Sunday, March 13, 2016

capitulo 27

Peterle agarró las dos manos, con una de las suyas y la hizo tumbarse contra la almohada. -Si quieres que te mire, Lali, no tienes más que decírmelo. Mientras hablaba, Peter le bajó el cuerpo del camisón, dejando al descubierto sus senos. Peter se quedó mirándolos, dejando que sus ojos siguieran por todas las líneas y curvas de su cuerpo. Su rostro estaba rígido, pero en sus ojos brillaba la excitación. Lali no podía moverse. La mirada absorta de Peter no la dejaba moverse. La estaba mirando como ningún hombre anteriormente lo había hecho y como consecuencia su respiración se parecía cada vez más a un jadeo. Finalmente, los ojos de Peter, después de observar todo su cuerpo, se encontraron con los de Lali, en los que pudo leer la turbación que ella sentía. -A ti te gusta esto, ¿verdad? -le preguntó Peter-. ¿Nunca habías estado así con un hombre? Lali movió la cabeza, no pudiendo pronunciar ni una sola palabra. -¿Nunca? -repitió Peter. -Como tú mismo dijiste... tengo pocos atractivos -susurró Lali apartando su mirada. -No -contest Peter con firmeza-. No. Tienes un cuerpo muy bonito, tan delicado como el interior de una concha marina. Nunca había visto nada tan encantador como esto. Lali notó que Peter había estado bebiendo, pero le estaba haciendo sentir cosas que nunca había experimentado. Lali quería que Peter se tumbara y así poderle besar. -Estamos casados -dijo Peter-. No hay deshonra en lo que estamos haciendo. A Lali se le hizo un nudo en la garganta. -Sí. Ya lo sé -contestó. Peter extendió su mano y acarició la mejilla de su mujer. -Eres tan joven... -dijo con voz tierna-, no sabes lo que es la fealdad y el dolor. Peter respiró profundamente, se levantó y encendió un cigarrillo. Lali seguía tumbada y hecha un lío por todo lo que estaba ocurriendo. -¿Peter? Peter se dio la vuelta y se quedó mirando su desnudez. Habían pasado tan sólo unos segundos. -¡Oh, Dios, mío!, ¿por qué no te tapas? Me he tomado tres whiskys, Lali, y hace meses que no he estado con una mujer. -Tú no me deseas, y no hace falta que lo vuelvas a repetir -dijo Lali con tono frío mientras se subía el cuerpo del camisón. -Te sorprenderías si supieras las cosas que deseo, pero soy realista y conozco mis propias limitaciones. -¿Tú con limitaciones? -dijo Lali echándose una manta por encima-. ¡Qué raro! Peter se quedó mirándola mientras llevaba el cigarrillo hacia su boca. Su mirada era tan masculina y sensual que Lali tuvo ganas de bajarse de la cama y abrazarle. La manera con que había mirado su cuerpo era inexplicable y Lai sabía que aunque había estado bebiendo, nunca se le olvidaría esa noche. -En realidad, no eres tan fría como imaginaba -le dijo Peter-. Para ti, es como un tipo de armadura o una manera de protegerte. -Pues deja de desarmarme. -No estoy haciendo eso. Tú eres mucho más complicada. Esta tarde, en el comedor... Peter se interrumpió para que Lali recordara ese momento. -... tú me seguías a cada paso que yo daba. No esperaba que me besaras, incluso cuando te lo pedí. Yo estaba... bromeando. Lali cerró los ojos e intentó calmar sus nervios.

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