capitulo 10

-Señorita, el dolor pasa con el tiempo. Hace algunos años que yo también perdí a mi madre, y todavía me duele, pero dicen que con el tiempo se cicatriza la herida. Lali afirmó con la cabeza y trató de sonreír. -Ésta es la habitación. Katy volvió a decorarla cuando supo que vendría. Aggie le mostró a Lali la habitación. Habían puesto una colcha nueva en la cama que iba muy bien con las cortinas de color beige. También había unas alfombras de color azul y un papel muy bonito en la pared. Y encima de la cómoda, un jarrón con flores naturales. -¡Está preciosa! -exclamó Lali. -Esperaba que te gustara -dijo una voz desde la puerta de la habitación. -¡Katy! -exclamó Lali y le extendió los brazos. Katy corrió a ellos y sonrió. Era la viva imagen de su padre. Sus ojos verdes resaltaban más con el color negro de su pelo. Iba a ser también muy alta. Casi le llegaba a Lali por el hombro. -Hueles muy bien -dijo Katy-. Como las flores. Siempre hueles muy bien, Lali. -Me encanta que digas eso -dijo Lali con una sonrisa-. ¿Cómo vas en el colegio? -Odio las matemáticas y la gramática. Pero la música se me da muy bien. Toco la flauta. Lo hago muy bien con el coro. Y también voy muy bien en la clase de arte. -Me encanta oír que sabes tocar un instrumento -dijo Lali-. Ha sido la más simpática bienvenida que he tenido desde hace mucho tiempo. -Has discutido con papá de nuevo, ¿eh? -murmuró Katy con una sonrisa-. Lo oí. Lali se sonrojó. -Tuvimos un desacuerdo insignificante. -Siempre tienen desacuerdos insignificantes -le dijo Katy a Aggie y sonrió-. A papá le gusta dar órdenes y a Lali no le gusta que se las den. -Ahora, Katy... -comenzó a decir Lali. -Ya lo sé, sólo debo preocuparme de mis cosas -dijo Katy-. Pero tú vas a ser mi madre y también me incumbe a mí, ¿no? Al decir esta última frase, los ojos de Lali comenzaron a brillar, pero no salió de ellos ni una sola lágrima. -Oh, lo siento -dijo Katy-. Lo siento mucho, se me olvidó. -Está bien -dijo Lali frotándose los ojos-. Ha pasado muy poco tiempo. Yo la quería mucho. -Nunca conocí a mi madre -dijo Katy-, pero mi padre dice que era una hembra de primera clase... -No debes decir esas cosas -dijo Lali muy enfadada. -Pero papá lo hace. -Sí, pero tú no deberías hablar así de tu madre. Además, las señoritas no usan un lenguaje como ése. Katy la miró desconcertada. -Mañana me tendrás que enseñar el rancho. Hace más de un año que no venía por aquí y estoy segura de que ha habido muchos cambios. Eso hizo que Katy sonriera de nuevo. -¡Ya lo creo! A menos que tú... prefieras que te lo enseñe papá.