capitulo 20

-Que es solamente un día más -contestoPeter. -Pero eso no se lo puedes decir a una niña que no tiene madre -contestoLali perdiendo casi el control. -De acuerdo -contest Peter muy enfadado por tener que ceder-. Puedes poner un árbol y comprar un pavo, pero no esperes que vaya a la iglesia porque no podría ir. Lali se dio la vuelta para marcharse, pero Peter se acercó y la agarró del hombro. -¿Dónde vas a ir a comprar el árbol? -No lo sé. La mano de Peter acarició con suavidad el brazo de Lali. -Tú le has metido todo eso en la cabeza a Katy. -Ella sólo quiere tener lo que tienen los demás niños. -De acuerdo. Os llevaré a la ciudad. Lali se quedó sorprendida. -Yo... yo pensé en decírselo a uno de los hombres. No me esperaba que tú vinieras. -¿No quieres que te lleve? Lali se quedó sin habla. Durante unos segundos, los dos se quedaron de pie y sin decir nada, tan sólo mirándose fijamente. -¡Vamos! Se nos hará tarde -dijo Peter agarrándole del brazo-. Recoge a Katy. Peter se puso el sombrero y se fue para el garaje. Había sido una sorpresa que Peter hubiese accedido. De camino a la ciudad, lo único que hacía Lali era mirarle de vez en cuando con curiosidad. -Tengo que pasarme por la oficina -dijo Peter mientras conducía-. Os dejaré en la ciudad para que vayáis comprando. Os espero a las tres enfrente del hotel Menger. -De acuerdo -contestó Lali. Peter se quedó mirando a su mujer mientras salía del coche. Lali le dirigió una sonrisa y le tiró un beso. Eso le hizo marcharse y dejó las marcas de las ruedas en el suelo al arrancar. -La policía le detendrá si hace eso muchas veces -dijo Lali. -Nunca lo había hecho antes -murmuró Katy con una sonrisa-. Él está muy raro desde que tú llegaste. Lali sonrió. -Hoy hace un día maravilloso. Parece que estamos en otoño -Lali frunció el ceño- El otoño es hasta el veinte, ¿verdad? -Sí, pero todo el mundo piensa que como estamos en diciembre es invierno. Lali, ¿de verdad que nos dejará comprar un árbol de Navidad? -Sí. Vamos a darnos prisa. Compraron adornos para el árbol con un talonario que Peter le había metido en el bolso. Lali mandó a Katy a la panadería para que comprara pan y algunos pasteles. Mientras tanto, ella se dio prisa y compró algunos artículos que a Katy le gustaban mucho. Antes de que pudiera arrepentirse, compró también una calculadora de bolsillo que Peter tenía muchas ganas de tener. Y también una corbata horrible, que sabía que no le iba a gustar. El día de Navidad ya pensaría qué regalo le daría. A las tres, Peter las recogió enfrente del hotel. Lali miró con optimismo al edificio y la calle. -Hoy, no -dijo Peter-. Tengo una reunión esta noche. Sólo tengo tiempo para comprar el maldito árbol y volver a casa. Katy parecía triste, pero Lali le sonrió. -Tú y yo volveremos otro día, ¿de acuerdo? Peter arrancó el coche con violencia y le echó una mirada mortífera a Lali. Pero ella intentó ignorarla.