Monday, August 24, 2015

capitulo 31

¿Cómo podía seguir amando a Peter cuando él jamás, nunca jamás, la había querido? El la odiaba. ¡Claro que la odiaba! ¿Qué hombre podría darle la bienvenida al fruto de un encuentro sexual accidental con una mujer que no significaba nada para él? No obstante Peter, reputado de honorable en la familia, amaría y aceptaría a su hijo porque Santino no era más que la víctima inocente del irresponsable comportamiento de su madre.
El crujir de una rama interrumpió los pensamientos de Lali, que se volvió. Peter estaba de pie, muy quieto, a la sombra de los árboles, mirándola imperturbable con sus ojos verdes. Lali lo miró de reojo, aterrorizada, y desvió la vista de nuevo. Debía haberla visto desde la casa y, sin duda, la había seguido para discutir sin que nadie pudiera oírlos. Lali se cruzó de brazos aterrorizada, esperando sus reproches.
—Santino se quedó dormido en mitad de la comida, creo que lo cansé demasiado — comentó Peter en tono prosaico
—Lali parpadeo y se metió las manos en los bolsillos—. Sería un hipócrita si me lamentara por su existencia—musitó casi como si estuviera pensando en alto, solo para sí mismo—. Él es parte de mí, es mi hijo y, ahora que ya se me ha pasado un poco el susto, tengo que confesarte que estoy muy ilusionado con él. Podría enfadarme y decirte que me he perdido sus primeros años de vida por tu culpa pero, ¿para qué? —aturdida ante lo que estaba escuchando, Lali lo miró y abrió la boca—. Habría sido mucho más fácil para ti abortar, pero no lo hiciste. Y tengo que estar agradecido por eso.
— ¿Agradecido? —repitió Lali profundamente confusa.
—Y también tengo que estarte agradecido por tu franqueza de antes —continuó Peter sin dejar de mirarla a los ojos con alarmante intensidad—. Pocas mujeres habrían confesado que planearon fría y abiertamente atrapar a un marido rico.
Aquella sacudida hizo volver a Lali a la vida y ruborizarse hasta las puntas del cabello.
—Yo... yo... —comenzó a decir.
Sin embargo, antes de continuar, Lali comprendió que no podía desmentir que había planeado pescarlo sin confesar primero que estaba locamente enamorada de él y, lo que en aún peor, tan ciega como para creer que su hijo podría reemplazar a la niña que él había perdido.
Un silencio eléctrico se apoderó del ambiente mientras Peter, con una ceja enarcada, esperaba su respuesta.
—Sí, bueno... —musitó Lali encogiéndose de hombros—. Ahora ya lo sabes.
—Pero entonces, ¿por qué no intentaste recoger los frutos de tu fecundidad? —Lali se puso tensa, no estaba preparada para una pregunta tan obvia—. Escucha, hay algo que no logro entender. Es posible que Alejo, al calor de la discusión, llegara a un ridículo trato contigo: él olvidaba los robos, y tú desaparecías, pero lo único que tenías que hacer era ponerte en contacto conmigo. Es evidente que yo no te habría denunciado a la policía. Tu embarazo era un as en la manga, y sin embargo, por al guna razón, decidiste no sacarlo.
  Lali se estremeció. No se sentía capaz de indagar más en los motivos de su conducta de entonces. El silenció fue creciendo.
—No me atreví a decirte que estaba embarazada, así de sencillo, ¿de acuerdo? — contestó de mal humor—. En realidad, después de cómo me trataste, habría preferido beber veneno.
—Bueno, eso me parece comprensible —respondió Peter irónico, con la mirada fija sobre su rostro colorado y desafiante— Te herí en tu ego, y nada, ni siquiera la ambición, habría podido persuadirte de que mi hijo era más importante que tu orgullo herido.
—Me preguntaba cuánto tiempo tardarías en comenzar a hablar así —respondió Lali haciendo una mueca y apartando la mirada.
—Tienes mucha razón, no sirve de nada hablar, así. Después de todo, por fin ha llegado el esperado momento, el momento en el que todos tus planes dan su fruto... —cada una de aquellas sedosas palabras iba dando en el blanco. Lali volvió la vista con desagrado hacia él. Peter sostuvo su mirada—. Solo puedo hacer legítimo el nacimiento de mi hijo casándome contigo —añadió con una sonrisa al ver su estupefacción—. Y me propongo hacerlo. Nadie, jamás, volverá a llamar a mi hijo un «error».
¿Me estás pidiendo que me case contigo? —tartamudeó Lali perpleja.
—No, no te lo estoy pidiendo, te lo digo —recalco Peter acortando la distancia que los separaba—: Vamos a casarnos.
  Lali trago y abrió la boca de nuevo, perpleja Por fin tenía una prueba de que no volvería a haber ninguna mujer en la vida de Peter.
—Nos casaremos antes de que las revistas del corazón nos despierten con un crudo titular sobre la hija del mayordomo y el fruto de una pasión —continuó Peter torciendo la boca—. Antes de que Santino comience a hacer preguntas desagradables De ese modo, tendré plenos derechos sobre mi hijo.
—Pero...
— ¡No hay peros que valgan! —exclamó Peter bruscamente—. Se lo debes a tu hijo y me lo debes a mí! —Angie trató de dar un paso atrás, pero Peter estaba preparado para esa eventualidad. Alargó las manos y la atrapo, haciéndola prisionera allí mismo—. Y no finjamos que compartir el lecho marital supone un gran sacrificio para ninguno de los dos. Tú te consolarás con mi dinero, y yo me consolaré con tu precioso cuerpo... es una unión perfecta.
  Peter la obligó a dar un paso atrás para ponerla contra Uno de los pilares que sujetaban la entrada porticada del Folly, le soltó las manos y posó las suyas sobre la femenina curva de sus caderas. Lali se estremeció violentamente, las piernas se le debilitaron el cerebro se le derritió. Sentía el glorioso calor del torso de Peter, plano y musculoso contra la suavidad de su piel, provocando una excitación violenta en su interior.
—Peter... —susurró ella en tono de ruego
Los ojos de Peter ardían reluciendo como la esmeralda. El le apartó el abrigo y acarició lentamente sus piernas Ella se estremeció, se inclinó hacia atrás, se expuso ante él Peter aceptó la invitación que ella le ofrecía con una sed salvaje que la electrizó posando la boca sobre la de ella. Luego gimió y se apartó. Lali abrió los ojos llena de confusión, indefensa. Era como recobrar la conciencia después de una contusión.
— ¡Estamos a la vista de todos! —exclamó Peter. Lali se ruborizo y la vista, luchando por recobrar el control —.No puedo quitarte las manos de encima —añadió Peter apretando los dientes pero no debería comenzar algo que no puedo terminar.
Además, tenemos que cumplir los deseos de Alejo y buscar un árbol de Navidad.

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