Wednesday, January 6, 2016

capitulo 60

Peter habló de una suma extraordinaria y se quedó como esperando alguna respuesta de parte de ella. Pero Lali no podía pensar ni hablar. Esta foto ha sido ofrecida a la prensa. Si el dueño del periódico no hubiese sido uno de mis amigos más íntimos y su editor no se hubiese dado cuenta, ¡las hubiesen publicado! - Las has comprado... - ¡Eres mi esposa! ¿Qué iba a hacer? – gritó él con furia. - ¡Deja de gritarme! – dijo ella desesperada -. Lo lamento, no he podido evitarlo. Y además lo de Benjamin terminó. ¡Terminó cuando volvimos a Londres! Debería habértelo dicho antes. - No mientas – la interrumpió. - No miento. Terminó hace tiempo. - ¡Serías capaz de decirme cualquier cosa con tal de protegerlo! – dijo él dando un golpe sobre las fotos, tensando las facciones en señal de disgusto. - No me estás escuchando. No me crees. - Da igual. ¡Nunca me han humillado tanto! - ¿Daba igual entonces su relación con Benjamin? La idea de su matrimonio se venía abajo nuevamente. Había sido estúpida ilusionándose. A Peter sólo le importaba su imagen pública, su honor de macho humillado. Mientras él se había mostrado con todas las mujeres que le había apetecido, ella no tenía derecho a nada. Debía tener una conducta irreprochable en ese sentido. Se sentía mareada. Lamentó haberse sentido culpable y haber sentido necesidad de pedir disculpas a Peter. Su deseo había sido no causar más daño a la relación entre ellos, pero ahora Peter había demostrado que su matrimonio era vacío, al menos por parte de él. - ¡Si para ti esto es una humillación, es que has tenido una vida fácil! – dijo ella. Él se quedó quieto, sin poder creer lo que oía. - Yo he vivido cinco años de humillaciones. Todo el mundo sabe lo que tú valoras tu matrimonio, Peter. De eso te has asegurado muy bien. Pero cuando las cosas ocurren del otro lado se trata de una ofensa inadmisible. Alégrate de tener los contactos y el dinero para impedir su publicación. Yo no contaba con ellos – dijo ella en un rapto de dignidad -. Y tuve que soportar las miradas de lástima de tus invitados en las cenas que organizabas... Peter se puso blanco. - Yo no me consideraba casado. Lali miró nuevamente las fotografías, y respondió. - Yo tampoco... - Eso es diferente – siguió Peter irracionalmente, llevado de la ira. - Sí, yo fui más sensible – dijo ella con lágrimas asomando a sus ojos, pero reprimiéndolas al fin -. Y más cobarde también como para hacer algo. Pero no voy a agachar la cabeza como si fuera una pecadora y tampoco voy a decir «lo siento». - Theos mou... – dijo él en griego con los puños apretados. - Porque no lo siento. De hecho me hubiese gustado que tu amigo las publicase para que supieras lo que es durante un par de semanas. ¡Yo he tenido que soportarlo durante cinco años! – le gritó e un arranque de rabia y desesperación -. ¿Te sorprende Peter? - Tú, desgraciada... la miró con impasividad, como si todos sus sentimientos hubieran desaparecido de pronto.

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