Friday, January 8, 2016

capitulo 68

- ¡Si quieres hospitalidad griega de verdad, ven a nuestra casa! – le dijo Stavros jocoso, haciendo que su voz llegara hasta todos los rincones del salón -. Lamentablemente nos casamos tarde, y fuimos agraciados con el nacimiento de nuestra hija, pero nuestra vida a veces se torna un poco aburrida para Ponia. ¡Ella cree que tenemos un pie en la tumba ya! Peter atravesó el salón. Hubo saludos entre ellos. De todos los invitados, Stavros era quien más afectivamente lo había tratado, pero en cambio Peter tenía hacía él una actitud contenida. Pero Lali dejó de pensar inmediatamente, porque Peter la había mirado con deseo, y los efectos de su mirada eran devastadores, y la hacían olvidar todo lo demás. - Se te ve muy cansada – murmuró  Peter. Lali se ruborizó, pero Peter ya se la estaba llevando, con audacia sin igual. Lali miró hacia atrás disculpándose ante los demás, y vio en los ojos de Ariadne un gesto de perplejidad. Se dio cuenta entonces de que Peter no había hablado con su hermana, y se lo hizo notar. - Por supuesto que hablé. - No, en mi opinión. Pero entonces Peter la silenció con un abrazo y un beso que la dejaron sin aliento. Lali emergió del beso aturdida, y un poco inhibida porque pensaba que sus familiares podrían haberlos visto, y que seguramente le censurarían. - ¿Entonces, qué piensas de mi familia? - ¿Quieres que te diga francamente? - Si no, no te lo hubiese preguntado. - Son horribles. Por supuesto que deben ser más cálidos de lo que aparentan... - Probablemente más fríos. - ¡Oh, Peter! – susurró ella. - No seas tonta. Yo ya soy mayorcito como para que me adornes las cosas. - Stavros y Ariadne son muy simpáticos. Parecen quererte mucho. E incluso Stavros se parece a ti... Sí, eso fue lo que me hizo pensar que ya lo conocía. - ¿Estás loca? Si no es familia mía – dijo Peter frunciendo el ceño. Por supuesto que no había lazos de sangre con Stavros, era sólo el cuñado de Peter. - ¡Pero tú no eres familia de ninguno de ellos! – dijo Lali, arrepintiéndose inmediatamente de lo que había dicho. Segundos después, Peter entraba en un dormitorio y cerraba la puerta de un portazo. - Dilo otra vez – la exhortó. Lali abandonó la pelea y se echó a los pies de la cama. Lo siento, me he olvidado de que supuestamente yo no sabía nada – dijo Lali con lágrimas en los ojos. - Evidentemente. ¿Y desde cuándo lo sabes? – le preguntó Peter irritado. - Si te lo digo, debes prometerme que no te enfadarás con la persona que me ha dicho que eres adoptado – Lali apenas pronunció la última palabra, porque temía la reacción de Peter -. Porque ella pensaba que yo lo sabía... - ¿Ella?

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