Monday, January 11, 2016

capitulo 75

Al volver a Londres, Peter debía irse al poco rato, tan pronto como se cambiase de ropa. Tenía mucho trabajo. - Hablaremos cuando vuelva. ¿Por qué tenía la impresión de que él la trataba como si ella fuera culpable de algo? ¿Cómo reaccionaría ante el hecho de que ella supiera tantas cosas? Al fin y al cabo él no confiaba lo suficientemente en ella como para habérselo contado. Pero, ¿qué cosas sabría él? Lali fue al salón. Allí estaba su escritorio, herencia de su madre. Le echó una ojeada. Estaba igual que siempre. Los cajones vacíos. La llave decorativamente sujeta con una cadena a la hoja plegable que servía de escritorio propiamente dicho. El carpintero que lo habría restaurado había cometido el error de poner a la llave una cadena muy corta que impedía cerrar el escritorio, por eso no lo usaba. De pronto de dio cuenta de que la llave se parecía a aquélla que le habían dado en el banco para abrir la caja fuerte. Rompió la cadena, haciéndose daño en le intento. La llave había sido bañada en oro para hacer juego con la cadena, pero se veían aún los números grabados en ella. Ni siquiera encajaba bien en la cerradura. Seguramente correspondía a otra caja. Durante cinco años Max podría haber ocultado el pasaporte a la libertad de Peter en su propia casa. Una última ironía de Peter. Lali fue hacia el ala de la casa que ocupaba Peter. Él se estaba poniendo una camisa limpia en el dormitorio, tan embebido en sus pensamientos que apenas se dio cuenta de la presencia de Lali. - Peter... – le dijo ella temerosa. Por un momento, Lali pensó en esconder la llave. Pero debía tener la valentía de dársela y afrontar las consecuencias. Entonces levantó la mano y tiró la llave en la cama. - Después de todo no ha sido una condena a cadena perpetua... – se oyó decir. Peter pareció no entender. Miró alternativamente la llave y a Lali. - Es la llave de otra caja fuerte. Es posible que contenga lo que buscas. - ¡Cristo! – exclamó antes de levantar la llave -. ¡Todo este tiempo buscándola! ¡No lo puedo creerlo! Lali se fue hacia la ventana. Se trataba de la tierra prometida de la libertad. Podía ser el principio o el fin de su matrimonio. - Hay algo más de lo que tenemos que hablar. - ¿No podemos esperar para hablar de ello? No voy a poder parar hasta que vaya a París y pruebe esta llave. - Me temo que no. Ya ves, ocurre que sé lo que hay en la caja. Tu certificado de nacimiento – le dijo Lali. La expresión de Peter se tensó. - ¿Y dónde has conseguido esa información? - Ciertamente no la he conseguido por ti. Stavros me la confió. - ¿Stavros? – Peter pareció muy sorprendido. - Me pidió que actuase como intermediaria. Creyó que yo era de tu confianza. Así que ahora sé que Ariadne es tu madre natural.

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