Tuesday, March 15, 2016
capitulo 37
-¿Quieres que vayamos a ver cómo corre Manta? -le preguntó Katy-. Bandy dice que va muy bien. Va a
ser una buena yegua.
-Primero tendría que aprender a no echarse encima de la gente -dijo Lali riendo-. Vamos a verla.
Manta estaba comiendo avena cuando ellas llegaron por el pasillo lateral del establo. Sacudió la cabeza y
se quedó mirándolas fijamente mientras se acercaban al establo con mucho cuidado. Lali cogió a Katy de
la mano.
-Ten mucho cuidado -le dijo Katy-. Te puede morder. -Ya lo sé. Pero no creo que lo haga -dijo Lali
acercándose para acariciarle el hocico-. Oh, Manta, eres muy bonita. Siempre quise tener un caballo, pero
nunca tuve tiempo. Mamá estaba tan enferma, que tenía que estar siempre pendiente de ella.
-¿Cómo era el sitio donde creciste? -le preguntó Katy.
-Muy verde, cariño -dijo Lali-. Recuerdo que había una gran alameda en la ribera del río. También
había enormes plantas de cacahuete y de semilla de soja. Nuestra casa era de dos pisos y en la parte de
atrás había un patio con una fuente.
-¿Fuiste al colegio como yo?
Lali movió la cabeza diciendo que sí.
-Estuve en un colegio interno, en el norte. No me gustaba mucho, pero estaba de moda. Hubiera
preferido ir a una escuela pública de la ciudad y estar más tiempo con mis padres.
-Yo estoy muy contenta con la mía -dijo Katy-. Me gusta ir con todas mis amigas.
-Yo nunca tuve amigas -le dijo Lali-. Excepto una. Murió cuando todavía estaba en el colegio, y yo
lamenté su muerte durante mucho tiempo. No... hago amigos íntimos con mucha facilidad.
-Tú eres mi mejor amiga.
-Pero, tú eres diferente -sonrió Lali-. Eres muy especial. Katy se abrazó a Lali.
-Y tú también. Me encanta que seas mi madre.
-Y a mí también, cariño.
Lali dio un beso a Katy y volvió a acariciar el hocico de Manta.
-¿Te gustaría montar a caballo? -le preguntó Katy-. Tenemos muchos caballos y Benny es muy dócil.
Los ojos de Lali se llenaron de alegría.
-¡Sí!
-¡Vamos!
Unos minutos más tarde, Lali iba a caballo al lado de Katy y se dirigían por el camino de la
propiedad. Hacía un poco de aire, pero no se notaba demasiado.
-Creo que debería haberme puesto unas botas -dijo Lali mirándose los zapatos-. Y también unos
pantalones. Con vestido no se puede montar a caballo. ¿Qué pasará si alguien nos ve? Katy se sonrió al
ver las piernas de Lali al aire.
-Nadie nos verá, te lo prometo.
Cabalgaron a través del bosque y de los pinos y Lali pensó que nunca se había sentido tan bien. En ese
momento no se acordaba ni de Crystal ni de Peter, sus pensamientos estaban centrados en la belleza del
paisaje.
-El ganado parece que tiene frío. Y yo también -murmur Lali mirándose las piernas desnudas-. Será
mejor que...
-Por fin te he encontrado -dijo Peter picando espuelas a su caballo para acercarse a ella-. ¿Estás loca?
En el rostro de Peter se reflejaba la ira y sus ojos repararon en las piernas de Lali.
-No te enfades, papá. Quisimos salir a montar a caballo y Lali no quiso regresar a casa para cambiarse de
ropa.
-No, será mejor que coja una pulmonía -contestó Peter.
-Regresaremos ahora -dijo Lali.
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