Sunday, August 30, 2015

capitulo 17

Lali trató de tragar saliva, pero no pudo. Se había quedado paralizada. Peter le estaba hablando de su madre. Estaba acusando a Emilia de avariciosa. ¿Por qué? ¿Cómo podía hacer una cosa así, cuando ni siquiera la conocía?
Aquello no tenía sentido. Ella había comprado participaciones en Finlay Travel con el dinero que sacó de una póliza de seguros.
-Cuando pienso en todo lo que hice para protegerte, más me molesta tu conducta -abrió la puerta del dormitorio y entró a por la maleta. Salió y le puso una mano en la espalda, encaminándola hacia la escalera de caracol, que daba a un salón muy grande.
-Dio mio... lo que tuve que pagar a tu madre para recuperarte. Incluso tuve que sobornarla para que te acogiera en su casa cuando me abandonaste.
-¿Le pagaste a mi madre? -repitió Lali, sin creerse lo que estaba oyendo.
Peter soltó poco a poco el aire de sus pulmones.
-Tenía que haber exigido una anulación inmediata. No me tenía que haber dejado convencer de que la anulación iba a ser un trauma para ti...
-¿Un trauma...? -repitió Lali. cuando llegó al vestíbulo. Parecía que las piernas se le iban a doblar de un momento a otro. Gotas de sudor aparecieron en el labio superior. -Fui un imbécil -se quejó Peter-. Sin hacer ninguna pregunta pagué un montón de dinero para que terminaras tus estudios y tuvieras todas las comodidades. ¿Y qué me dan a cambio? Una esposa que no sabe más que balbucear italiano. Pero eso no es lo peor. Lo peor es que has preferido vivir con tu amante en pecado, antes que darme mi libertad.
-Peter... -murmuró Lali.
-No me digas nada. ¡No quiero oír más mentiras! -la interrumpió Peter-. Ya me dejé engañar ayer. Incluso te pregunté si te dedicabas al negocio del turismo. ¡Dio mio, dame fuerzas! Lo que más me duele es que me dijeran que tenía que mandar dinero para pagar tu tratamiento. ¡Estoy seguro de que te casaste conmigo porque sabes que soy rico! ¡Sólo un hombre rico puede permitirse manteneros a ti y a tu madre durante estos cinco años!
Cuando terminó, Peter abrió la puerta de su Toyota Landcruiser que estaba en el aparcamiento, mientras ella se quedó mirándolo asombrada, sin saber qué responder. La agarró en brazos, la levantó del suelo, la puso en el asiento y cerró la puerta de un portazo.
Lali empezó a respirar como si estuviera a punto de ahogarse. Se puso las manos en las sienes.
-¡Así que no me mires con esos ojos y me digas que estoy bromeando cuando digo que quiero que me den lo que es mío, porque para eso he pagado! -continuó Peter, cuando Lali se colocó a su lado-. ¡Una palabra más y te juro que os hundo a ti y a tu amante! Y luego denuncio a Emilia por todas las facturas falsas que ha presentado en tu nombre, pretendiendo que todavía seguías estudiando.
Lali luchaba por razonar de nuevo, pero estaba tan impresionada que le parecía imposible hacerlo. No podía quitarse de la cabeza lo que le había dicho, que había pagado a su madre para que la acogiera en casa.
-¿Conoces a Emilia? -le preguntó con voz muy débil, mientras él ponía en marcha el coche.

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