Monday, March 7, 2016

capitulo 18

La misión de San José y San Miguel de Aguayo, obtuvo el sobrenombre de la Reina de las Misiones de Texas. Tenía una estructura elegante y unos muros tan llenos de historia, que hizo que Lali se estremeciera cuando entró del brazo del vecino de Peter, Adam Teague, un hombre alto y con el pelo canoso que Lali conocía desde hacía años y que la había cuidado como un padre. El altar estaba lleno de flores de Pascua. Era precisamente la estación propicia para ellas, pues tan sólo faltaban dos semanas para que llegara la Navidad. Lali le había preguntado a Peter si podría atrasar la ceremonia hasta entonces, pero él estaba impaciente por conseguir esas acciones. Peter había contratado a unos mariachis para dar más alegría a la ceremonia.Lali pensó que aquella versión de la marcha nupcial, era la más hermosa que había oído nunca. La música hacía eco en el interior de la iglesia mientras Lali avanzaba hacia el altar del brazo de Teague. Su corazón comenzó a latir con fuerza cuando Peter se dio la vuelta para mirarla. A pesar de todo el romanticismo que había en el ambiente, lo que Lali vio a los ojos de Peter fue una expresión de odio. Teague la dejó al lado de Peter y se sentaron. Lali estaba muy nerviosa y no se enteró de nada de la ceremonia. Ni siquiera se dio cuenta de que Katy estaba a su lado. Allí dentro, olía como a humedad. Aquella nave debía de tener cantidad de años. Las palabras del sacerdote hicieron eco en el interior de la iglesia y algunas promesas hicieron eco a las muchas realizadas en los dos siglos de existencia de la misión. Peter puso el anillo en el dedo de Lali y pronunció algunas palabras. Y después, le dio el beso de recién casados. Ya eran marido y mujer. Lali oyó a los mariachis comenzar a tocar cuando Peter le agarró del brazo para salir de la iglesia. Fuera, estaban todos los invitados esperándoles para tirarles el arroz. Lali tenía frío porque el vestido que llevaba no era el apropiado para un día de diciembre. Cuando se metió en el Mercedes con Peter y Katy, sonrió y fingió estar pasando los momentos más felices de su vida. Se dirigieron a la casa y Lali echó un último vistazo a la misión. Todo había concluido. Deseó poder echarse atrás y olvidar todo lo ocurrido. -Algún día volveremos y verás la ventana rosa, Lali -prometió Katy, pero enseguida rectificó—. Quise decir mamá. Lali se emocionó mucho y miró el rostro radiante de Katy. -Me gusta eso. Me gusta muchísimo y además, suena muy bien -dijo Lali. -Eso es absurdo -contestó Peter mirando a Katy-. Ella no es tu madre. -Sí señor -dijo Katy y volvió a mirar a Lali-. Enhorabuena, Lali. -Gracias -contest Lali ignorando la crueldad de Peter. Lali tendría que decirle, más tarde o más temprano, que un hombre debía ser amable y no tan grosero, inaguantable e insensible como era él. Los días siguientes a la boda, Peter se mantuvo apartado de la casa. También era muy raro que viera a Lali, incluso por la noche. En realidad, Peter había dicho claramente lo que iba a ser aquel matrimonio: una asociación sin ninguna intimidad. Lali estaba más tranquila porque sabía que no volvería a haber ningún enfrentamiento como el ocurrido unos días antes de la boda. Como tenía mucho tiempo libre, comenzó a preparar las cosas para Navidad. -Nunca hemos puesto un árbol, ni nada -le dijo Katy a Lali-. No existe Santa Claus y papá dice que eso es una tontería poner nada. Lali se quedó horrorizada y se acercó a Katy. -Pero, cariño, -Pero, cariño, ¿tú no sabes lo que significa la Navidad? -Los profesores nos hablan de ella -murmuró Katy.

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