Peter. Y a él no le importaba el aspecto que tuviera. Le había deseado mucho y le había amado. Lali creía que ella le importaba algo... pero lo único que le importaba era el sexo. Lali sonrió ante su propia ingenuidad. Por la noche volvería a dormir con él y todo podría volver a ocurrir de nuevo. Pero se prometió a sí misma que su respuesta no sería tan desinhibida. Peter no iba a conseguir que ella repitiera esa locura, no cuando sabía que la odiaba por tentarle. Lali cogió el cepillo y estuvo a punto de tirarle contra el espejo. Si no hubiera sido tan estúpida y confiada, no le hubiera pasado aquello. Como si nada hubiera ocurrido, Lali fue a la habitación de Katy y llamó a la puerta. La abrió y asomó la cabeza. -¡Oye! -le dijo Lali-. Creo que Santa Claus ya ha venido. ¿Quieres bajar y mirar? -¡Oh, vamos! -exclamó Katy y se puso la bata y las zapatillas. Lali apoyó su mano sobre el hombro de Katy, temiendo un encuentro con Peter cuando llegaran abajo. Estaban todos los regalos que Lali había colocado debajo del árbol, pero también había algunos más. Se quedó mirando a un paquete enorme y rectangular, que estaba envuelto con papel marrón y con un lazo en la esquina. Quizás lo hubiera puesto Aggie. -¿No deberíamos despertar a papá? -preguntó Katy. -Supongo que sí -dijo Lali-. ¿Por qué no subes y llamas a la puerta? -No hace falta -dijo Peter desde el vestíbulo-. Me desperté muy temprano. Peter llevaba puestos solamente unos pantalones vaqueros y tenía una taza de café en la mano. Estaba descalzo y tenía un aspecto raro.

Sunday, March 13, 2016

capitulo 30

Lali extendió sus brazos y le abrazó mientras Peter jugueteaba con su boca. A ella le pareció como si en aquel momento estuviera conociendo al auténtico Peter. -No pensé que yo pudiera atraerte -susurró Lali. Peter levantó la cabeza. -¿Por qué no? -Porque huías de mí. -No te hagas ilusiones -contestó Peter-. Yo no te amo, Lali. Yo te deseo y eso es todo. Lali sintió náuseas que brotaban de dentro de ella y estuvo a punto de apartar a Peter de un empujón. Pero había algo en su forma de comportarse que era diferente. Lali sabía que no iba a hacerle cambiar de la noche a la mañana, pero sólo tenía que tener paciencia. Por lo menos, él la deseaba. -No espero ningún milagro -dijo Lali-. Trataré de satisfacerte, si tú me dices lo que tengo que hacer. -¡Maldición, Lali! -¿Qué ocurre? De repente, Peter se puso de espaldas. -Acaríciame -dijo Peter. Las delicadas manos de Lali acariciaron sus hombros y su pecho, volviendo a descubrir la textura de su piel. Peter la miró mientras seguía tumbado boca arriba en la cama. Cuando sus manos llegaron a la cintura y después a la parte baja del estómago, Peter sonrió ante el azoramiento de Lali. -Eres una cobarde. -Yo soy nueva en esto -le dijo Lali con una sonrisa. -Ya aprenderás. Peter se incorporó, puso el cuerpo de Lali muy cerca del suyo y se tumbó encima de ella. -Ahora, me toca a mí -le dijo Peter y comenzó a besarla-. Es mi turno. Lali sintió que su cuerpo ardía de pasión. Los dedos de Peter recorrían cada milímetro de su cuerpo y con los labios siguió la misma trayectoria. La habitación estaba en silencio y sólo se oían los sonidos que ellos hacían. Lali abrió los ojos y le miró fijamente. Todo el cuerpo de Peter estaba sobre ella. -¿Asustada? -susurró Peter. -Sí -contestó Lali. -No te volverá a doler después de ahora -murmur Peter mientras intentaba controlar la fuerza de su cuerpo-. ¿Es doloroso? Sí que lo era, pero Lali lo negó con la cabeza. Y un minuto más tarde, se hizo realidad. La mirada de Peter estaba llena de ternura y Lali perdió la noción del tiempo. El abrazo se volvió algo tan exquisitamente excitante, que ella se sintió como si estuviese agonizando por la fiebre. Su cuerpo estaba ardiente y ya no se podía echar atrás. Estaba muy angustiada y llena de tensión. -No -susurró Lali clavando las uñas en los hombros de Peter-. ¡No puedo!Peter sonrió. Sus manos controlaron el cuerpo de Lali y la forzó a que continuara hasta el final. Entonces, surgió una explosión de pasión consumada cuando llegaron al éxtasis y después empezaron a relajarse. A Lali le pareció que habían pasado muchas horas cuando por fin volvió a respirar con normalidad. Estaba temblando y recordó todo lo ocurrido. -¿No era lo que tú esperabas, cariño? -preguntó Peter dándole un beso. -Yo pensé... que sería más doloroso. -¿No te dolió? Pero... gritaste. Lali se sonrojó e intentó ocultarlo, pero Peter se dio cuenta. Él la tenía inmovilizada en la cama. En los ojos de Peter había una expresión salvaje que ella jamás había visto. -La última vez fue por ti -dijo Peter-. Esta vez es por mí. La noche fue, al mismo tiempo, la más larga y la más corta de su vida. Lali estaba aturdida ante el ardor inagotable de Peter. Lali se sonrojó al recordarlo todo y se preguntó de dónde habrían sacado tanto vigor.

capitulo 29

-Oh, sí. Te deseo. Lali se puso de pie y sintió lo imprudente y lo prohibido al mismo tiempo. Se esforzó por mirarle a los ojos. Deslizó el camisón por su cuerpo y lo dejó caer al suelo. Peter la miró como si nunca hubiera visto a una mujer en su vida. -Eres la gracia y la elegancia juntas -le dijo Peter-. Me imaginaba que serías orgullosa incluso cuanto te entregaras a mí. Eres encantadora, Lali. Demasiado encantadora. No me provoques, cariño. Hace tiempo que no hago el amor y tengo muchas ganas. Peter fue a apartarse, pero Lali le agarró del brazo. -¿Es tan duro para ti? -susurró Lali. -No. Todo lo contrario. Pero si te quedas embarazada... -Oh, me encantaría. Me gustaría tener un hijo tuyo. Peter se puso nervioso. -Lali... -¿No quieres un hijo, Peter? Peter se acercó a Lali y acarició su cuerpo desnudo, apoyando el rostro sobre su pelo. -Sí -contestó Peter-. Quiero un hijo y te quiero a ti. Pero... -¿Pero, qué? -Lali, ¿tú sabes que yo estuve en Vietnam? -Sí. -Mi unidad se encontró con una emboscada y a mí me metieron mucha metralla en el cuerpo. Mi cadera derecha y el muslo parecen el mapa de una carretera. Las cicatrices se han borrado un poco con el paso de los años, pero he conocido mujeres que me pedían que apagara la luz... Peter sonrió al decir esto, pero a Lali le dolió. ¡Cuánto debía haber sufrido! -Yo nunca te pediría que apagaras la luz -le dijo Lali al oído-. A mí no me importaría que hubieses perdido un brazo o una pierna... al fin y al cabo, sigues siendo Peter. -Mañana puedes lamentarte de lo que ocurra. -Me preocuparé de ello por la mañana, Peter, por favor... -¡Dios mío, no tienes que suplicar! ¿No te das cuenta de lo que yo lo deseo? Peter se inclinó y la besó con pasión. Lali sintió como la levantaba en brazos y a continuación la tumbaba en la cama. Peter comenzó a quitarse la ropa con mucha agilidad. Ella sabía que Peter no estaba del todo sobrio y que no había barreras entre ellos. Lali no apartó los ojos cuando Peter se puso de espaldas y ella pudo ver las cicatrices de la cadera y del muslo. Esa parte no la tenía muy morena. Quizás fuera porque nunca iba a nadar ni tampoco se ponía pantalones cortos. Las cicatrices no eran muy agradables, pero tampoco tan horribles como Peter había dicho. Todo el resto de su cuerpo era musculoso. El contorno de arriba era ancho y al llegar a las caderas se estrechaba. -¿Algún comentario? -le preguntó Peter. -¿Esperabas que me desmayara? -le preguntó con una sonrisa-. Casi estuve a punto, pero no fue por las cicatrices. -¿Nunca habías visto a un hombre desnudo? Lali movió la cabeza. -Intentaré tener cuidado -dijo Peter y le dio un beso-. Pero yo soy muy torpe, señora Lanzani. Hace mucho tiempo que no estoy con una mujer en la cama.