Tuesday, January 5, 2016

capitulo 51

O sea que Peter era un Lanzani adoptado. Y Lali no debía molestarse por el hecho de que Peter jamás lo hubiese mencionado. Peter tenía tres hermanas, pero seguramente sus padres habrían querido tener un varón. Era evidente que la familia lo habría querido ocultar. Era cierto que nadie fuera de la familia lo sabía. Ella misma había leído muchas noticias sobre él en los periódicos, y en ninguna de ellas se hacía mención a ello. ¿A qué edad se habría enterado Peter de la verdad? ¿Habrían sido más sinceros con él que con la gente de fuera? En caso de que se lo hubieran ocultado, habría sido un shock seguramente. Lali interpretaba un concierto de Chopin, que era el tipo de música con la que solía acompañar sus pensamientos más profundos. Esperaba que Ponia fuese discreta. Seguramente Peter no querría que se enterase más gente, y por eso no se lo había dicho a ella. O tal vez era un tema que no le importaba ya, en su vida de adulto. Era evidente que él estaba muy unido a su familia. Incluso había sido capaz de casarse con alguien a quien no amaba para protegerlos, dejando sus propios intereses a un lado. Aunque le era difícil apreciar su sacrificio, teniendo en cuenta que a ella también la había sacrificado. «Dios mío», pensó. ¿Cómo podía vivir ella en un matrimonio en el que no se compartía nada más que una cama? Pero era tarde para esas reflexiones. No tenía elección. Si hubiese tenido elección, ¿realmente hubiera tenido fuerzas para dejar a Peter? ¿Era mejor aceptar estas migajas que quedarse sin pan? Lali, fuera de sí, levantó las manos del teclado. - ¡No pares! Lali se quedó rígida. Lentamente giró la butaca, y se encontró con Peter en la sombra, al lado de la ventana. Parecía estar tenso. Le brillaban los ojos, llevaba la camisa medio desabrochada y una barba incipiente y oscura. - Toca para mí – dijo cortante. Lali volvió al teclado, y tocó nerviosamente, expresando en cada nota discordante un cierto desafío. De pronto unas manos le apresaron las muñecas. Se hizo el silencio, interrumpido apenas por su respiración entrecortada. Sintió un escalofrío en todo el cuerpo cuando él se inclinó por encima de ella. - ¿Por qué? – preguntó él, soltándole las muñecas. - No soy tu esclava – murmuró temblando. Pero no era ese el motivo de su agresividad en el piano. Lali recordaba la primera vez que había tocado para él. La música era para ella una forma muy personal de expresión. Tanto que no la podía compartir con él. - Toca – dijo él nuevamente. - No tengo partitura. - Puedes tocar durante horas sin ella – le recordó él. Lali, intimidada y disgustada por la presencia de Peter comenzó a tocar con desenfreno, un trozo de aquí, otro de allá. Pero no quería tocar, por lo que cometió varios errores, y finalmente abandonó. - Eres muy obstinada. Detrás de ese aspecto frágil, se esconde una personalidad fuerte.  

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