Saturday, March 12, 2016

capitulo 25

-Sí. -Tienes unas... manos encantadoras -murmuró Peter. La respiración de Peter se hacía cada vez más rápida. Peter se desabrochó algunos botones de la camisa y puso las manos de Lali en su pecho.  Lali se quedó rígida al contacto con su piel. Peter se desabrochó otro botón y deslizó la mano de Lali por todo su pecho hasta llegar a sus pezones. Lali no sabía que aquello podía producir el mismo efecto que el que hacía en una mujer, y levantó los ojos. Se quedaron mirando durante un largo rato. Peter inclinó la cabeza para poder besar los labios de Lali. -Abre los labios y contesta a mis deseos -susurró Peter. Lali le obedeció sin decir una sola palabra. Se puso de puntillas y se acercó a su boca, poco a poco. Separó los labios y respondió a Peter. Todo su cuerpo comenzó a sentir unas sensaciones muy agradables. La respiración de Peter se mezcló con la de Lali, haciéndose cada vez más violenta. Sus manos se deslizaron por la cintura de Lali y la apretó más contra su cuerpo, mientras su beso se hacía más apremiante. Las manos de Lali se deslizaron por todo el pecho de Peter, sintiendo el calor de sus músculos. Él gimió de placer y agarró con más fuerza a Lali para que pudiera sentir lo mismo. Ella puso sus manos alrededor de su cuello y le abrazó con fuerza. Lali se sintió como si se estuviese ahogando en un nuevo y agradable placer. De repente, Peter la separó un poco y se quedó mirándola. En su rostro se mezclaba la ira y la satisfacción. Lali se apartó de él y se dirigió hacia la mesa. Le sorprendió que Peter la dejara marcharse tan dócilmente. -Katy y yo vamos a ir a misa dentro de unos minutos -dijo Lali-. ¿Te gustaría venir con nosotras? -No, no podría. Si Lali no se hubiese puesto tan nerviosa, podría haber notado el tono áspero en la voz de Peter y la dificultad de su respiración, que revelaba todo lo agitado que estaba. Pero Lali no se dio cuenta y Peter se dio la vuelta para marcharse. -Voy a cenar fuera. Puedes hacer lo que quieras con Katy. -Ella es tu hija, Peter -le dijo Lali. -No puedo quedarme aquí contigo. Eso fue bastante cruel, pero Lali no reaccionó. -No te preocupes, Katy y yo estaremos fuera de casa, al menos durante dos horas. -Prefiero marcharme. Lo conozco todo sobre la alta sociedad y no puedo aguantarlo -dijo Peter y cerró la puerta. Lali fue hacia la cocina para ver como iba Aggie con la comida. Pero antes de entrar, intentó secarse las lágrimas que insistían en brotar sin que pudiera hacer hada por evitarlo. Puso una cara alegre para que Katy no sospechara nada y usó la excusa de que Peter había tenido que marcharse por problemas de negocios. Eso tranquilizó a la niña, pero no se quedó conforme. Se había puesto el vestido rosa que Lali le había comprado y se había soltado el pelo. Estaba preciosa. Pero Peter ni siquiera se molestó en quedarse un rato más para verla. Cuando llegó la hora de irse a dormir, Katy se fue a la habitación de Lali y las dos estuvieron hablando de cómo eran las navidades en Georgia cuando Lali era pequeña. -¿Echas mucho de menos a tu madre? -preguntó Katy. -Sí. La echo muchísimo de menos. Estaba muy enferma y fue mejor que Dios se la llevara. -Ahora está en el cielo -dijo Katy comprendiendo a Lali-. Tú no te arrepientes de haber venido aquí, ¿verdad? Ni tampoco de haberte casado con papá.

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