Wednesday, January 6, 2016

capitulo 59

- ¿Peter...? En el mismo momento en que ella se disponía a hablar alguien desde la casa llamó a Peter. Éste se puso de pie en un salto, y con enfado dijo: - ¡He dicho que ninguna llamada, ninguna! ¡Ninguna interrupción! Entonces el criado se acercó y le respondió: - Es urgente. - ¡Espero que sea muy urgente! Quédate aquí...espérame – le dijo a ella en un aparte. Lo vio alejarse por el sendero que iba hacia la casa. Lali se sirvió unas fresas del almuerzo. Miró su anillo desde todos los ángulos, y de pronto se sintió eufórica. Aunque sería un esfuerzo contarle la verdad sobre Benjamin cuando regresara. Porque el sol le había dado sueño. La despertó un ruido. Estaba sobresaltada, desorientada. Vio un helicóptero en el cielo, colgando como un pájaro gigante negro. Un momento después estaba atravesando la bahía. Se quitó el pelo de la cara y miró el reloj. Había dormido un par de horas y Peter no había vuelto. Recordó entonces la llamada telefónica. Al menos ella habría creído que había sido una llamada telefónica urgente. Descubrió las medias a un costado y se las puso sonriéndose y se acomodó el vestido arrugado. Cuando llegó a la mansión notó un silencio abrumador. Dejó las cosas del picnic a un costado. El personal parecía haberse esfumado. Sintió que algo no marchaba bien, era un presentimiento. Peter estaba en su oficina mirando algo en su escritorio. - Te has olvidado de mí. Pero te perdono – dijo ella bromeando desde el quicio de la puerta. Él levantó la vista y la miró con ojos de hielo. Lali sintió que la pulverizaban. Y supo que su sexto sentido no la había engañado. Él la escudriñaba con el gesto grave, reprimiendo una rabia que se le escapaba en la mirada, intimidándola como él lo sabía hacer. Lali se puso pálida. - ¿Qué ocurre? - ¿Cómo lo sabes? – preguntó él con ira contenida. - ¿Qué es lo que ocurre? – preguntó ella con ansia. - Ven aquí. Tengo algo que mostrarte. Sobre el escritorio había una colección de fotos. Lali se acercó a ellas y se inclinó para verlas bien. Sintió vértigo en el estómago. Hubiera querido morirse. En las fotos estaba ella con Benjamin. No podía creerlo. Miraba una tras otra como para convencerse. Benjamin y ella caminando por una calle llena de gente, besándose en un pub, abrazados a la entrada de otro establecimiento, sonriéndose. Se le debilitaron las piernas. «¿Por qué ahora? », hubiese querido gritar. ¿Por qué en ese momento que eran tan felices? - ¿De dónde han salido? – dijo ella. - ¿Sabías que tenías a un fotógrafo detrás de ti? - No. - ¿Sabes lo que vale en el mercado una foto de mi mujer con otro hombre? Lali miraba a la nada, sin poder reaccionar. A pesar de las precauciones que había tomado, la habían reconocido y le habían tomado fotos. Y ella ni siquiera lo había sospechado.

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