Sunday, January 24, 2016
capitulo 42
-¿Qué es lo que pretendes? -preguntó Lali suspicaz.
-Quiero convencerte de que confiar en mí sólo te traerá ventajas. Como ves, ni
siquiera te he puesto un dedo encima -señaló, como si considerara tal cosa una
heroicidad.
Lo terrible del caso era que ella estaba deseando que la tocara. Por fin el alzó el
brazo y le soltó la cinta del pelo, hundió los dedos en la sedosa melena y, poco a poco,
la atrajo hacia sí.
-¿Acaso no es esto lo que los dos deseamos? -le preguntó.
-No... -se resistió Lali, aunque su piel ardía mientras él recorría el contorno de
sus labios con la punta del dedo-. Esto no significa nada para mí -insistió desesperada.
-Mira que eres tozuda -se burló Peter.
Ella pensó que si seguía mirándola con la misma intensidad acabaría fundiéndose.
-No soy tozuda, sólo que... -se detuvo sin saber cómo seguir, incapaz también de
reunir las fuerzas necesarias para separarse de él.
-Te gusta pelear, ¿eh? -susurró Peter. Lali se sentía como en una nube,
ensordecida casi por los latidos de su propio corazón-. Eres una mujer por la que
merece la pena luchar. Sería mucho mejor si no te resistieras, si te dejaras llevar...
-Pero...
-Nada de peros -la interrumpió Peter colocando un dedo en sus labios para
hacerla callar-. Me necesitas -insistió, acercándose aún más a ella.
-No... -musitó.
-Sí -dijo Peter antes de besarla. Le separó los labios delicadamente con la
punta de la lengua Ilevándola a un estado de excitación tal que casi se dejó caer
encima de él.
Aprovechándose de aquel momento de debilidad, Peter la estrechó con más
fuerza entre sus brazos.
-No -gimió Lali de nuevo.
Él empezó a acariciarle un seno, y el placer que eso la produjo fue tan intenso e
insoportable que sólo con un enorme esfuerzo consiguió controlarse. Levantó la cabeza
para verle mejor, pero en vez de aplacar su deseo, sólo consiguió avivarlo aún más.
-¿No? -repitió Peter juguetonamente.
Se sentía atraída por su irresistible virilidad como una mariposa hacia la llama de
una vela. Peter se dio cuenta de que estaba a punto de rendirse, y sonriendo como
un lobo en el momento de atacar a su presa, empezó a besarla apasionadamente.
La tendió sobre el lecho sin dejar de acariciarla. Lali temblaba de pies a
cabeza de puro deseo, y cuando él introdujo una mano por debajo de la camiseta para
acariciarlo primero y besarlo después los senos desnudos creyó que se derretiría de
placer. Durante un interminable momento lo único que pudo hacer fue acariciarlo a su
vez. De repente, Peter levantó la cabeza alarmado.
-¿Qué es eso? -preguntó.
-¿El qué? -inquirió Lali parpadeando confusa.
-Alguien está llamando a la puerta.
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