Monday, March 7, 2016

capitulo 14

-Eres un poco orgullosa, pero tienes mucha confianza en ti misma -dijo Peter-. ¿Hay algo que te descomponga, señorita de sociedad? Me apostaría cualquier cosa a que cuando estás con un hombre en la cama te muestras igual de fría. -¡Basta ya! -exclamó Lali irritada-. Ése no es asunto tuyo. -No te preocupes, Lali. Por lo que se refiere a eso, el nuestro no será un matrimonio real. -Gracias a Dios -murmur Lali mientras abría la puerta y se dirigía al pasillo. -No puedo imaginarte ardiente y llena de pasión. Algunas mujeres son muy frías -dijo Peter. Lali cerró la puerta de un golpe y se marchó para que Peter no pudiera ver sus lágrimas. Dos días más tarde, Lali y Katy hicieron un viaje a San Antonio. La tienda donde Peter había abierto una cuenta a su nombre, era uno de los almacenes más grandes de la ciudad. Lali decidió aprovecharse de la situación. Katy dijo que prefería quedarse en el parque que había enfrente de la tienda con Bandy, que se había prestado a llevarlas a la ciudad. -Pero yo quiero que me ayudes -le dijo Lali a Katy-. En cierto modo, también te incumbe a ti. Tú serás la madrina de boda. Eso le hizo tomar más interés, pero después de haber entrado en varias tiendas, Katy estaba muy inquieta. Al final, una de las vendedoras le sugirió un vestido de aire mejicano. Era un modelo de gasa blanca con una puntilla alrededor del cuello y las mangas cortas con forma de farol. Parecía el vestido de una campesina, pero era muy bonito. Cuando Lali se lo probó y posó para Katy, la jovencita se quedó sin respiración. -Te queda muy bien -dijo Katy con una sonrisa-. ¡Estás preciosa, Lali! -Gracias, cariño. Ahora tendremos que buscar algo para ti. Katy protestó, pero Lali se impuso. Después de haber entrado en varias tiendas, al final se decidió por un vestido azul de volantes. Lali le compró un lazo de terciopelo azul para que le hiciera juego, unos zapatos blancos, un bolso precioso y unos guantes. -Toda la gente se reirá de mí -dijo Katy. -Pero no en la iglesia -contestó Lali-. Además, va a ser en una de las antiguas misiones. -¿De verdad? -preguntó Katy. -Eso dijo tu padre. -Bueno, entonces no quedará tan mal. «Eso espero», se dijo Lali. No podía imaginarse que se fuera a llevar bien con Peter. Se preguntaba cómo iba a reaccionar Katy ante tantas peleas. -¿Qué compraste? -preguntó Peter cuando llegó por la tarde de una. reunión que había tenido en el colegio donde era administrador. -Un vestido blanco -contestó Katy antes que Lali-. Y para mí uno azul. Pero... ¿no podría llevar los pantalones vaqueros y las botas? -Lo siento, pero no -dijo Peter--. Pero te lo puedes poner cuando acabe la boda. -Bueno, será mejor que haga los deberes. Odio la escuela. ¿No puedo dejarla? -No hasta que no tengas dieciocho años u obtengas un diploma -dijo Peter. Katy no dijo nada más y subió las escaleras. -Enséñame el vestido -dijo Peter. -Te lo traeré. -Póntelo, mejor. -Trae mala suerte. -Pero da igual, como me voy a casar contigo ya la tendré. Lali se quedó sin habla. -Ve por él -dijo Peter con una sonrisa insolente. Cuando Lali regresó, Peter todavía se estaba bebiendo el café. Lali se puso el vestido por encima para que Peter lo pudiera ver.

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