Sunday, January 3, 2016
capitulo 38
Ponia... – dijo Peter.
- Veintidós.
- ¿Te casaste a los diecisiete? – Ponia abrió los ojos grandes de asombro y miró
a su tío.- ¿Y tú estás de acuerdo con mis padres en que diecisiete años es poco
para salir seriamente con un chico? – le preguntó molesta.
Lali reprimió una risa al ver el gesto de Peter avecinando una tormenta, y salió
en ayuda de la graciosa adolescente, cambiando de tema.
- Hablas inglés perfectamente, Ponia.
- Voy al colegio en Inglaterra. Me hubiese gustado saber tu edad. Te hubiese ido
a visitar y te hubiese conocido hace años... A pesar de lo que todo el mundo decía.
Entonces Peter dijo algo en griego. Ponia se puso rígida, y su hermosa cara se
tensó al mismo tiempo que bajaba la cabeza.
- ¿Qué habría dicho la familia Lanzani de la esposa de Peter, a quien no
conocían?
- No dejes que te canse – dijoPeter resignado, yendo hacia la puerta.
- Los hombres son un poco pesados, a veces – murmuró Ponia, y luego le dedicó
una risita a Lali.
- ¡Tienes razón! – dijo Lali riéndose, al mismo tiempo que se daba cuenta de lo
deprimida que había estado hasta la llegada de Ponia.
- Me ha costado convencerlo para que me dejara venir a verte. Peter siente
siempre pena por mí por el aburrimiento que sufro cuando vengo a ver a mi familia
en vacaciones.
- Supongo que todos tus amigos están en Inglaterra...
- ¡Oh! No es eso. Es que en mi familia son todos unos viejos. ¡Viven en el siglo
pasado!
- ¿Tus padres?
- Bueno, me parece que son los más jóvenes. Algo más de cincuenta años...
- ¿Los más jóvenes? Peter tiene treinta. ¿Tu madre, o sea su hermana, es tan
mayor?
- Y sus otras hermanas son aún más viejas. Mi abuela tiene alrededor de
setenta, o un poco más.
Lali siempre había pensado que Nik sería el mayor de sus hermanos. Pero
parecía que había sido un hijo tardío. Era extraño que hubiese una diferencia de
veinte años entre hermanos.
- Si hubiese sabido cómo eras... tenía mucha curiosidad por conocerte.
- ¿Por eso me fuiste a recibir al aeropuerto?
- No. Eso era para decirte que eras bienvenida. En mi opinión la familia te ha
tratado muy mal.
Lali sorbió el café.
- Yo...
- Y tú tenías entonces la edad que yo tengo ahora – continuó la chica, mientras
se levantaba de la cama e iba hacia la ventana -. Yo me hubiese sentido muy mal si
la familia de mi marido no hubiera querido saber nada de mí... ¡me hubiera dolido
mucho, y hubiera estado furiosa con ellos!
Por lo que parecía, Peter no la había mantenido alejada de su familia por propia
decisión, sino que su familia la había rechazado. Pero ella no sentía ni pena ni furia. Pero su matrimonio no había sido normal. No debía preocuparse por algo como lafalta de interés de su suegra, o su distancia hacia ella. Tenía cosas más
importantes en qué pensar. Pero se alegraba de no ser una extraña para ellos...
- No estoy furiosa – dijo secamente.
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