Tuesday, March 15, 2016

capitulo 34

-Si tanto me odias, pide el divorcio -dijo Lali. -¿Qué asignación te gustaría tener? -le preguntó Peter con mucho sarcasmo-. ¿Un pozo de petróleo o dos? ¿O una piel de visón y un Ferrari cada año? -No quiero dinero -contestó Lali-. Nunca lo quise. Puedo trabajar para ganármelo. -Me lo puedo imaginar, de camarera. Lali estaba a punto de explotar de ira. -No es ninguna vergüenza hacer un trabajo honrado. Podría hacer ese trabajo y muchos más. No estoy muy preparada, pero no me da miedo trabajar duro. Te puedes guardar tu dinero. No lo necesito. Ni a ti tampoco. Peter se levantó de la silla. -¿De veras? Podría obligarte a que me suplicaras. -Sí, sé que lo harías -contestó Lali. -¡Maldita! Eres fría e intocable. -Aquí está Aggie -dijo Katy entrando con la señora. Katy se quedó mirando el rostro pálido de Lali y a continuación el de Peter. -Estaba... diciéndole a Peter que mi hermana va a venir a pasar unas vacaciones con nosotros -dijo Lali muy aturdida. -¿Crystal? -preguntó Peter asombrado. -Sí -contestoLali con una sonrisa-. Quería habértelo dicho antes, pero no sabía cómo hacerlo. - N o me importa tenerla aquí. ¿Cuánto tiempo se va a quedar? - N o lo dijo. -¿Te da miedo la competencia? -preguntó Peter, sabiendo que esa pregunta le haría daño. -Nunca he tenido ninguna rivalidad con Crystal -contestoLali con dignidad-. Ella hace lo que quiere. Peter se quedó mirándola de reojo, pero no dijo una sola palabra. Dio varias caladas al cigarrillo y se acercó a Katy y a Aggie. Ésta lanzó una exclamación cuando vio la bufanda que le había comprador Lali y el chal que le habían regalado Katy y Peter. A la hora de la comida, Peter subió a vestirse y Katy y Lali ayudaron a Aggie a poner la mesa. No le faltaba ni un detalle. Todo se había preparado siguiendo las instrucciones de un libro de cocina que Lali tenía. Hasta el pan se había hecho en casa. Había jamón, pavo, salsas, menudillos de ave con patatas, pan de maíz, guisantes crudos, puré de patata y suflé de patata. De postre había bizcocho de fruta, pastel de manzana y chocolates. Lali hizo un esfuerzo por comer, pero hacía tiempo que había perdido el apetito. En cambio Peter no tuvo ningún problema para comer. Su mirada estuvo, todo el tiempo, puesta en Lali. Él la odiaba y Lali lo sabía. Pero no había nada que pudiera hacer o decir en su propia defensa. Lali era consciente de que le había provocado. Pero también le había querido con locura, aunque él no quisiera ser parte de ella. Lali fijó su mirada en la taza de café que tenía delante. «¿Por qué se habrá molestado en comprarme el cuadro?», se preguntó. «¿Habrá sido por Katy?» -Lali, ¿por qué estás tan triste? -le preguntó Katy. -Niña, la señora no tiene una madre para celebrar con ella las navidades -dijo Aggie-. Por eso se siente tan triste. Lali miró a Aggie y sonrió. -Gracias. Lo estoy superando muy bien. Ahora tengo una familia con la cual celebrarlo. Peter soltó la servilleta y se levantó de la mesa. Se dirigió a su despacho y cerró la puerta de un golpe. -¿Qué le ocurre a papá? -preguntó Katy. -A él no le gustan las navidades -dijo Lali-. Siento que se haya enfadado.

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