Wednesday, August 19, 2015

capitulo 109

. Y logró llevarlo de nuevo hasta la iglesia. Una vez allí, lo obligó a girarse hacia ella y lo zarandeó. Con fuerza. Cuando la miró, con un brillo de furia en los ojos, Lali sonrió.
—Menos mal. Celebro ver que
Epilogo
Las secuelas de aquel día en los Everglades fueron traumáticas. Peter estaba convencido de que Gas le había confesado a Lali la verdad solo cuando estuvo seguro de que iba a matarla. Algo se había trastornado en su mente cuando era muy joven, dando como resultado su obsesión con Gimena y el asesinato de esta, así como de otras mujeres que le recordaban a ella.
Mariano lloré la muerte del hombre al que siempre había considerado hijo suyo. Peter, por su parte, pasó mucho tiempo preguntándose si podría haber hecho algo para mitigar la locura de su hermano. Ni a Mariano ni a Peter les importé el descubrimiento de que Gas no estuviera biológicamente emparentado con ninguno de ellos. Mariano lo había criado; para Peter siempre había sido un hermano.
La noticia figuró en los periódicos de todo el país. Fue doloroso para todos, pero Lali solo estaba preocupada por Peter. Se disgustó mucho cuando él le ofreció la anulación, diciéndole que no tenía por qué seguir casada con el hermano de un asesino. Ella respondió que Gas había sido más hermano suyo que de él en los últimos años, y que no se libraría de aquel matrimonio tan fácilmente.
Peter no la dejó, pero tampoco se acercó a ella. Pasaba las noches en vela, mirando la oscuridad. Cuando le dijo que pensaba dejar el FBI, ella se disgustó, aunque no fue ninguna sorpresa. Lali contestó que no se lo permitiría hasta que hablaran. Y hablaran de verdad.
Consiguió volver con Peter al Caribe. Alquiló el mismo bungalow que ocuparon la noche de su boda sigues vivo— le dijo. Después se arrodilló delante de él—. Te quiero, Peter. Te he querido siempre. Por favor, no permitas que nuestro matrimonio muera. Ya ha habido bastantes tragedias. Te necesito. Por favor, Peter, te amo...
Él la miró, aún sin tocarla. Luego, por fin, la estrechó entre sus brazos.
—Sabes por qué me casé contigo, ¿verdad?
—Para protegerme —respondió Lali contra su cuello.
Peter meneó la cabeza.
—Porque te he amado desde siempre. Y estaba asustado. Debía tenerte. Dios, te quiero...
Aquella noche, por primera vez desde los sucesos del pantano, hicieron el amor. Una y otra vez. Hablaron sin parar. Y Peter dijo lo que quería hacer realmente con su vida. Adoraba los Cayos y deseaba poner en marcha una empresa de submarinismo.
—Aunque también me gustaría trabajar como investigador a ratos. Por cuenta propia o para la policía. Además, también está esa mente misteriosa tuya...
—¿Mi mente? Yo te oí llamándome cuando tenía los ojos cerrados —aseguró Lali solemnemente. Él sonrio.
—Yo oí cómo tú me llamabas a mí. Con el corazón.
Y, así, las heridas de ambos empezaron a sanar.
Mariano y Nicolas siguieron siendo buenos amigos. Cande y Jimmy se casaron, para poder se guir hablando del trabajo policial y de autopsias siempre que quisieran. Rocio y Nico renovaron sus votos de matrimonio, y Rocio empezó a trabajar de modelo a tiempo parciall Darryl se casó con Lindy.
Pablo vendió los derechos de su novela para la adaptación al cine por un millón de dólares.
Lali siguió posando como modelo y cantando. Peter abrió su negocio. Seis meses después del incidente, todos empezaban a recuperar el rumbo de sus vidas.
Mientras Lali se dirigía al barco de Peter, vio a su marido en la cubierta, leyendo el periódico. Él bajó de inmediato para ayudarla a subir. Aún no llevaba seis meses embarazada, pero estaba redonda como una pelota.
—¿Y bien? —inquirió él.
—Alegra pasará tres días con Darryl y Lindy. Piensan ir a Disney World. —Eso es estupendo. Se lo pasará muy bien. ¿Y qué más...?
Ella sonrió.
—¿Vamos, esto es una tortura! —exclamé Peter—. Debí obligarte a cambiar la hora de tu cita al enterarme de que no podía faltar a esa reunión con la Comisión de Turismo. —Lali, ¿es niño o niña?
—Niño.
— ¡Bravo!
—Y niña.
— ¡ Lali! — la voz de Peter se tomé un gruñido de advertencia.
Ella lo ignoró, besándole los labios.
—Mellizos, amor mío.
Peter se dejó caer junto al timón. Luego sentó a Lali sobre su regazo y la besé con ternura.
—¿Puedes leerme la mente ahora mismo? Ella negó con la cabeza.
—Bien. Te marearías.
Lali se echó a reír.
—¿Por qué?
—Porque estoy pensando en lo mucho que te quiero. Y en que eres la embarazada más deslumbrante del mundo.
—¿Puedes leer tú mi mente? —inquirió ella. Él negó con la cabeza.
—No. ¿Por qué? ¿Estás pensando en lo mucho que me quieres, y en que soy el embarazado
más deslumbrante del mundo?
Ella hizo un ademán negativo.
—No. Estaba pensando que fue una suerte que te casaras conmigo, porque debí de quedarme embarazada la primera vez que nos acostamos.
Peter se echó a reír. Luego ayudé a Lali a levantarse y ambos se dirigieron hacia la cabina.  Fin

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