Monday, March 7, 2016

capitulo 11

-Él puede enseñármelo más tarde -contestó Lali-. Ahora, ¿qué te parece si nos vamos a la cama? Estoy muy cansada y quiero descansar. -Dígame donde tiene la ropa, señorita, y se la guardaré. -Lo llevo todo puesto -contest Lali abriéndose el abrigo y descubriendo el vestido que llevaba puesto-. Peter dijo que no me hacía falta nada. -Le prestaré un vestido mío -dijo Aggie-. Los hombres nunca piensan en esas cosas. -¿Por qué no hiciste una maleta? -preguntó Katy. -Porque tu padre pasó a recogerme y no me dio tiempo a nada más, tan sólo a ponerme el abrigo. -Buenas noches, Lali -dijo Katy y a continuación se metió en su habitación. Lali no recordó lo grande que era la Gran Mesquite hasta que al día siguiente dio una vuelta por ella con Katy. La. casa, que siempre le había gustado, era ya muy antigua -Hace algunos veranos, yo solía jugar en el columpio de la entrada -le dijo Lali a Katy mirando hacia la casa-. Y tu abuela me preparaba té y grandes sandwiches de tomate. Y mientras me los comía, seguía columpiándome. -¿Solíais papá y tú jugar juntos? -preguntó Katy. -No, cariño -dijo Lali con una sonrisa-. Tu padre era ya un hombrecito y yo sólo tenía diez años. No le veía casi nunca. Se había marchado a un colegio y luego a Vietnam. -Oh, sí. Sé todo lo de esa guerra -dijo Katy-. Papá tuvo un horrible... -¡Katy! -le gritó Aggie desde la puerta-. Deanne está al teléfono, quiere hablar contigo. -Ya voy; Aggie -dijo Katy-. Deanne es mi mejor amiga. No tardaré. -No te preocupes por mí -le dijo Bess-. Daré un paseo alrededor de la casa y echaré un vistazo al ganado. -No te acerques al establo. Papá tiene a Manta allí -le advirtió Katy. -¡Qué nombre! ¿Es un toro? -No, una yegua -contestó Katy riéndose-. La llaman así porque le gusta echarse sobre la gente... como si fuera una manta. -Iré con cuidado -prometió Lali. Katy se fue corriendo hacia la casa y Lali se quedó paseando por el patio. Llevaba la misma ropa que el día anterior y un jersey grueso de Peter para el frío, aunque odiaba tener que llevar puesto algo de él. Estaba pensando en él, cuando le vio salir del establo con un ronzal en la mano y siguiendo a Manta. Lali se acercó a la valla y se sentó encima. -¿Vas a sacarla a pasear? -preguntó Lali. -No -contestó Peter-. Voy a ponerle el ronzal para que Bandy pueda trabajar.  Lali vio cómo Peter se acercaba a la yegua y le hablaba con dulzura para tranquilizarla. Nunca le había oído emplear ese tono de voz, excepto cuando hablaba con Katy. Se fue acercando cada vez más a la yegua, hasta que le puso el ronzal. Peter continuó acariciando su sedosa piel negra mientras el vaquero llamado Bandy salía del establo con una rienda para atarla al ronzal. Peter le dijo algo al vaquero y después se sentó en la valla junto a Lali. Llevaba puestos unos pantalones vaqueros y una vieja camisa que se ponía para estar en el rancho. Cualquier cosa le sentaba bien. -No confíes demasiado en ella, Bandy -dijo Peter mientras encendía un cigarrillo-. Es como todas las mujeres, un puro nervio. Lali se apartó el pelo de la cara. Peter se la quedó mirando y preguntó señalando el jersey: -¿Dónde has conseguido eso? -Me lo dio Aggie -contestó Lali-. No me dejaste traerme nada. -No te queda muy bien -dijo Peter burlándose. -No me importa. Al menos estoy caliente. Pero si quieres que...

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