Friday, January 15, 2016

capitulo 15

-Liz -empezó titubeante-, creo que se sentiría ofendido sólo al considerar la posibilidad de tener una relación normal con una mujer que ha sido la amante de otro hombre... -¡Pero si tú no has sido la amante de nadie! Lali no hizo el menor comentario. Tras toda la publicidad negativa que le habían hecho, nadie creería la verdad. -Liz, todo lo que Peter quiere es acostarse conmigo -declaró. -¡Oh! -Liz enrojeció tan intensamente que todas sus pecas desaparecieron-. ¡Cariño! ¡No debes dejarte arrastrar por un hombre semejante! Aquella noche Lali permaneció tendida en la cama, escuchando los ruidos del tráfico. No podía perdonarse haberse sentido atraída por un hombre como Peter , quien a buen seguro pensaba que era una aventurera despreciable, acostumbrada a vender su cuerpo a cambio de lujos y riquezas. Le parecía que el corazón se le iba a partir en mil pedazos de dolor. ¿Cómo había sido capaz de caer tan bajo? Cuando la eligieron para la campaña publicitaria de una de las marcas de productos para el cabello más populares del país, apenas tenía dieciocho años. Aunque nunca había querido ser modelo, se dejó convencer por su padre, y muy pronto empezó a ganar dinero a espuertas. Sin embargo, al poco empezaron a hartarla la presión a la que la sometían y la superficialidad del mundo de la moda. Como había ahorrado mucho dinero, empezó a hacer planes para cambiar de vida. Pero durante todo ese tiempo su padre no había dejado de jugar. Sin que ella lo supiera, cada vez hacía apuestas más arriesgadas, ofreciendo la fortuna de su hija como garantía para cubrir las pérdidas. Por suerte, el director del casino de Leland le había cortado el crédito en cuanto sospechó que el anciano estaba jugando muy por encima de sus posibilidades. Lali conoció a Leland Coulter cuando fue al casino a pagar las deudas de su padre. -No conseguirás cambiarle, Lali -le había dicho-. Seguiría apostando aunque se estuviera muriendo. Tiene que ser él el que decida cambiar. Tras aquel humillante episodio, su padre le hizo un montón de promesas. Le juró que no volvería a jugar, pero, como era de esperar, rompió su promesa. Como ya no era bien recibido en los casinos, empezó a acudir a lugares más peligrosos; jugaba altas sumas de dinero al póker con hombres de pésima reputación, dispuestos a romperle los huesos a quien osara eludir sus deudas. Fue así como la vida de Lali comenzó a tambalearse. Salvador contrajo una enorme deuda de la que su hija no pudo hacerse cargo, pues ya había gastado sus ahorros; unos matones le dieron una terrible paliza y perdió un riñón. Le confesó lo ocurrido a su hija en la cama del hospital, entre sollozos: le habían amenazado con que si no devolvía el dinero a tiempo lo matarían.

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