Saturday, March 12, 2016

capitulo 23

Peter no puso ningún impedimento al árbol de Navidad. De hecho, se hizo a la idea de que no estaba allí. El día de Nochebuena, Lali le vio bajar con un enorme paquete por las escaleras. Ella se alegró muchísimo por Katy. La única cosa desagradable que Lali había tenido, era una postal de Crystal diciendo que había recibido su carta contándole lo de la boda y que iría a pasar unas vacaciones con Peter y ella. Crystal era todo lo que Lali necesitaba para romper la tregua que estaba estableciendo con Peter. Tenía ganas de gritar. Crystal siempre le había quitado todo. Ella era más hermosa, pero a Lali no le importaba. Tenía a Katy y al menos la esperanza de algún tipo de relación con Peter. ¿Y qué pasaría si Crystal decidiera perseguir al flamante marido de Lali? Una nube oscura se posó en el pensamiento de Lali. Y de repente, tuvo miedo. -¿Qué es esto? -le preguntóPeter a Lali mientras ponía la mesa para comer el día de Navidad. -Una servilleta -contestó Lali. Peter se quedó mirando la servilleta, la cogió en la mano y la sacudió. -¡Nunca había visto una cosa tan ridícula! Lali le miró fijamente. -Puedes encontrar servilletas así de elegantes en todos los restaurantes del país -le dijo Lali con sarcasmo-. Pero si lo prefieres, puedes limpiarte la boca con la manga... -¿Como un salvaje? -preguntó Peter tirando la servilleta encima del plato-. Eso es lo que siempre me has considerado. -Eso no es verdad. Lali dejó de poner la mesa y se quedó de pie mirándole y sin acobardarse. -¿Que no? -dijo Peter sonriendo-. Entonces, ¿por qué me tiras macetas e intentas abofetearme la cara y...? -Peter -dijo Lali suplicante-. ¿Por qué no podemos olvidar lo pasado? -¿De veras crees que podemos ignorar la manera en que reaccionamos el uno con el otro? -preguntó Peter con una pequeña sonrisa-. Dios mío, no puedo recordar la última vez que una mujer se peleó conmigo como tú lo haces. La observación llevó visiones molestas a la mente de Lali. Nunca se había imaginado a Peter con una mujer en la cama, y eso la sobresaltó. Desafortunadamente, Peter se dio cuenta. -No me refería a eso -murmuró. -No pretendas leerme el pensamiento -dijo Lali, y continuó con su tarea. -¿En qué estabas pensando? No creía que las señoritas hiciesen hincapié en cosas tales como el sexo. Lali trató de ignorar el insulto. -Katy debe estar esperando -dijo Lali-. Por favor, no te rías de su vestido. Se lo compré para que se lo pusiera el día de Nochebuena para ir a misa. -Nunca me río de mi hija -contestó Peter. -Nuestra hija -dijo Lali con un frío tono de voz. -Perdóname.

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