capitulo 15

-¿Blanco? -dijo Peter burlándose. -¿Y por qué no? Además, tengo toda la razón para llevarlo y lo llevaré. -¿Eres virgen? preguntó Peter. -Sí y no me importa -le dijo Lali tajantemente-. Todavía quedamos algunas. -Creo que debería haberme dado cuenta. Te controlas demasiado. -Claro, comparado contigo... Gracias a Dios que no voy a dormir en tu cama. Lali fue a salir de la habitación, pero Peter se puso delante. La cogió del brazo y la agarró con fuerza. -No me provoques -dijo Peter con crueldad-, o sabrás de lo que soy capaz. -Me estás haciendo daño -susurró Lali mientras intentaba apartarse de él. -Siempre intentas desviar las cosas -dijo Peter. Los ojos de Peter estaban llenos de ira y tenía una mirada amenazadora. -Tú empezaste -contestó Lali. -Supongo que sí -le dijo Peter mirándola a los ojos-. Me sacas de mis casillas, Lali. Siempre lo haces. -Me doy cuenta de que preferirías morirte a tener que casarte conmigo. Y espero que te des cuenta que para mí significa lo mismo. Pero es una buena idea intentarlo y llevarlo a cabo por Katy. -Estoy de acuerdo -dijo Peter. -¡Conmigo! -Eso representa un problema -dijo Peter mientras la tenía agarrada por el codo y sentía el calor de su piel-. Dios mío, estás muy delgada. -Es la moda -contest Lali, molesta por lo que había dicho. -¡Y por tanto sexy! Aunque francamente, eso es algo que no me preocupa. -Debes tener la sangre muy fría, señor Lanzani -dijo Lali sin acobardarse-. Eres demasiado duro. No tienes modales. -Demasiado fuerte, señorita -contestó Peter-. A propósito, a Katy no le gusta irse a la cama a las ocho. Peter había notado el nuevo horario que había implantado Lali. -Ella me lo dijo. -Lo curioso es que te hace caso -replicó Peter-. Como dijiste una vez, ella te quiere. Peter intentó convencerla de que no tenía razón, pero acabó por rendirse. Se quitó la corbata y se desabrochó la camisa. -Sírveme una copa. -Yo no... -Una bebida -interrumpió Peter-. Debería haberlo recordado. Nada de bebidas, nada de sexo, nada de malos hábitos... tienes todas las virtudes de una santa. Peter salió del despacho sin decir una palabra más y cerró la puerta. Lali cogió un tiesto y lo arrojó contra la puerta. Dio un golpe muy fuerte y cayó al suelo haciéndose añicos. En ese momento, Peter abrió la puerta y la miró después de ver lo ocurrido. -¿Estás sembrando un jardín? Tú no eras muy buena hace unos meses. -Yo sé lo que me gustaría sembrar. Lali colgó el vestido de novia en la barandilla y se inclinó para recoger los trozos del tiesto. Peter se agachó para ayudarla y sus cabezas se chocaron.  Peter la agarró por los hombros y la levantó para ponerse de pie. Lali le miró a los ojos parecían que iban a estallar de ira.