Saturday, January 23, 2016

capitulo 38

-¿Qué es lo que pretendes? -No estás en condiciones de conducir. -¿Y eso por qué? -¡Por favor, Peter! Estás sangrando, probablemente estés también conmocionado. Por una maldita vez en tu vida, haz lo que te dicen. El consideró durante unos instantes semejante posibilidad, hasta que por fin dio su brazo a torcer. -¿Sabes conducir un Ferrari? -Por supuesto -contestó Lali entre dientes mientras ponía en marcha el coche. -Las luces -le indicó Peter aprensivamente-. Tienes que encender las luces... o si lo prefieres, cierro los ojos... -¡Cállate! Estoy intentando concentrarme -Lali dio por fin con el interruptor-. Es muy típico de ti eso de sacar faltas. Por cierto, a ver, ¿dónde estaban tus guardaespaldas? -¿Cómo te atreves a decirme eso? -Peter intentó incorporarse un poco, pero el cinturón de seguridad se lo impidió-. Puedo cuidar de mí mismo. -¿Contra cinco matones a la vez? -preguntó Lali. Todavía se le revolvían las tripas al recordar la pelea; se sentía terriblemente culpable por lo sucedido-. Te llevaré a Urgencias. -No necesito ningún médico, estoy perfectamente -se resistió Peter. -No quiero ser responsable de que mueras por conmoción cerebral o algo parecido -replicó Lali inexorable. -Sólo tengo unos cuantos arañazos y moretones, lo único que me hace falta es descansar un poco. Después pediré que me lleven un coche. Aquel era el auténtico Peter: organizador, dispuesto a llevar la voz cantante. Lali captó la indirecta y condujo en dirección a su casa probablemente a la velocidad mínima a la que había ido ese coche jamás. La lluvia había arreciado, haciendo que se redujera considerablemente la visibilidad. -De acuerdo, puedes venir a casa conmigo, pero sólo estarás una hora -le advirtió. -¡Qué generosa eres! Lali se ruborizó al recordar el interés que se había tomado Peter durante su enfermedad para asegurarse de que estaba bien atendida. Sin embargo, no había tenido que ocuparse personalmente de su bienestar, se había limitado a pagar a otros para que la cuidaran. De hecho, no podía imaginar a Peter sacrificándose por nadie. De repente, notó que el camino a la casa estaba completamente enfangado; alarmada, frenó de golpe, provocando que el coche diera un brusco patinazo. Sin que pudiera hacer nada por evitarlo, chocó de golpe contra el borde del camino. -Aunque parece que nuestro ángel de la guardia esté de vacaciones, por suerte aún seguimos vivos -ironizó Peter mientras apagaba el contacto. -Ahora supongo que te dedicarás a hacer un montón de comentarios ofensivos sobre las mujeres que conducen, ¿no? -siseó Lali aferrándose aún al volante.

No comments:

Post a Comment