Sunday, August 23, 2015

capitulo 22

—Esto... —había dicho él en aquella ocasión—, ha sido solo un error de juicio por mi parte. Sobrio, y con dominio sobre mí mismo, jamás te habría llevado a mi cama. —Me deseabas —había contestado Lali, desolada ante su brusco cambio de opinión.
  Lali se había acostado con un amante y, a la mañana siguiente se había levantado con un extraño.
— ¡Dios mío… llevo meses solo! ¡Necesitaba una mujer...! —había exclamado Peter entonces—. Y tú estabas en el lugar equivocado, en el momento equivocado.
Un accidente, reflexioné Lali con creciente angustia. Lo que había sido cierto entonces, seguía siéndolo en ese momento. Ella no cometía graves errores de juicio en las cosas relacionadas con el corazón, como él. No, por que nunca había sido lógica cuando se trataba de Peter. Ni siquiera el día en que se casó con Belen. Y menos aún dos años y medio atrás, el día en que él se tumbé en la hierba con los vaqueros ajustados, la camisa desabrochada y una botella de brandy en la mano y la miró como si estuviera desolado…
Por fin, llegó a la planta baja, pero llegó desgarrada: una parte de sí misma, la que no podía controlar, necesitaba a Peter. Su mente, sin embargo, insistía en que mantuviera las distancias. Lali vaciló, levantó la cabeza y entró en el salón.
  Peter se dio la vuelta. Iba de etiqueta. Lali no vio a nadie excepto a él. Aceptó una copa de sherry de un sirviente con una bandeja y vio, sorprendida, cómo Peter la rodeaba por la cintura en un gesto íntimo completamente inesperado.
— ¡Lali...! —la llamó una voz familiar, atónita.
Solo entonces vio Lali al resto de personas que había en la habitación junto a Alejo, un hombre alto y rubio, Agustin. Su semblante reflejaba verdadera sorpresa ante su aparición. Pero, la sorpresa se apodero también rápidamente de Lali, que de pronto se dio cuenta del peligro que corría. ¿Cómo seguir creyendo que Agustin era el padre de Santino, cuando él estaba allí para desmentirlo? Al concebir la idea de asumir la paternidad Agustin había estado convencido de que ella abortaría, y no se le había ocurrido pensar que al final ese niño podría ser un arma contra él. ¿Pero sabía Agustin que ella había tenido un hijo, y que estaba durmiendo, en ese momento unos cuantos pisos más arriba?
—Alguien debería haberme dicho que Lali había vuelto —dijo Agustin tenso y ruborizado, consiguiendo, no obstante, echarse a reír.
—Las navidades son una gran ocasión para la reconciliación— señaló Alejo.
— ¡Y encima va a cenar con nosotros! —continué Agustin, sin relajarse—. ¿Es que ha ocurrido algo aquí que yo no sepa?
—Bueno, sin duda Peter tiene a Lali agarrada así por algún motivo que solo él conoce —comentó Alejo mirando divertido a su nieto.
  Lali se ruborizó y se aparto de Peter como si la hubieran pillado haciendo algo indecente. El gong volvió a sonar. Era la hora de pasar al comedor. Agustin seguía mirando a Lali con el ceño fruncido.
— ¿Has venido con Peter?
— ¡Dios mío!, ¿estás de broma? ¿Peter y yo? —preguntó Lali medio gritando, fingiendo sorpresa.
Segundos más tarde, miró a Peter de reojo y deseo no haberlo hecho. El sonreía con tal frialdad que Llai se quedó helada,
—Vamos a cenar antes de que los sirvientes se desconcierten —decretó Alejo haciendo caso omiso de la tensión que se respiraba en el ambiente.
  Agustin se apresuro a unirse a Lali para preguntarle en un susurro:
— ¿Que demonios está ocurriendo aquí?
  Lali no contestó. De pronto, no sentía más que desagrado y amargura. Agustin la había dejado en mal lugar ante Peter. Habría podido dejarla en paz, abandonarla a su suerte, a su mala reputación, pero no había hecho ni eso. Y, en cuanto a Peter, ¿por qué no la había advertido de que Agustin estaría allí? ¿Era la presencia de Agustin la razón por la que Peter le había sugerido que no bajara a cenar?
Una vez en el comedor, un sirviente la ayudé a sentarse retirándole la silla y abriéndole la servilleta. A pesar de su estado de abstracción. Lali era consciente del gran número de sirvientes nuevos de la casa. Dos años y medio atrás era su padre quien servía la cena. Esa noche, en cambio, Nicolas estaba de pie, en un ángulo del comedor, dirigiendo en silencio a todos los sirvientes como si se tratara de un maestro de ceremonias
Tras ignorar el comentario de Agustin, Lali se sentó y bebió dos copas de vino esperando caer en la más maravillosa de las inconsciencias. Agustin la miraba de reojo de vez en cuando con una expresión curiosa, pero al mismo tiempo hablaba y hablaba sin parar de su carrera en Nueva York como ejecutivo de publicidad. Se refirió tres veces a un premio que había ganado, y no dejó de ponerse por las nubes tratando de hacerles ver a todos que era una persona de éxito.
  Peter, en apariencia atento, le hizo unas cuantas preguntas perfectamente corteses a las que Agustin respondió de mal humor, como un fanfarrón un jactancioso, y un arrogante. Alejo solo respondía asintiendo.
—Por Supuesto, estoy pensando en trasladarme a Londres —les informó Agustin con una enorme sonrisa. No puedes ni imaginarte lo bien que me siento de estar otra vez en casa, abuelo. Veo que aquí ha habido algunas mejoras...
—Más de las que imaginas —recalco su abuelo,
—Este lugar necesitaba unas cuantas reformas. Si quieres, luego me llevas a dar una vuelta después de la cena y me enseñas lo que has hecho— continuó Agustin como si le estuviera concediendo un favor.
—Te aburrirías —intervino Peter Secamente
  Agustin sostuvo la mirada, pero apretó los dientes.
—Si hay algo que he aprendido viviendo en el extranjero, es el valor de mi propia casa.
—Pues es un poco tarde para eso, Agustin —contestó Alejo directo—.Vendí Court con todo lo que había dentro hace dos años. A Peter.
  Lali abrió los ojos inmensamente, estuvo a punto de tirar la copa. Agustin abrió la boca atónito, mirando a su abuelo incrédulo. Alejo sonrió satisfecho. A juicio de Lali, fue la sonrisa más sincera que había visto jamás en él. Solo Peter permaneció inmutable.
  Alejo se aclaró la garganta y miró a Agustin.

3 comments: