Thursday, January 28, 2016
capitulo 61
Estaba a punto de perder el control de su cuerpo, pero ya no la importaba. Lo
único que deseaba es que él no dejara de acariciarla. Se sentía como intoxicada por
una droga poderosa.
Sin quererlo, casi sin darse cuenta, lo llamó por su nombre desde el fondo de sus
entrañas.
Peter entonces la besó interminablemente, y cuando por fin se detuvo, se la
quedó mirando como si quisiera descifrar sus más íntimos pensamientos.
-¿Peter...? -alzó una mano temblorosa para acariciar la línea de sus labios, pero
él torció la cabeza. Desolada, Lali retiró la mano sin saber muy bien qué hacer.
-No hacías más que mirarme -le reprochó Peter-, pero en cuanto yo te devolvía
la mirada, siempre hacías como si no me hubieras visto... excepto aquella vez, hace
siete meses. Entonces supe que algún día serías completamente mía.
Lali desvió la mirada asombrada. Le parecía terrible que él hubiera
descubierto en su interior aquel ansia, cuando ni siquiera ella misma era capaz de
admitirla.
-Esperé a que tú hicieras algún movimiento -continuó Peter-, pero tú
continuabas con Leland. Empecé a preguntarme si no serías completamente tonta.
-Pero si yo no... -empezó a protestar.
-¡Oh, sí! Ahora entiendo por qué te quedaste con él. Le debías demasiado dinero.
Debió ser entonces cuando decidiste ponerte en venta... cuando pienso en eso me dan
ganas de romper cosas. Aprendiste tan bien la lección que no paraste hasta conseguir
de mí el precio más alto por tus favores.
-¿Cómo te atreves...?
-¿Acaso este matrimonio no es lo que he tenido que pagar para conseguirte?
-Eres... un... cerdo -bisbiseó Lali, sintiendo que se ahogaba al escuchar aquella
ponzoñosa acusación.
-Te dejaré a un lado en cuanto empieces a resultar peligrosa -le juró Peter.
-¡Empieza por dejarme salir de esta cama! -le rogó Lali.
-Ni lo pienses. He pagado un precio muy alto por este placer.
-¡No!
-Sabes muy bien que eres incapaz de resistirte -murmur Peter acercando su
boca a la de ella-. Te conviertes en cera entre mis manos en cuanto estoy cerca. Ese
es mi único consuelo por comportarme como un imbécil con una mujer como tú.
-¡Cómo te atreves!
Pero por toda respuesta Peter se limitó a poner una mano entre sus muslos
mientras la besaba de nuevo. Aquello fue suficiente para que Lali sintiera que se
deshacía, mientras él agotaba sobre su piel todo su extenso repertorio de caricias.
Una tras otra fueron cayendo todas las defensas que tan cuidadosamente había
levantado para protegerse.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment