Thursday, January 14, 2016
capitulo 10
Él tomó asiento frente a ella, lo que resultó un alivio, ya que su estatura
resultaba imponente hasta para una mujer tan baja como Lali. Para ser un hombre
tan corpulento, se movía con la ligereza y la gracia de un atleta. Era tan moreno como
ella rubia, y su atractivo no tenía comparación posible: sus pómulos sólo podían
calificarse como espectaculares, la nariz era de una perfección insultante, los labios
eran llenos y sensuales.
Pero lo que realmente definía su rostro eran los ojos de un verde oscuro. Sin
embargo, en aquellos instantes, no había ni rastro de delicadeza o emoción en su
intensa mirada.
-La mujer de Leland pensaba llevarte ante los tribunales para que respondieras
del préstamo -dijo suavemente.
Lali se sentó muy rígida, completamente estupefacta.
-¿Cómo te has enterado de lo del préstamo?
Peter se limitó a encogerse de hombros, como si estuviera disfrutando con
aquella conversación.
-Eso no importa. El caso es que Jennifer ya no va a hacerlo, yo he pagado el
préstamo en tu nombre.
Incrédula, Lali se adelantó un poco.
-¿Cómo dices? -apenas podía creer lo que había oído.
-No quería que esa deuda te preocupara, Lali. Sólo pretendo mostrarte mis
buenas intenciones.
-¿Bu... buenas intenciones? -tartamudeó Lali, incapaz de ocultar el terror que
sentía.
-Claro -Peter alzó una mano para enfatizar sus palabras, evidentemente
disfrutando del impacto que habían tenido sus palabras sobre la imperturbable Reina
de Hielo-. Ningún hombre decente chantajearía a la mujer que desea llevarse a la
cama, ¿no?
Lali alzó la cabeza, roja de ira.
-¿Acaso te crees que soy una completa idiota? -casi gritó.
Tranquilamente, Peter se levantó, divertido ante semejante
arrebato.
-Si tenemos en cuenta las decisiones que has ido tomando en tu vida, no sé por
qué te asusta mi franqueza.
Lali se quedó con la boca abierta, respiraba frenéticamante, como si se
estuviera ahogando. De un plumazo, aquel hombre había conseguido acabar con su
autodominio.
-Y no hace falta que te disculpes -continuó Peter burlón-. Sé muy bien cómo
eres en realidad. Primero te pones pálida y luego rígida. He visto los esfuerzos que hacías cada vez que Leland te ponía la mano en público para no rechazarlo. Hubiera
resultado muy divertido veros en la cama...
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