Tuesday, January 19, 2016
capitulo 23
-Cre... creí que me llevabas a casa de Liz -murmuró incómoda.
-Nunca dije que fuera a hacerlo -dijo Peter burlón-, y después de lo ocurrido
en el coche, la verdad es que prefiero hacerte el amor en mi propia cama.
A Lali empezaron a castañetearle los dientes.
Una cualquiera, eso es lo que parecería en la foto, y así era cómo él la estaba
tratando.
-Lali -percatándose de su turbación, Peter cambió de estrategia-, ¿De
verdad crees que iba a respetarte más porque me dijeras que querías esperar un poco
más? No tengo tiempo para andarme con esas tonterías...
-No, claro que no.
-Y no creo que tus sentimientos sean muy diferentes. Supongo que estaremos
juntos al menos seis meses -predijo-, puede que algo más incluso. Te deseo como no he
deseado a ninguna otra mujer en mucho tiempo.
-Pues date una ducha fría -le espetó Lali, irguiéndose orgullosa. Sin embargo,
temblaba tanto que la chaqueta se le deslizó de los hombros y quedó en el suelo hecha
un guiñapo-. No soy una mema a la que puedas llevar a la cama cuando tú quieras.
-La verdad es que, para empezar, sólo quería invitarte a comer, pero ...-admitió
Peter.
-Sí, ¿para qué perder el tiempo, no? -le interrumpió Lali disgustada-. Me he
encontrado con muchos hombres sin escrúpulos en mi vida, pero tú les superas a todos.
¿Acaso te crees que un simple beso te da derecho sobre mí?
-El deseo que existe entre los dos es auténtico y muy fuerte -replicó arrogante-.
¿Acaso me pides que me disculpe por algo que tú también sientes y en la misma medida
que yo?
-No... me parece que tú no eres de los que se disculpan -dijo Lali acobardada.
-Tienes razón: eres tú la que primero haces una cosa y luego dices otra, no yo
-dijo Peter fríamente-. Hace mucho tiempo que yo me dejé de esos jueguecitos.
Aunque cada músculo de la espalda le dolía, Lali se propuso mantener fuera
como fuera la misma actitud de reina ofendida. Sacaría fuerzas de la misma vergüenza
que sentía por haber permitido que la tocara.
-No diré que ha sido un placer conocerte porque no lo ha sido, Peter... eres
asqueroso -dijo, y dándose la vuelta se dirigió hacia el ascensor.
-¡Maldita sea! ¡No puedes marcharte! -exclamó Peter acercándose a ella de una
zancada-. ¿Quién te crees que eres para hablarme en ese tono?
-¡Basta! ¡No quiero oír ni una palabra más!
-Pues vas a tener que escucharme -insistió Peter cerrándole el paso. Se la
quedó mirando con fiera determinación-. ¿Acaso crees que no sé que te fuiste a vivir
con Leland de un día para otro? Casi ni le conocías, saliste de la nada. ¡Si estaba claro
como el agua que no sentías nada por él!
-Yo... yo... -musitó Lali, sorprendida ante aquella estrategia.
-Lo cierto es que Leland te aburría, y tú no te molestabas lo más mínimo por
disimularlo. Apenas podías soportar que te tocara, pero aguantaste a su lado tres añosenteros. ¿Acaso así es como se comporta una mujer sensible y con principios? ¡Te
vendiste por un guardarropa de trajes de marca!
-¡No! ¡No es verdad! -protestó Lali.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment