Sunday, March 13, 2016
capitulo 30
Lali extendió sus brazos y le abrazó mientras Peter jugueteaba con su boca. A ella le pareció como si en
aquel momento estuviera conociendo al auténtico Peter.
-No pensé que yo pudiera atraerte -susurró Lali. Peter levantó la cabeza.
-¿Por qué no?
-Porque huías de mí.
-No te hagas ilusiones -contestó Peter-. Yo no te amo, Lali. Yo te deseo y eso es todo.
Lali sintió náuseas que brotaban de dentro de ella y estuvo a punto de apartar a Peter de un empujón. Pero
había algo en su forma de comportarse que era diferente. Lali sabía que no iba a hacerle cambiar de la
noche a la mañana, pero sólo tenía que tener paciencia. Por lo menos, él la deseaba.
-No espero ningún milagro -dijo Lali-. Trataré de satisfacerte, si tú me dices lo que tengo que hacer.
-¡Maldición, Lali!
-¿Qué ocurre?
De repente, Peter se puso de espaldas.
-Acaríciame -dijo Peter.
Las delicadas manos de Lali acariciaron sus hombros y su pecho, volviendo a descubrir la textura de su
piel. Peter la miró mientras seguía tumbado boca arriba en la cama.
Cuando sus manos llegaron a la cintura y después a la parte baja del estómago, Peter sonrió ante el
azoramiento de Lali.
-Eres una cobarde.
-Yo soy nueva en esto -le dijo Lali con una sonrisa.
-Ya aprenderás.
Peter se incorporó, puso el cuerpo de Lali muy cerca del suyo y se tumbó encima de ella.
-Ahora, me toca a mí -le dijo Peter y comenzó a besarla-. Es mi turno.
Lali sintió que su cuerpo ardía de pasión. Los dedos de Peter recorrían cada milímetro de su cuerpo y con
los labios siguió la misma trayectoria. La habitación estaba en silencio y sólo se oían los sonidos que
ellos hacían.
Lali abrió los ojos y le miró fijamente. Todo el cuerpo de Peter estaba sobre ella.
-¿Asustada? -susurró Peter.
-Sí -contestó Lali.
-No te volverá a doler después de ahora -murmur Peter mientras intentaba controlar la fuerza de su
cuerpo-. ¿Es doloroso?
Sí que lo era, pero Lali lo negó con la cabeza. Y un minuto más tarde, se hizo realidad. La mirada de
Peter estaba llena de ternura y Lali perdió la noción del tiempo. El abrazo se volvió algo tan
exquisitamente excitante, que ella se sintió como si estuviese agonizando por la fiebre. Su cuerpo estaba
ardiente y ya no se podía echar atrás. Estaba muy angustiada y llena de tensión.
-No -susurró Lali clavando las uñas en los hombros de Peter-. ¡No puedo!Peter sonrió. Sus manos controlaron el cuerpo de Lali y la forzó a que continuara hasta el final. Entonces,
surgió una explosión de pasión consumada cuando llegaron al éxtasis y después empezaron a relajarse.
A Lali le pareció que habían pasado muchas horas cuando por fin volvió a respirar con normalidad.
Estaba temblando y recordó todo lo ocurrido.
-¿No era lo que tú esperabas, cariño? -preguntó Peter dándole un beso.
-Yo pensé... que sería más doloroso.
-¿No te dolió? Pero... gritaste.
Lali se sonrojó e intentó ocultarlo, pero Peter se dio cuenta. Él la tenía inmovilizada en la cama. En los ojos
de Peter había una expresión salvaje que ella jamás había visto.
-La última vez fue por ti -dijo Peter-. Esta vez es por mí. La noche fue, al mismo tiempo, la más larga y la
más corta de su vida. Lali estaba aturdida ante el ardor inagotable de Peter. Lali se sonrojó al recordarlo
todo y se preguntó de dónde habrían sacado tanto vigor.
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