Tuesday, March 15, 2016

capitulo 38

Todo el placer que había sentido momentos antes, había desaparecido. -Vamos, Katy. Se ha levantado algo de aire. Vete a jugar a casa -le ordenó Peter. -Sí, papá -contestó Katy y antes de marcharse miró a Lali. -¿Dónde está Crystal? -preguntó Lali. -En casa, preguntándose por qué su hermanastra no puede pasar unos minutos hablando con ella. -Os fuisteis a tu despacho y cerraste la puerta -le recordó Lali-. Supuse que querías intimidad y me fui con Katy a montar a caballo. -¿Te importó que cerrara la puerta? -le preguntó Peter. A Lali le importó, pero no quería que Peter lo supiera. -Haz lo que te plazca, Peter. No tengo derecho a decir nada. Él la miró como si le hubiese golpeado. Peter la cogió del brazo con fuerza y le dijo: -¡Por todos los cielos, deja de mirar como una huérfana! -Soy una huérfana. Y me siento perdida. -¡Lali... maldita seas! Peter se bajó del caballo antes de que Lali pudiera darse cuenta, la hizo desmontar y cayó al suelo encima de ella, dejándola inmovilizada. -No luches conmigo -susurró Peter. -No tenía la intención de hacerlo. Lali comenzó a desabrocharle la camisa a Peter mientras él le acariciaba la boca con sus labios. Apartó la camisa y le acarició el pecho. La boca de Peter era cada vez más exigente, y Lali pudo sentir cómo se estremecía con sus caricias. Peter la hizo levantarse y la llevó debajo de un enorme roble, donde se tumbaron sobre un lecho de hojas. Peter deslizó sus manos por la espalda para intentar desabrocharle la cremallera del vestido, mientras sus bocas se acariciaban. -Cogeré... cogeré una pulmonía -murmur Lali mientras Peter le quitaba el vestido. -Te daré calor -susurró Peter abrazándose a su cuerpo para sentir su desnudez. «Seguro que está pensando en Crystal», pensó Lali. Peter deseaba a Crystal, pensó Lali, pero no podía romper los votos del matrimonio e intentaba desahogar su pasión con Lali. -Por favor-gimoteó Lali, mientras Peter la devoraba con sus besos. -No te detengas ahora -dijo Peter acariciándole las caderas-. ¿Te das cuenta de cuánto te deseo? -Yo también te deseo -murmuró Lali, mientras le sacaba la camisa de los pantalones y le acariciaba los músculos de la espalda-. ¡Oh, Peter, te deseo, te deseo...! -Eres todo fuego -dijo Peter inclinando su cabeza para poder besar los senos de Lali-. Así, cariño, sigue así -murmuró al sentir que se arqueaba contra él-. Me estás consumiendo vivo, Lali, ¿lo sabías? Cuando te miro, me duele todo el cuerpo. Casi me vuelvo loco la pasada noche, cuando te hice mía... te deseo ahora, Lali, aquí y ahora. Peter estaba perdiendo el control, al igual que Lali. Era una insensatez. Katy podría llegar en ese momento, o cualquier otra persona. Unos minutos más tarde, los dos estaban desnudos. La abrasadora pasión que los consumía hacía que no sintieran frío. Mientras sus cuerpos se fundían en el silencio de la noche, Lali dio un grito entrecortado, que se mezcló con el canto lejano de los pájaros. Peter la miró intensamente. Su mirada estaba llena de deseo. La abrazó por la cintura y la apretó contra sus caderas, mientras el corazón le latía a gran velocidad. El mundo pareció girar a su alrededor. Lali le oyó repetir su nombre varias veces, hasta que explotó dentro de ella.

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