Thursday, August 20, 2015

capitulo 3

— ¿Cómo has descubierto dónde vivía? —se apresuró Lali a preguntar al comprender que el silencio se hacía insoportable.
—Mi abuelo me pidió que te buscara...
— ¿Alejo? —inquirió ella frunciendo el ceño incrédula.
—He venido únicamente a ofrecerte su invitación—contintió Peter con sencillez—. Alejo quiere que vayas a pasar la Navidad con él.
— ¿La Navidad? —repitió Lali confusa.
—Quiere conocer a su bisnieto.
Aquel último y sorprendente anuncio dejó a Lali con la boca abierta. Sus rodillas parecieron fallar, de modo que se sentó en un sillón. ¿Peter sabía que tenía un hijo? Jamás habría supuesto que Alejo  quisiera compartir aquel secreto con su nieto.
¿Alejo quería conocer a Santino? Dos años atrás, la había exhortado a deshacerse del bebé. La noticia de que la hija del mayordomo estaba embarazada de uno de sus nietos lo había enfurecido. Aquel caballero flemático al que lo aterrorizaba el escándalo había tratado por todos los medios de facilitarle la huida de Deveraux Court.
—Los viejos sienten que van a morir —explicó Peter con una mirada indescifrable, fija sobre ella—. Y, francamente, de lo que se muere es de curiosidad. Es evidente que si te humillas agradecida ante él eso redundará en tu propio provecho — ¿Humillarme? —repitió Lali airada.
—Conozco el trato que hiciste con Alejo Lali. Conozco toda la historia —alegó Peter severo.
—No se de qué estás hablando —contestó Lali incrédula, tensa.
—Sabes muy bien de qué estoy hablando —contraatacó Peter—. Los robos, Lali —se apresuró Peter a recordarle—, Alejo te pilló con las manos en la masa, confesaste.
  Lali levantó la vista. La angustia y el resentimiento eran evidentes en la expresión de su rostro,
— ¡Me prometió que jamás se lo diría a nadie!
  Lali deseaba morirse allí mismo. Alejo le había prometido mantenerlo en secreto y, más que nada. Lali deseaba ocultárselo a Peter. No podía soportar la idea de que él pensara que era una ladrona, que había robado pequeños objetos de arte de Deveraux Court. donde vivían y trabajaban su padre y su madrastra
—Después de tu partida, no volvió a desaparecer nada, y eso resulta bastante significativo. Alejo tenía pocas esperanzas de mantener en secreto la identidad del culpable.
—Así que entonces mi padre debe saberlo también—musitó ella mortificada.
—Yo jamás he hablado de ese tema con él —replicó Peter tenso.
Jamás había sufrido humillación más amarga en su vida. Lali bajó los ojos y observó los zapatos italianos de piel de Peter. Odiaba a Peter por creer y aceptar sin más que ella
era una ladrona. ¿Era ésa la razón por la que se había referido a Santino como si el niño no tuviera nada que ver con él? ¿Tan ofensiva le resultaba su falta de honestidad, que se sentía incapaz de reconocerla como a la madre de su hijo?, se preguntó Lali rabiosa. Alejo quería conocer a su bisnieto. ¿Acaso él no tenía el menor interés de conocer al niño? Lali era incapaz de pensar con claridad, nada de lo que oía tenía el menor sentido para ella.
—Quiero que te marches —contestó Lali temblorosa—. No te he pedido que vengas.
—Esa respuesta es completamente irracional, estoy convencido de que pronto cambiarás de opinión —aseguró Peter—. Alejo habría llamado a la policía de no haberle contado que estabas embarazada. Tuviste suerte de escapar sin una condena judicial. Esos robos tuvieron lugar durante un largo período de tiempo, no fueron el resultado de una tentación repentina.
  Lali cerró los ojos brevemente. Cuando, en el calor del momento, había confesado una culpa que no había cometido, lo había hecho creyendo así proteger a alguien a quien amaba y pensando que, en todo caso, no tenía ya nada que perder. Después de todo, había perdido a Peter y había aceptado abandonar Deveraux Court antes de que su estado se hiciera patente. Tras el rechazo de Peter, se había sentido desolada, y era excesivamente orgullosa como para presentarse ante él y contarle cuáles eran las consecuencias de su fin de semana de pasión.
—Alejo está dispuesto a olvidar el pasado por el bien de tu hijo —continuóPeter.
—Mi hijo tiene un nombre..., se llama Santino –contestó Lali.
—Sería una estupidez, en tu posición, hacer caso omiso de la oferta de paz. Estoy convencido de que Alejo está dispuesto a mantenerte.
—No quiero nada de ninguno de vosotros -contestó Lali profundamente ruborizada y disgustada, levantando la vista—. Pero me gustaría saber por qué Alejo cree de pronto que es su deber ofrecerme dinero.
—Es obvio que se debe a que su nieto, Agustin, ha dejado de lado su deber de manteneros al niño y a ti —contestó Peter con ojos duros , sosteniendo la mirada de Lali en una franca y dura colisión.
Lali se quedó helada. ¿Por qué iba a ser deber de Agustin mantenerlos a ella y a Santino? De pronto comprendió, pero todo aquello no logró sino confundirla aún más. Era evidente que Peter creía que Agustin, su primo, era el padre de Santino, pero, ¿por qué?
  Lali estaba encendida de ira. Saber de dónde se había sacado Peter esa idea era lo de menos. Estaba demasiado enfadada por la opinión que Peter debía de tener sobre su moral. De modo que Peter la veía como una ladrona y una buscona. Al fin y al cabo, solo una joven promiscua habría mantenido relaciones íntimas con los dos nietos de Alejo en cuestión de tres meses. Peter parecía feliz de creer que ella se había acostado con su primo inmediatamente después de acostarse con él, y más contento aún de pensar que el niño era de su primo.
—Lali. no he venido aquí a discutir contigo ni a hablar de temas personales que, francamente, no tienen ninguna relación conmigo —explicó Peter en tono de reproche—. Te he traído la invitación de Alejo, peto no tengo tiempo para altercados... Tengo una cita, y llego tarde.
Por una décima de segundo, Lali sintió como si la hubiera acuchillado. ¿Una cita? ¿De modo que el apenado viudo había vuelto por fin a la circulación? ¡Bravo por él ¡ Y,
por supuesto, los sórdidos problemas persona de Lali no tenían ningún interés para él. En realidad, para un hombre como Peter; sincero, inteligente y apasionado solo en la cama, escapar del escándalo de verse relacionado con una ladrona era algo de lo que se podía felicitar.
—Lali…

2 comments:

  1. que feo que peter crea que el no es el padre, y trate tan frio a lali

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