Thursday, March 17, 2016

capitulo 53

Lali no quería oírle. Estaba demasiado ocupada intentando que las lágrimas no brotaran. Lali se tumbó y trató de dormirse. Soñó que Crystal y Peter estaban en la cama. Ella le mataría. Y también mataría a Crystal. Y después, se iría a su casa de Georgia. De repente, se despertó muy cansada y algo enferma. La venganza fue el último pensamiento que tuvo en la mente. Miró el reloj y se dio cuenta de que se había hecho tarde para ir a la iglesia, no le gustaba llegar cuando la misa estaba empezada. Se puso un vestido y se cepilló el pelo. La casa estaba en completo silencio. Tan sólo, se oía algo de ruido en el despacho. La puerta estaba entornada. Lali empujó la puerta y la abrió del todo. Se quedó completamente pálida. Crystal estaba abrazada a Peter y se estaban besando. Lali se quedó mirándoles fijamente y el mundo se le vino abajo. Les odió con todas sus fuerzas. En ese momento, Peter levantó la cabeza sonriendo y vio a Lali. La mirada de Peter en otro momento hubiera resultado muy cómica, pero para Lali fue sólo una confirmación de la peor sospecha. Crystal se quedó mirándola absorta. -¡Lali! -dijo Crystal vacilante-. Déjame que te diga... -No es lo que tú te imaginas -contest Peter muy aturdido. -Desde luego que no -contestó Lali. Lali tenía los labios temblorosos. Todos los años que había pasado tratando de aceptar el comportamiento de su hermanastra con frialdad, quedaron en el olvido. -¡Maldita seas! -gritó Lali a Crystal-. No es suficiente que durante diez años me quitaras todo y que cuando mamá enfermó durante tantos años, te fueras a Europa y me dejaras sola para hacerlo todo. No, con eso no tenías suficiente. Tuviste que venir aquí, para arrebatarme a mi familia. Crystal se estaba quedando pálida. -Lali, espera... -¡Vete al diablo! Siempre me has quitado todos los hombres que he tenido. Tú engatusaste a Carla para que te dejara las joyas de mi abuela y la herencia que yo hubiera pasado a mis hijos, y fuiste a empeñarlo todo para sacar dinero. Incluso tuviste el valor de preguntar por la hacienda de Oakgrove, que era para mí. ¡Por todos los cielos, Oakgrove, que perteneció a mi familia durante tantísimos años! Y ahora me quieres quitar a Peter. -Lali, por favor... -le suplicó Crystal acercándose a ella. Pero Lali se apartó. Se sacó el anillo de boda del dedo... el anillo que un día Peter le puso y el de plata que le compró cuando fueron al Álamo. -Para que no te falte nada, toma... -dijo Lali tirándole los dos anillos-. ¡Quédate con todo! Por primera vez, te has quedado con algo que yo no quería desde el principio. Peter se quedó mirándola mientras decía eso, pero no dijo ni una sola palabra. -Me vuelvo a casa -dijo Lali limpiándose las lágrimas-. Tengo que seguir adelante con mi vida. ¡Y no quiero volver a veros, a ninguno de los dos! Lali se dio la vuelta y salió del despacho, sin hacer caso a las disculpas de Crystal. Sin saber hacia donde ir, Lali abrió la puerta de la calle y corrió por las escaleras. Llevaba los ojos tan nublados por las lágrimas que no vio el primer escalón. Perdió el equilibrio y cayó rodando hasta el final de las escaleras. Sintió un dolor muy fuerte y a continuación perdió el conocimiento. Tuvo un sueño horroroso. Se estaba ahogando y pedía ayuda a Peter, pero él no la podía oír porque estaba bailando con Crystal. Cada segundo que pasaba, se ahogaba más... y más... -¡Despiértese, despiértese! -dijo una voz a su lado. Lali abrió los ojos y vio a un hombre que llevaba gafas y que la estaba mirando con un aparato óptico. -Hola -murmuró Lali.

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