Sunday, August 30, 2015

capitulo 18

-¿Por qué me haces esa pregunta tan estúpida?- le preguntó Peter, frunciendo el ceño, mirando la pálida expresión en su cara-. ¡No me digas que no te ha dicho de dónde venía todo el dinero!
-A mi madre le quedó una asignación bastante generosa de su segundo matrimonio -murmuró Lali, con voz temblorosa, mientras intentaba calmarse un poco-. De ahí es de donde procedía el dinero. Y por lo que se refiere a mis participaciones en Finlay... -Tu madre dejó a Giles Jensen cuando se vino abajo su nightclub. No le quedó dinero para poder pagar a nadie. Cuando tú volviste a casa de tu madre, ella tenía un montón de deudas. ¡Yo fui el que os saqué de la miseria!
-Yo no...
De pronto, le tiró una carpeta de plástico a las piernas.
-Yo soy el propietario de la casa de tu madre. A mí no me importó mantener a mi suegra, porque de esa manera sabía que tú tendrías todas las comodidades. Pero lo que más me molesta es saber que tú estabas enterada de todo.
Abrió la carpeta y vio las escrituras de la casa que su madre tenía en Kensington, en las que aparecía el nombre de Peter como propietario. Era una prueba irrefutable que dejaba sin respiración. Era algo incontestable.
-¡Si no se hubieran puesto en contacto conmigo por un asunto relacionado con la hipoteca, ahora no tendría esas escrituras para enseñártelas! -gritó Peter-. Tengo un cajón lleno de facturas en mi despacho. ¡Falsas! Dime, ¿de verdad alguna vez fuiste al colegio por el que yo pagué?
-Asistí al instituto tecnológico durante un tiempo... -le dijo Lali, mientras iba asimilando el origen de toda aquella ira.
-Per meraviglia... ¿y no asististe a clases de montar a caballo, música y esquí? ¿No aprendiste idiomas? ¿No fuiste de vacaciones? Yo creo que ni siquiera has estado un solo curso en la universidad.
Lali empezó a mover la cabeza. Todas las piezas del rompecabezas iban encajando. Emilia era la persona que había engañado a Peter. Su madre, su propia madre. Empezó a sentirse enferma. Emilia había estado llevando una vida de lujo. No trabajaba. Poseía una casa, con muebles muy caros, un ropero bastante extenso y se iba de vacaciones con bastante frecuencia. Cuando se dio cuenta de que Peter había sido el que había estado pagando todo aquello, Lali se sintió desolada.
-Yo no sabía nada... ¡te lo juro! -le dijo.
-Muy bien. Pues siéntate y relájate, porque voy a denunciar a tu madre por gastarse el dinero que enviaba para ti.
Lali se quedó pálida.
-Pero todavía tienes que explicarme de dónde sacaste el dinero que invertiste en Finlay Travel...
-¡Ese dinero no era tuyo! -protestó ella-. Ese dinero fue del seguro que mi padre se hizó cuando yo era niña...
-¿Nicolas, el jugador compulsivo, se hizó un seguro? -murmuró Peter-. Pero si a ese hombre le quemaba el dinero en el bolsillo. Si tu padre hubiera tenido un seguro, hubiera intentado recuperar el dinero al mes siguiente. No habría sido capaz de pagar las mensualidades.
Lali trataba de concentrarse. La verdad era que no tenía constancia de que la procedencia de aquel dinero fuera de una póliza de seguro. Cuando ocurrió, tenía sólo dieciocho años y no se le había pasado por la cabeza cuestionar a su madre. Emilia había metido el dinero en su cuenta corriente. Y a partir de ese momento, Emilia no le había
dado nada más. ¿Qué había pretendido Emilia con todo ello? ¿Engañar a Peter, para que pensara que Lali estaba enterada de todo aquel engaño? Sólo de pensarlo, se le revolvía el estómago.

3 comments:

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  2. que mala la mama de lali se gasto el dinero en ella y no le dio casi nada a lali

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