Thursday, March 17, 2016

capitulo 48

Sí que lo era. Pero Lali no pensó si ella podría soportar a Peter en la intimidad, sabiendo que no la amaba. -Estoy muy cansada, Peter -murmuró Lali-. Tengo ganas de dormir. Peter se apartó de ella. -En realidad tú no me quieres, ¿verdad? -le preguntó Peter. Peter la dejó y, antes de salir de la .habitación, le sonrió. -No me sorprende. Las mujeres nunca se han acostumbrado a mí y nunca me han querido. Cuando Peter llegó a la puerta, Lali se empezó a acordar de Elise y de las cicatrices, y de todo el tormento que él había sufrido por una mujer que no le quería. -¡Peter! -gritó Lali. -Duérmete, Lali. No voy a molestarte de nuevo. Peter salió de la habitación y cerró la puerta. A la mañana siguiente, cuando Lali bajó a desayunar, Crystal ya estaba en la mesa. Se sentó al lado de Peter y no dijo nada. -Por fin has bajado -le dijo Crystal-. Pensé que te ibas a quedar todo el día en la cama. En realidad, Lali no venía de la cama. Había estado en el cuarto de baño, porque había tenido náuseas nada más levantarse. Pero no estaba dispuesta a contárselo a nadie. -Tenía sueño -dijo Lali a su hermanastra-. Hola, Katy. Lali saludó a Katy e ignoró a Peter. -Crystal quiere ir a ver el Álamo -le dijo Peter. -Lo pasaréis muy bien. Estoy segura -contestó Lali. -Katy y tú también vendréis conmigo -añadió Peter. -No. Yo no -le dijo Lali-. No me apetece darme una caminata por la ciudad. Peter se quedó mirándola. -Te he dicho que vienes. -Lali, no nos estropees el día -dijo Crystal-. El otro día le dijiste a Katy que querías ir. ¿Por qué no vienes hoy? Lali no podía decirle a su hermanastra el por qué no quería ir y se limitó a sorber su café. -De acuerdo -dijo Lali al final. -Te gustará -le dijo Katy-. Tú y yo pasearemos por los jardines y te enseñaré esa ardilla que posa para las fotos. -No está bromeando -dijo Peter con una sonrisa-. Es una ardilla que se queda quieta cuando la fotografían. -¿Le has hecho alguna vez una foto, Peter? -preguntó Crystal. -No, pero mi oficina está muy cerca de los jardines del Álamo. Algunas veces, en primavera, paso por allí a la hora de la comida cuando voy al restaurante. La plaza del Álamo estaba cerca del hotel Menger y Lali se quedó sorprendida por la grandeza de los jardines, llenos de caminos, bancos, mesas y monumentos dedicados a personajes históricos. La iglesia de San Antonio de Valero seguía estructura original, estaba flanqueada por una puerta a cada lado. Lali tocó las paredes y el contacto la hizo estremecerse al pensar que ciento ochenta hombres habían muerto allí, en un frío día de marzo de 1836. Miró a su alrededor e intentó imaginarse la muerte de esos hombres ante las arrolladoras fuerzas mejicanas de Santa Ana. -Seis de los hombres que murieron aquí eran georgianos, incluyendo a Bowie, aunque hay gente que dice que era de Kentucky -le dijo Peter a Lali. -¿De verdad?

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