Friday, August 28, 2015

capitulo 8

Por el rabillo del ojo percibió un objeto en movimiento, y volvió la cabeza. Una figura masculina salió de la oscuridad y se puso en la cortina de luz que había al lado de la cama. Todo empezaba a encajar. Puso las dos manos en el colchón, debajo de ella, y se colocó en posición de sentado. -¡Tú! -exclamó, en tono de acusación.
-Voy a llamar al médico -respondió Peter, estirando la mano, para tirar del cordón de terciopelo que había al lado de la cama.
-No te preocupes -le aseguró Lali, con los dientes apretados, apartando la sábana, con la intención de levantarse. Todo empezó a darle vueltas.
Cuando se puso las manos en la cabeza, para ver si podía controlar aquella sensación, Peter la agarró por los hombros y la obligó a sentarse.
-¡Quítame las manos de encima! -gritó Lali, luchando por no caer en la tentación. -Cállate -le ordenó Peter, acercándose a ella, con una expresión de amenaza en su cara-. Por tu mal humor estás en la cama y por él podrías estar muerta.
Lali se quedó mirándolo, con la boca abierta, sus ojos negros saliéndosele casi de las órbitas.
-Por tus jueguecitos estoy aquí en la cama.
-Las heridas podrían haber sido mucho más graves -le dijo Peter, condenándola-. Si no llega a ser por mí, podrías haber sufrido algo más grave que un dolor de cabeza. Llevas horas inconsciente.
-¡Todo ha sido por tu culpa!
-¿Por mi culpa? -repitió Peter, incrédulo-. Pero si fuiste tú la que intentaste golpearme. -La próxima vez, no fallaré. ¿Dónde estoy? -le preguntó, enfurecida-. Quiero irme a casa.
-Estás conmigo, así que estás en casa -respondió Peter, con un tono grave de voz. -¡Tú estás como una cabra! -exclamó Lali, clavando su mirada en él-. ¿Qué has hecho con mi coche?
-Como no lo vas a necesitar más, se lo he devuelto a la empresa de alquiler.
La puerta se abrió y apareció un hombre alto, de unos cincuenta años.
-Soy el doctor Orsini, señora Lanzani -dejó un maletín en la cama-. ¿Qué tal se encuentra? -Yo no soy la señora Lanzani -respondió Lali, empezando a pensar que estaba desempeñando el papel principal en una farsa.
El médico miró a Peter. Peter sonrió, levantó la mirada al cielo y se encogió de hombros.
-¿Por qué lo mira así? -preguntó Lali-. Le puedo asegurar, doctor Orsini, que yo no soy su mujer. De hecho, no he visto a este hombre jamás en mi vida -concluyó, con convicción.
El médico la miró entrecerrando los ojos y frunciendo el ceño. Lali miró con actitud de triunfo a Peter, pero Peter estaba levantando algo de la mesa y entregándoselo al médico.
-¿Qué es eso? ¿Qué le estás enseñando? -preguntó Lali, muy tensa, sintiéndose un poco paranoica.
-Una de las fotografías de nuestra boda, cara mia -replicó Peter, mirándola de reojo, mientras le entregaba la fotografía, para que la viera.
Lali prefirió aferrarse con las dos manos a la cama, al tiempo que la miraba. Al verla, se le puso un nudo en la garganta. Allí estaba ella, vestida de novia, a sus dieciséis años, mirando a Peter como si estuviera adorándolo.
Los ojos se le arrasaron de lágrimas. Se dio cuenta de que, aunque fuera injusto, odiaba a Peter. Nunca debió acceder a casarse con ella. Lo que tenía que haber hecho, nada
más darse cuenta de la situación, era haberla enviado a casa de su madre, en Londres. No podía creerse que él no hubiera encontrado otra solución que aceptar la exigencia de su abuelo de que se tenía que casar con ella.

4 comments:

  1. quiero saber porque el abuelo de lali queria que se casaracon peter y porque el acepto

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