Friday, July 31, 2015

capitulo 46

-Es la primera vez que le pido algo así a una mujer –le dijo también sorprendido.
Lo vio poco convencido y eso le dolió. Se rió sin ganas.
-Tendría que conocerte mucho más para poder considerar esa invitación.
 Peter se quedó desconcertado; era tan orgulloso, tan arrogante. .
-No permitiré que vuelvas a Norfolk. -Peter, el mundo no gira alrededor de ti.:...le dijo bromeando.
Peter la colocó debajo de él y la besó con hambre atrasada. Ella sintió cómo la pasión se encendía en todo su cuerpo.
-Me he dado muchas duchas de agua fría esta semana.
Peter se levantó de la cama y se desvistió con impaciencia; parecía muy excitado. Solo con mirado, Lali sintió cómo el latido de su corazón se aceleraba.
Se quito los pantalones y el top.
-Quítame tú el resto... lo haces tan bien –le dijo, reclinándose en la almohada.
-Eres tan fuerte, pensé que la historia del artículo te destrozaría.
Se deslizó hasta la cama. Ella adoró con los ojos su piel morena, su cuerpo fuerte, su excitación visible... Se quedó sin aire, se derritió por dentro al contemplado. No, no iba a desmoronarse si él la apoyaba. Cuando Peter le desabrochó el sujetador, todo el cuerpo le temblaba. Luego, recorrió sus endurecidos senos con las manos. Cada vez que le tocaba los pezones, Lali sentía una excitación completamente descontrolada.
-La gente debería admirarme por darme cuenta de lo bella que eras cuando intentabas esconderlo.
-Nunca me vi bella hasta que tú me miraste.
Después de quitarle las braguitas, abrió sus piernas con delicadeza y acarició sus senos, su vientre, el centro de su feminidad. Lo deseaba tanto que lo reclamó con impaciencia. Unos minutos después, Lali se retorcía de placer y no paraba de gemir. Se dejó llevar por el infinito placer que le provocaba todo lo que le hacía y, cuando llegó a su punto álgido, sintió cómo su cuerpo entero se deshacía de gusto.
-Espero que no tengas que volver a irte pronto.
-Yo también te he echado de menos amore.
 Peter se introdujo dentro de ella con suavidad. Lali cerró los ojos y dejó que el placer la llevara hasta lugares desconocidos.
La llevó hasta lo más alto una vez más, algo salvaje y maravilloso. Esta vez se coordinaron y llegaron juntos, uniendo sus alaridos en uno. Sollozó de placer, nunca habían estado tan cerca el uno del otro y la felicidad la embriagaba.  Peter tomó aire, la besó y la abrazó tan fuertemente que casi le hizo daño.
-Ahora vamos a desayunar y a hablar un rato... y prométeme que, antes de hablar, esperarás a oír todo lo que te tengo que contar. .
¿De qué diablos querría hablarle?, pensó Lali . .

capitulo 45

Lali se acurrucó entre sus brazos, y no podía estar a la defensiva. Lo amaba, lo amaba más aun después de esas palabras. Lo abrazó con fuerza y lo miró emocionada.
-Hazme el amor -susurró.
-Lali, yo... -respondió repentinamente tenso.
-Calla- le dijo mientras le sellaba la boca con un beso.
Peter emitió un ahogado gemido. La llevó en brazos hasta su dormitorio y la tumbó sobre la cama. De pie, junto a ella, la miró con dudas.
-¿Estás segura de que quieres hacerlo?
-Bueno, si quieres desayunar antes, lo entenderé.
El teléfono móvil empezó a sonar y él lo apagó indiferente sin apartar la mirada de ella.
Lali no podía dejar de pensar en la advertencia que le había hecho su supuesto padre en el castillo. Ahora entendía todo. Desde el momento en que la había visto por primera vez, Nicolas se dio cuenta de quién era, de que podía ser una amenaza para su carrera.
Sintió un escalofrío, todo parecía claro ya. De repente, entendió algo más y miró fijamente a Peter.
-¡Tú sabías desde el principio que Nicolas podía ser mi padre!... .  Peter se quedó estupefacto, sus ojos llenos de culpabilidad. Asintió con la cabeza.
-No pasa nada -lo reconfortó.
Se acordó del extraño comportamiento de Peter ese fin de semana, seguramente no sabía que Nicolas iba a estar allí, y por eso intentó evitar que se vieran.
-No quiero hablar más del tema... Ahora que lo sé todo, entiendo por qué Nicolas parecía tan asustado ese fin de semana. Pero no he necesitado a un padre durante estos años, y no voy a empezar a necesitarlo ahora. Él se lo ha perdido. Peter se quedó petrificado, se tumbó en la cama junto a ella y la agarró con fuerza.
-Pero esta historia te ha causado tanto daño...
Quiso decirle que no pasaba nada, que nada tenía importancia si él estaba a su lado, pero no lo dijo. .
-¡No seas tan sentimental!.
Sorprendido, Peter la miró con ojos brillantes.
-Eres una mujer increíble, bella mia.
-Sí... -le dijo mientras se dejaba caer encima de él y le quitaba la corbata-. Y como te está costando tanto quitarte la ropa, creo que lo voy a tener que hacer yo.
-Odio insistir, pero... tenemos que hablar.
-¿Acaso ya no te gusto? -susurró.
Peter  la agarró del cuello antes de que pudiera apartarse y llevó su mano hasta la dureza debajo de sus pantalones.
-Siento ser tan explícito, pero siempre estoy así cuando estoy contigo.
-¿Siempre? -preguntó temblando.
-Si hubiera sabido antes lo que ese sin vergüenza de Pablo te hizo hace tres años, habría acabado con él cuando lo conocí.
 Lali recuperó la seguridad en sí misma y empezó a desabrocharle la camisa.
-Ese asunto ya es agua pasada.
De repente  Peter se incorporó y se quitó la camisa.
-Vente a vivir conmigo.
Se quedó atónita.

capitulo 44

-Tengo que leerlo -le exigió con urgencia. Peter le devolvió la revista sin ganas.
-Vamos arriba -le dijo-. No se tú, pero yo estoy hambriento.
-De acuerdo... -no podía comer nada, pero pensó que era mejor actuar como si no pasara nada.
-Piensa que la prensa está muy interesada en destruir la reputación de Nicolas... Intenta no tomártelo como algo personal.
¿Por qué los hombres siempre daban consejos prácticos ante acontecimientos devastadores? ¿Cómo podía evitar tomárselo como algo personal?
-La prensa odia a Vasques -le dijo mientras entraban en una salita muy acogedora . Quieren acabar con él, no contigo. No quiero que este asunto te afecte. .
 Lali empezó a leer el artículo. .
-El primer marido de tu madre era mucho mayor que ella. Era profesor de universidad -le contó Peter antes de que siguiera-. La animó a estudiar, Nicolas estaba estudiando Derecho en esa época en la misma universidad.
-No me puedo creer que mi madre estudiara.
- Todo se supo cuando el ex marido de tu madre se enteró por unos análisis que tu hermana gemela y tú no podíais ser sus hijas. Tu madre pidió ayuda a Vasques, pero él se la negó porque estaba prometido con Emilia.
El artículo hablaba de la desdichada vida de Lali. De repente, se quedó blanca. ¡Contaban lo suyo con Pablo! Y eso no era todo, ¡también decían por qué había roto la pareja!
-¡No!... -gritó Lali.
Su secreto mejor guardado había sido desvelado, se sentía fatal.
Peter le quitó la revista de las manos y la abrazó. Estaba dolida y avergonzada, y al pensar que él lo había leído todo, se apartó.
-¡Vete!... -dijo a punto de llorar-. Quiero enfrentarme a esto yo sola.
Peter insistió, la volvió a estrechar entre sus brazos. Era tan fuerte que Lali no pudo resistirse. Empezó a llorar. Podía sobrellevar el hecho de que Vasques fuera su verdadero padre, pero que su secreto más íntimo se hubiera hecho público era más de lo que podía aguantar.
-Per amor di Dio.. No pude evitarlo, era demasiado tarde -le dijo arrepentido-. No permitas que te afecte.
 Lali levantó la mirada y lo observó con ojos llorosos.
-No quiero que te metas... ¡Me hace sentirme peor!
-Ya estoy metido, y mucho más de lo que te imaginas -le dijo muy serio. .
 Lali pensó que se estaba culpando por hacer de ella alguien de interés público. -Eso no es cierto.
-Todo lo que pone en el artículo solo indica la mujer tan especial que eres..
.
-Sí, es tan especial no poder tener hijos –le dijo con dolor--. ¡Tan especial! .
 Lali se apartó avergonzada, pero Peter le agarró la mano y evitó que se alejara.
-Eso a mí no me importa.
Le agradeció ese comentario, ya que en el fondo de su corazón, temía que reaccionara como Pablo.

capitulo 43

-¿Qué está pasando? -preguntó intrigada. Salieron de allí corriendo.
Un par de hombres musculosos les abrieron paso y salieron rápidamente de allí. Cuando llegaron a la limusina, Lali estaba tan sobrecogida que no podía hablar.
-No se me ocurrió pensar que vendrías a recogerme al aeropuerto.
- Por favor, dime qué está pasando -le dijo preocupada. Le dolía la cabeza, aunque le alegraba saber que había malinterpretado su reacción.
-Una revista de cotilleos ha publicado hoy una noticia sobre ti. .
- ¿ Cómo que sobre mí? Quieres decir que es sobre ti y yo me he visto involucrada de alguna forma.
-No -Peter parecía escoger cada palabra con cuidado-. Un amigo me avisó cuando estaba en Nueva York, me mandó un e-mail con el artículo.
Peter le acercó una copia.
-Lo siento -le dijo mientras se lo daba-. Lo siento muchísimo...
¿Por qué lo sentía? Lali echó un vistazo a la revista y se quedó boquiabierta. Había una foto suya de cuando fueron al estreno y en los titulares ponía: ¿Es esta mujer la hija de Nicolas Vasques?
-¿De dónde ha salido toda esta basura? -preguntó incrédula. .
-Sin una prueba de paternidad es difícil de demostrar, pero según la información que tengo, es muy probable que Nicolas sea tu padre biológico.
Lali lo miró horrorizada.
-¿Crees realmente que esta historia es cierta?
-Sí.
«¿Sí?», pensó Lali. ¿Cómo podía una revista saber más sobre su pasado que ella? Se sentía humillada y en estado de shock ¿Podía esa afirmación tan alocada ser verdad? Con las manos temblorosas, Lali se dispuso a leer el artículo. -Ya lo leerás cuando lleguemos a casa –le sugirió Peter.
-¿A casa?
-A estas alturas tu apartamento estará asediado por la prensa. Te protegeré mejor en mi casa.
Peter estaba muy serio, intentaba ayudarla, apoyarla. Lali estaba agradecida, pero también avergonzada.
-Volviste antes de Nueva York por esto... Lo siento.
-No tienes por qué disculparte , todo ha sido culpa mía.
¿Cómo que era culpa suya? ¿Por qué? ¿Por que la había hecho famosa? No se podía explicar cómo una revista había logrado averiguar algo que ella no había conseguido ¿Cómo podía ser la hija de Nicolas Vasques? Era extraño que lo acabara de conocer, una coincidencia increíble.
-No leas esa basura -le dijo Peter quitándole la revista.
-¿Pero qué haces?
-Las revistas de cotilleo son muy sensacionalistas, no pierdas el tiempo con ellas.
Lali cerró los ojos, sabía que necesitaba leerlo con detenimiento, pero quizá fuera mejor hacerlo sola.
Cuando llegaron a la casa, Peter la agarró de la cintura, entraron a un recibidor elegante y espacioso.

capitulo 42

Peter la miró incrédulo.
-¡Parca miseria! ¡Eso es una tontería!
-No me sentiría cómoda si no lo hiciéramos así -dijo con seriedad mientras su corazón se aceleraba.
-El chantaje me hace ser más cabezota.
-No te estoy chantajeando.
-Esta semana estaré en Nueva York, piénsatelo mientras estoy fuera.
La idea de que se pasara fuera toda una semana le pareció muy dolorosa ¿Cómo se había vuelto tan dependiente en solo una semana? Lo miró fijamente, con una mezcla de ansiedad y resentimiento.
-No te voy a echar de menos.
-Hablas como una niña pequeña, amore -Peter le agarró la mano-. ¿Por qué te empeñas en fastidiar algo que va bien?
-Quizá para mí no vaya tan bien -le contestó sin apartar su mano.
Los primeros días de la semana siguiente los pasó con Mercedes, Peter la llamó varias veces. Luego, volvió a Londres, la penúltima noche no pudo dejar de mirar el teléfono nerviosa, así que se obligó a ir al cine. Esa noche se dio cuenta de que su menstruación se retrasaba. Era normal. Había vivido tantas emociones de repente... así que no le dio importancia.
Peter la llamó a las dos de la madrugada, es taba medio dormida.
-Llegaré a Londres a las siete.
-¿De la noche?
-No, dentro de un par de horas.
-Ah... -dijo mientras sonreía.
-Así que vuelve a dormir -siguió un tanto seco-. Cuando despiertes, estaré allí. .
Lali se despertó a las cinco, estaba demasiado nerviosa y no podía dormir, así que decidió hacer lo que le pedía el corazón e ir a recogerlo al aeropuerto. La verdad era que ya iba con retraso, así que llamó a un taxi y se vistió rápidamente. Cuando llegó al aeropuerto, tuvo que correr. Estaba a unos cuantos metros de la sala de llegadas, cuando vio a Peter. Se quedó parada, sin respiración. Se apartó el pelo suelto y castaño de la cara y esperó a que la viera. Parecía muy serio y preocupado, pero estaba muy atractivo. De repente, miró en su dirección. Al veda se quedó helado.
Lali se dio cuenta de que no era bien recibida y se dio la vuelta para salir corriendo en dirección contraria. Unos segundos después, aparecieron multitud de periodistas que no pararon de hacerle fotos. Le gritaban preguntas todo el rato y Lali se sintió confundida. No podía dejar de pensar en la expresión de Peter.
-¿Sabías que Nicolas Vasques era tu... -empezó a preguntar uno de los periodistas.
-Señorita Esposito, ¿Cómo ha reaccionado ante la noticia? ¿Está dolida?
Lali retrocedió en un intento por alejarse de todos esos hombres que no paraban de gritarle.
De repente, Peter se hizo un hueco entre la multitud.
-¡Dejadla en paz! gritó Peter mientras le daba la vuelta y la protegía de las cámaras.

capitulo 41

 Peter se quedó parado y la miró con los ojos muy abiertos y serio.
-¿Estuvo simpático?
-Al principio sí, pero luego... no mucho –le contestó mientras se preguntaba qué diablos le pasaba-. Me cayó mejor su mujer.
-¿También la conociste?
-¿Acaso no son amigos tuyos?
-No -respondió con sequedad-. No pasa nada, olvídalo.
Entonces, Lali recordó las palabras de Emilia.
En la fiesta había mucha gente. Después de cenar, pasaron al salón de baile, adornado con flores preciosas. Sabía que por primera vez desde hacía tres años se estaba enamorando, y eso la aterrorizaba. Unas horas después, Lali se pisó el vestido
Y decidió subir para arreglado. Cuando estaba bajando las escaleras para volver a la fiesta, Nicolas se la acercó.
-Quería hacerte una advertencia amistosa. Su manera de hablar dejaba claro que estaba borracho.
-¿Sobre qué?
-Apártate de Peter... No debes fiarte de él, te está utilizando.
Se quedó perpleja por esa horrible - advertencia por parte de un hombre que casi no la conocía. Lo miró fijamente a los ojos, pero Nicolas dio media vuelta y volvió rápidamente a la fiesta.

EN las primeras horas de la mañana siguiente, Lali observó a Peter dormir.
La luz del amanecer entraba por la ventana e iluminaba su cuerpo moreno, pestañas largas, boca grande y muy sensual... En esos pocos días, Peter se había convertido en alguien muy importante para ella. Pero, ¿qué tipo de relación tenían si no podía contarle lo que le había dicho Nicolas?
¿Qué esperaba? Peter y ella llevaban juntos muy poco tiempo y Nicolas estaba bebido, probablemente solo quería hacerle daño. Aun así, había algo de sinceridad en sus palabras, algo que había asustado a Lali...
-Necesito saber a dónde va esta relación –le dijo mientras volvían a Londres.
Se hizo el silencio. Peter la miró fijamente.
-Todavía no puedo contestarte.
Lali tomó aire.
-Supongo que sigo trabajando para ti, ¿no?
 Peter se puso tenso y recapacitó un rato, su tarea no parecía estar clara ya.
-Sí.
-¿ Y no piensas contarme a qué se debe esta farsa?
Peter se puso serio.
-No, todavía, no.
-Entonces nos limitaremos a tener una relación de trabajo -dijo Lali sin dudado ni un
momento.

capitulo 40

-Me sorprendió, pero me gustó mucho que me eligieras a mi... claro que con lo creía saber sobre ti...
-Benjamin y yo vivimos en la misma casa durante años, éramos como hermanos.
Peter sonrió.
-Pero Martines y tú estuvisteis prometidos...
-No por mucho tiempo y, además, eso no es asunto tuyo.
-¿Acaso crees que no me gustó?
Mientras pasaba a su lado Peter la agarró y la acercó hacia él para darle un beso muy sensual que hizo que Lali se derritiera por dentro. Intentó quitarle la chaqueta empapada, pero no pudo, lo hizo él. Luego la tornó en brazos y la dejó sobre la cama.
-Tengo que arreglarme para la fiesta...
-¿ Quieres ir?
-Peter... -empezó a decir mientras sentía cómo el corazón se aceleraba-.
Tenemos que ir...
-No tenemos que hacer nada, amore.
-Pero estamos en una casa ajena -le susurró Misty mientras observaba cómo se quitaba la camiseta y dejaba su musculoso pecho al descubierto. Solo con ver su cuerpo se excitaba, estaba fuera de si.
Leone recorrió sus esbeltas piernas con las manos y cuando llegó a las medias sujetas con ligeros suspiro de placer.
-Estás tan sexy con eso...
-y tú eres tan previsible...
 Peter se inclinó sobre ella y empezó a acariciar con su lengua la piel desnuda encima de las medias. Le hizo cosquillas, pero el calor de su cuerpo apagó enseguida la risa y empezó a temblar. Le quitó la falda, la camisa y el jersey mientras la besaba con pasión.
-Santo cielo... necesito estar dentro de ti -dijo con apremiante necesidad mientras le quitaba rápidamente la ropa interior.
Lali gimió cuando Peter se abrió paso entre la íntima humedad de su cuerpo, sentía una excitación salvaje. Lo deseaba tanto como él a ella. Peter entró en su interior con una fuerza tan deliciosa, que Lali gritó de placer. Sus movimientos excitaban todo su cuerpo y la llevaban al paraíso.
En lo más profundo de su interior, Lali sabía por qué Peter era una persona tan especial y sus nuevos sentimientos la asustaron...
-¿Qué has estado haciendo esta tarde? -le preguntó mientras se dirigían a las escaleras.
Lali tocó el suave vestido blanco de espalda descubierta que llevaba, y lo miró con una sonrisa.
-Comí... muy poco por cierto, me enseñaron el castillo. Es tan bonito, Peter... Ah, y también conocí a Nicolas Vasques.
La mano que agarraba la espalda de Lali se tensó.
-No puede ser, Nicolas estuvo pescando en la otra barca toda la tarde...
-Pues debió de escabullirse porque llegó al castillo justo cuando yo bajaba.

Thursday, July 30, 2015

capitulo 39

-Sí -Lali recordó la conversación con Peter sobre su hermana.
-Desde. entonces, Peter nos ha estado evitando y no puedo culparlo... Supongo que cada vez que nos ve se acuerda de esa trágica fecha.
A Lali le resultaba cada vez más difícil sonreír y ser amable, y se sintió aliviada cuando terminó el recorrido turístico. No podía dejar de pensar en la noche anterior.
Nunca había sentido nada como aquello. Se había sentido tan especial entre sus brazos...,
pero la luz del, día había sido decepcionante y reveladora ¿O no? ¿Habría reaccionado de una forma exagerada por miedo al rechazo? Quizá la seriedad de Peter aquella mañana no tuviera nada que ver con ella...
Cuando abrió la puerta de la habitación, notó un fuerte calor. La chimenea estaba encendida y Peter estaba de pie junto a ella calado hasta los huesos. Se preocupó un poco, aunque hacía unas horas había deseado que terminara así. De repente, la miró.
-Lo que dijiste antes, ¿lo dijiste en serio?
Desconcertada, Lali empezó a temblar y se dio la vuelta para cerrar la puerta. Lo miró para intentar ver alguna señal, algo que la ayudara a contestar la pregunta. Su pulso se agitó. Se dio cuenta de lo importante que era para él su respuesta y la sorpresa le dejó sin palabras.
-Dio mio... no lo decías en serio -la miró con los ojos llenos de furia-. Entonces, ¿por qué lo dijiste?
Lali se quedó pálida, las piernas le temblaban.
-Me dio la impresión de que si no lo decía yo, lo harías tú.
-Yo no habría sido tan duro -le dijo muy enfadado Hablaste corno si fueras una cualquiera.
 Lali se puso roja.
-Yo...
-No me vuelvas a hablar nunca así... ¿Cómo te sentirías si yo hubiera hecho lo mismo?
«Fatal», pensó para sus adentros. Lali estaba confundida, no podía creer que estuviera hablando sobre eso. Todavía la deseaba... la deseaba. La alegró darse cuenta de que le gustaba lo suficiente corno para preguntarle por qué lo había rechazado. .
-Traeré una toalla...
Peter dijo algo en italiano que sonó muy insultante.
-No me insultes...
-No estaba insultándote, solo te he dicho que nunca vuelvas a hacerme algo así.
-Está bien.
-Podría haber tenido más cuidado si me hubieras dicho que eras virgen -le dijo cuando estaba en el baño.
Lali no estaba preparada para oír esas palabras, y se sonrojó de pies a cabeza. -Yo...
-Podría habértelo dicho anoche, pero parecías dispuesta a ocultármelo.
-Me daba vergüenza.

capitulo 38

Su mano estaba tensa y la apartó enseguida, pero antes de que Lali se pudiera preguntar la razón, una mujer mayor y canosa se acercó a ellos.
-Dios mío, Nicolas, estás pálido ¿Te encuentras bien? Será mejor que te quites esa ropa.
La mujer se dirigió a Lali.
-Soy Peg Garrison, tú debes de ser Lali. Qué bien que por fin alguien joven se una a nosotros. Creo que Peter te ha abandonado...
-¿Disculpa?
-Peter y Ted se han ido al lago a pescar. Creo que no volverán hasta esta noche. A Ted le cuesta encontrar a gente que le guste pescar tanto como a él, así que aprovechará la oportunidad.
Lali se quedó sorprendida. Después de lo que había dicho Peter en el dormitorio, no tenía mucho sentido. Peg llevó a Lali a un pequeño comedor donde había muchas más personas mayores sentadas alrededor de una mesa. Se sentó y se quedó mirando un diminuto plato de ensalada.
-Nosotros siempre intentamos comer antes de venir -le dijo la persona sentada junto a ella-. Te alojas en el castillo ¿no?
-Sí.
-No lo volverás a hacer. El hotel es mucho más cómodo. Me llamo Emilia Vasques.
-Creo que acabo de conocer a tu marido. Yo soy Mariana Esposito. -¿Es Mar un diminutivo?
-Sí, de Mariana, pero nunca me han llamado así.
Lali comió mientras se imaginaba a Peter pescando bajo la lluvia. Deseó que se mareara, que se empapara y pasara una tarde horrible. Nicolas apareció en el comedor cuando estaban comiendo, y se sentó al lado de la anfitriona  Lali no podía entender por qué Peter había querido pasar el fin de semana con esa gente que no paraba de hablar de política. ¿Acaso le interesaba la política? Durante la comida  se quedó mirándola varias veces. Tenía los ojos azules y una mirada muy fría.
Después de comer, Peg les enseño todo el castillo. A Lali le sorprendió notar que los comentarios de la anfitriona sobre la historia del castillo parecían dirigidos a ella. Era una torre fortificada. de tres plantas, que había sufrido diversas reformas a lo largo de los siglos. A pesar de algunas rarezas que tenía, a Lali le pareció un lugar encantador y le dio pena que los Gamson lo tuvieran tan descuidado. Emilia se dirigió a ella.
-Conocimos a Peter por su hermana... un asunto horrible... Gimena estaba
trabajando con Nicolas cuando sucedió, era una chica encantadora. La gente joven y los coches rápidos... es un peligro. Peter se quedó destrozado cuando su hermana murió.

capitulo 36 y 37

Lali se estiró en la cama. Le dolía un poco el cuerpo, lo que le hizo recordar la noche anterior. Peter... su calor, estaba feliz y quería disfrutarlo.
«Solo es una aventura», se recordó Lali no sabía lo que estaba haciendo, se había dejado llevar por el deseo... Pero era una mujer adulta, capaz de tornar sus propias decisiones y, por una vez en su vida, quería vivir el momento, disfrutar.. .
Abrió los ojos, las cortinas estaban corridas y Peter estaba de pie, junto a la ventana. Lo estudió detenidamente, era el acompañante ideal y un sueño en la cama... ¿Cómo podía haber pensado que lo odiaba? ¿Acaso había querido encubrir la terrible atracción que sentía por él? Le estaba agradecida por haber insistido, por haber disfrutado, por sentir que había recobrado la seguridad en sí misma.
Sonó el móvil, y Peter empezó a hablar en italiano en voz baja. De repente, se dio la vuelta y pudo ver su hermosa cara. Peter estaba muy serio, su cara permanecía impasible, vacía.
Su felicidad se desvaneció por un momento, se estaba arrepintiendo... Seguramente se había despertado y había empezado a dudar ¿Era Peter uno de esos donjuanes que perdían interés cuando conseguían acostarse con alguien? No le había costado mucho seducirla, había sido una presa fácil. Creía que lo tenía todo bajo control, que podía afrontar cualquier cosa, pero en cuanto vio su cara, volvió a sentirse insegura, humillada, dolida.
-¿A qué hora es el desayuno? -le preguntó cuando terminó de hablar por teléfono.
Peter se dio la vuelta, seguía serio. Lali notó la tensión en su cara. Luego forzó una sonrisa.
-Me temo que te has perdido el desayuno. Es casi la una.
Lali se quedó desconcertada, se sentó en la cama y, al hacerlo, sus senos desnudos quedaron al descubierto. De repente, se sintió incómoda y tiró de la sábana para cubrirse.
-Deberías haberme despertado.
-¿Para qué? ¿Para ir a pescar bajo la lluvia?
-¿Disculpa?
Le costaba afrontar su mirada, el sentimiento de culpa, de dolor, aumentaba al mismo tiempo que su rabia ¿Por qué no la había dejado sola? ¿Era esa la forma de castigarla por ser tan insolente con él? ¿Era Peter de ese tipo de hombres? Lali ya no sabía cómo era, ya no lo conocía, no sabía nada sobre él. Su orgullo era la única defensa para ocultar su confusión.
-Los invitados que se alojaban en el hotel vinieron y la mayoría de ellos se han ido a pescar al lago. Debe de ser la costumbre. Les dije que estabas cansada por el viaje...
-¿Que dijiste qué?..
-No me gusta pescar –le dijo intentando evitar su mirada, parecía nervioso. -Creía que podrías aguantarlo. Después de todo, has venido aquí para estar con esta gente ¿Las mujeres también han ido a pescar?
-Algunas.
-Seguramente alguien me podrá prestar unas botas. Es una pena que no me avisaras de lo de la pesca, porque no tengo nada que ponerme -Lali luchaba por mantener su voz impasible-. Debemos parecer los peores invitados. Llegamos tarde, nos llevamos el coñac y yo sigo en la cama.
- Ted Garrison es un político poderoso, solo quería que viniera para convencerme de que apoye su próxima campaña -dijo con sequedad-. Podríamos pasamos todo el fin de semana en la cama, a él le daría igual.
-No pretendo ofenderte, Peter -le dijo mientras se ponía el camisón-. El sexo fue una buena forma de pasar el rato, pero no pensemos que puede entretenemos todo el fin de semana.
Peter se quedó petrificado. Lali huyó al baño, pero lo miró antes de entrar; estaba sorprendido... ¡claro que estaba sorprendido! No esperaba que ella diera el primer paso, pero no iba a darle la satisfacción de creer que lo de la noche anterior había significado algo para ella, o que quería hacerlo de nuevo. Se lavó la cara y lloró un rato. Aunque le costara la vida, iba a recobrar la compostura, iba a actuar como si nada hubiese sucedido.
Cuando salió del baño, el dormitorio estaba vacío. Se vistió y salió de la habitación. En la entrada no vio a nadie, pero de repente un sonido la avisó que no estaba sola.
Un hombre guapo y distinguido con pelo rubio y canoso estaba de pie junto a la puerta. Se quitó el chubasquero, estaba empapado. El hombre la vio y se quedó helado.
-Hola -Lali se quedó sorprendida ante su reacción y se preguntó si su vestido era demasiado atrevido-. ¿Sabes dónde está todo el mundo?
-Comiendo, supongo, estaba pensando si no sería demasiado tarde. La idea de comer en el lago con este tiempo no me atraía demasiado... Soy Nicolas Vasques -dijo mientras extendía la mano.
-Lali Esposito... -en cuanto oyó su nombre  Lali lo reconoció enseguida, era un
político muy famoso, a Mercedes le encantaba.

capitulo 35

Lo agarró con fuerza contra ella y disfrutó de la tierna cercanía de sus cuerpos. Abrazada a él, sentía como si fuera suyo y eso le gustaba mucho. Peter la liberó de su peso y se quedó junto a ella, sujetándola con fuerza y durante un rato ninguno de los dos dijo nada. Poco después, le retiró el pelo de la cara y miró sus dulces ojos negros.
-He estado pensando que... podría ayudarte a encontrar a tu hermana gemela.
Se quedó atónita.
-¿Qué has dicho?
-Todo el mundo debería tener una familia, solo sería un pequeño favor, amore.
-No, gracias.
-¿Por qué no? ¿no quieres conocerla?
-Lo que importa es si ella quiere conocerme a mí. Tiene mi dirección y mi teléfono desde hace cuatro años y nunca ha intentado localizarme... así que déjalo.
-Creo que tienes miedo.
Lali se puso furiosa y se apartó.
-¿Y tú qué sabes? Supongo que has visto muchas películas sobre familias separadas durante años que luego se vuelven a encontrar y todo es alegría y felicidad... En mi familia las cosas no son así, mi madre abandonó e hizo mucho daño a sus hijos. Creo que somos tres.
 Peter se quedó desconcertado Y reposó la cabeza contra la almohada.
-Has dicho que crees que sois tres. ¿Tres qué?
-Tres hermanas creo... quizá más, quizá algún chico también... ¡No tengo ni idea! Cuando
mi madre tenía diecinueve años, se casó con un hombre mayor que ella Y tuvo una niña. En servicios sociales, me dijeron que mi madre lo dejó por mi padre, pero esa relación tampoco duró mucho, y mi madre nos abandonó a mi hermana gemela y a mí.
-¿Y...? - Peter quiso saber más.
Lali estaba tensa y muy afectada
-Conocí al ex marido de mi madre cuando quise averiguar algo sobre mis orígenes. Pensaba que tal vez fuera mi padre... fui una tonta. Quiero decir, si hubiera sido mi padre, ¿por qué nos habría abandonado mi madre?"  Peter se quedó callado e intentó darle la mano.
 Lali no quería que la compadecieran, así que la apartó.
-Su ex marido seguía enfadado con ella, dijo que mamá era una mujerzuela y me exigió que saliera de su casa. También me dijo que era estúpida si pensaba que su hija iba a querer relacionarse con alguien como yo.
-Dio mio- Peter se quedó pálido.
-Mercedes es toda mi familia -dijo con firmeza-. No debería haber investigado sobre mi familia, todo lo que conseguí fue sentirme rechazada y humillada.
 Peter la agarró con fuerza a pesar de su negativa.
-No volveré a tocar ese tema.
Pero Peter había removido muchas cosas y quiso estar sola, así que se levantó y fue al baño. Abrió el grifo para que Peter no se diera cuenta de que estaba llorando. Empezó a salir agua caliente y se metió en la bañera. Se agarró
las piernas con los brazos y deseó que el dolor desapareciera de una vez.
¿Por qué le había hablado de su vida? No lo culpaba por su ofrecimiento, él no sabía nada de su vida...
Un rato después, alguien llamó a la puerta. No hizo caso y la puerta se abrió.
-He gastado toda el agua caliente -le dijo sin mirarle.
-Bajé por un poco de coñac y Murdo me pilló.
Lali sonrió divertida.
-Vaya por Dios...
-Así. que por lo menos tienes que beber un poco...
-De acuerdo, saldré en un minuto.
Una sonrisa borró toda la tensión de su boca. Tal vez echara azúcar a su café la próxima vez corno recompensa.

capitulo 34

Darse cuenta de ello asustó a Lali. De repente, había despejado sus dudas, y no sabía cómo ni cuándo lo había logrado. Pero esa mirada posesiva de Peter lograba que se olvidase de todo. -Nunca he deseado a nadie como a ti.
Sus ojos se oscurecieron y de repente la agarró del cuello y acercó sus labios para hundirse en un largo beso lleno de pasión que, conducido por el deseo, recorrió el interior de la boca de Lali. -Tócame... -le dijo con apremio.
A Lali le gustó la invitación, aunque se puso un poco nerviosa. Su piel estaba curtida, pero era suave... Era tan grande, que no podría tocarlo todo. De repente sintió su temblor y se animó a seguir. Peter gimió de placer; le estaba gustando, estaba haciéndolo bien. Antes de atreverse a explorar más íntimamente su cuerpo, Peter la empujó suavemente contra la almohada y le dio un beso largo y apasionado.
-Ahora mismo; cualquier cosa que hagas por pequeña que sea me vuelve loco, amore...
Él se inclinó sobre ella, y acarició con la boca los risos de su intimidad. Lali se mordió
Los labios, nunca había conocido nada igual. Él separó sus piernas con delicadeza, se abrió camino entre su humedad y encontró el punto más sensible de su cuerpo. El poco control que le quedaba desapareció y gritó de placer.
-Por favor...
-Despacio se disfruta más, amore"-susurró él.
Cuando se cernió sobre ella, Lali ardía por dentro. Se introdujo dentro de ella y, al hacerlo, Lali sintió un ligero dolor que casi la devolvió a la tierra.
-Estás tan tensa... -la miró con duda-"-. ¿Te hago daño?
-No, no...
 Peter la miró fijamente y se deslizó suavemente más adentro.
-Dio... qué bien me siento dentro de ti.
El dolor empezó a desaparecer... De repente, notó su calor dentro de ella. Le gustaba esa sensación. Entonces, él empezó a moverse y su cuerpo entero empezó a temblar.
-Me gusta... -empezó a decir Lali con la voz entrecortada- estar así contigo.
 Peter la miró con cierta ternura y le dio un beso.
-A veces no dices toda la verdad.
La excitación aumentaba por momentos y, aunque quiso preguntarle qué había querido decir con eso, no pudo hacerlo. Ella se movía de bajo de él dejándose llevar por un ritmo sensual. Estaba dejando que su lado más salvaje saliera a la luz para llevarla cada vez más alto. Peter iba cada vez más rápido, el corazón de Lali latía con más intensidad y no podía parar de gemir, la estaba volviendo loca de placer; En el clímax del momento, Lali sintió algo increíble que jamás en la vida había experimentado, su cuerpo rebosaba pasión y deseo. Peter se
estremeció, dijo algo en italiano y saboreó el punto álgido de su placer dentro de ella.

capitulo 33

-Te he deseado desde el momento en que te vi.
Peter se hizo e dueño de sus labios una vez más, el erotismo que provocaba inundaba su cuerpo. .
-El sol iluminaba tu pelo como si fueran las llamas del...
Lali lo miró con los ojos muy abiertos, no podía creer lo acababa de decir. Los músculos de su cara se tensaron y sus mejillas se enrojecieron para terminar de decir algo que no estaba acostumbrado a decir... ella tampoco a oír...deseo.
Lali sintió una gran ternura. Luego, él la besó y el mundo entero pareció girar a su alrededor; el corazón empezó a latirle aceleradamente. -Nada de lo que me puedas dar será suficiente -susurró. .
Peter sonrió, y recorrió sus duros senos con la boca a través del camisón. La espalda de Lali se arqueó de placer, le costaba respirar.
-Puedo crear adicción... Te lo debería haber advertido, amore.
 Lali cerró los ojos y dejó que le quitara el camisón.
-Dio mio... eres perfecta -murmuró Peter mientras acariciaba sus pezones, lo que hizo que Lali gimiera de placer.
De repente, abrió los ojos y vio a Peter fruncir ligeramente el ceño.
-¿Qué pasa?-le preguntó.
-Pareces tan tímida ahí tumbada...
-Soy un poco tímida.
-Eso me excita más aún, amore -le susurró-. Pero supongo que tú ya lo sabes...
Lali pensó en todo aquello que no sabía y se quedó helada unos instantes. Pero entonces Peter le mordió con delicadeza los pezones y todas las dudas se borraron, solo podía pensar en la reacción de su cuerpo ante cada uno de sus movimientos.
-Tenemos toda la noche -dijo él mientras se quitaba los calzoncillos.
-Supongo que sí..
Realmente iba a suceder... Su cuerpo estaba caliente y húmedo, pero también estaba nerviosa. Tenía miedo de que le hiciera daño, tenía miedo de que él descubriera su ignorancia en la cama, no quería que supiera que iba a ser el primero...
Después de todo, Peter solo quería alimentar su deseo carnal, pero si averiguaba que era virgen, podía pensar que ella quería algo más. Y ella no quería nada más, se sentía muy atraída por él... Eso era todo. No sentía nada más, solo deseo, sentir algo más por un hombre como Lanzani sería un suicidio...
Peter la atrajo hacia sí y ella notó cómo su cuerpo ardía de excitación. Saboreó su boca y ella tembló; cada poro de su piel descubría un abanico de intensas sensaciones.
- Es la forma en que me miras... la forma en que te comportas cuando estoy contigo... me excita.
-Te odiaba -susurró... ¿Cómo había pasado de la hostilidad a yacer desnuda entre sus brazos?
Peter acarició su pelo y la miró fijamente mientras tocaba con suavidad sus erguidos pechos.
-Ya no me odias.
-No...

capitulo 32

Se abrió la puerta del baño y Lali corrió a la cama, pero antes pudo ver a Peter en calzoncillos. Cerró los ojos, pero la imagen se repetía una y otra vez: pelo negro y húmedo, espaldas anchas, hombros fuertes, torso increíble, piernas largas y musculosas... «Déjalo ya», se dijo a sí misma. .
El colchón. se hundió con el peso de Peter y de repente se oyó cómo algo se rajaba. Peter maldijo en voz alta y saltó de la cama. Retiró la colcha, había una raja en la sábana inferior.
-¿ Cómo se supone que voy a poder dormir encima de eso?
-Lo arreglaré.
-Deberíamos irnos a un hotel.
-Nos las arreglaremos -Lali se levantó de la cama y quitó la sabana para volverla a colocar de manera que la raja quedara debajo de la almohada-. ¡Ayúdame!
-Es una vergüenza tratar así a los invitados.
-Pero es un castillo tan bonito, con historia y...
-¿Húmedo e incómodo?
Lali terminó de hacer la cama y al ver una polilla enganchada en su pelo dio un grito. -¿Sigue en mi pelo?
-No te hará ningún daño -le dijo Peter mientras se la quitaba.
 Lali se apoyó contra la cama. De repente Peter la miró con unos ojos llenos de pasión.
- De pié junto al fuego es como si estuvieras desnuda...
Lali miró su camisón, la luz traspasaba la seda y desvelaba todos sus secretos. Se movió rápidamente hacia la cama, pero Peter la agarró antes de que llegara y la apretó contra su cuerpo.
Intentó decir algo, pero la boca de Peter selló sus labios con un hambriento beso. La emoción le recorría todo el cuerpo, se abrazó a él con fuerza.
Las manos de Peter se deslizaron por sus caderas, acercándola para que notara la potente fuerza de su erección. Lali sintió cómo el deseo subía desde su pelvis, un instinto animal desatado por la fuerte pasión que él había provocado.
La tomó entre sus brazos y la tumbó en la cama. Separó suavemente sus piernas. El tembloroso cuerpo de Lali no quiso resistirse. Luego, la besó con un erotismo que hacía que se derritiera por dentro. De vez en cuando, Lali tomaba aire y luego volvía por más, no quería parar. Sus manos se enredaban entre su pelo oscuro y húmedo, no quería soltarlo nunca.
Peter levantó la cabeza, la miró con esos profundos ojos esmeralda . Le costaba respirar. -¿Estás protegida?
La pregunta la hizo volver a la realidad ¿Si estaba protegida? ¿Temía que se quedara embarazada? Claro que estaba protegida, no podía tener hijos...
-Sí.
Peter la miró con satisfacción.
-Esto era inevitable, amore.
¿Había sido realmente inevitable?, se preguntó en un instante de racionalidad.
Pero su cuerpo se negaba a pensar, necesitaba ese olor, ese tacto, necesitaba tenerlo cerca. No podía apartarse de él.

Wednesday, July 29, 2015

capitulo 30 y 31

Lali salió del coche, hacía frío, así que se puso la chaqueta delante de.
ella se alzaba un edificio imponente. No se veía ninguna luz.
-¿Qué hora es?
-Las diez.
Peter llamó a la enorme puerta.
-¿ Conseguiste localizar a los Garrison mientras dormía?
-No.
Tras esperar un rato, Peter volvió a llamar. Unos minutos después, apareció una luz en la ventana y oyeron cómo alguien abría un cerrojo.
Un hombre mayor con una bata de lana les abrió.
-¿Acaso quieren despertar a todo el mundo? ¿Saben qué hora es? Son más de las diez.
Lali ocultó una leve sonrisa mientras Peter se presentaba. Entraron en el castillo. En la entrada, había una chimenea inmensa donde todavía crepitaban las llamas, arrojando sombras sobre las oscuras paredes de madera y el desgastado suelo embaldosado.
-Es precioso... -afirmó Lali.
-Les mostraré su dormitorio.
-¿Quiénes usted? -le preguntó Peter. -Soy Murdo, señor.
-Nos gustaría ofrecerles nuestras disculpas a los dueños.
-Esta noche no, están en la cama -Murdo les llevó por unas escaleras de madera-.En Castle Eyrie nos solemos acostar pronto, excepto en ocasiones especiales.
Caminaron por largos pasillos poco iluminados durante un rato, y de repente Murdo abrió la puerta de una habitación.
Cuando Murdo los dejó solos, Lali se fijó en la bonita cama de madera de roble y en la chimenea de piedra. De repente, se dio cuenta de que solo les habían dado una habitación ¿Por qué no se le había ocurrido antes? Además, no había alternativa.
-Per meraviglia... ¡Hace un frío infernal aquí! y seguramente haya mucha humedad -Peter se asomó al baño y se quedó estupefacto-. ¡Ni siquiera tiene ducha!
-Solo hay una cama...
Peter se quedó con el pomo de la puerta en la mano y lo volvió a enroscar.
-El castillo está en muy mal estado ¡No me extraña que los Garrison lo quieran vender! Supongo que un estúpido romántico terminará desperdiciando su dinero y lo comprará. -Solo hay una cama...
-Sí... como solo hay tres muebles, ya me he dado cuenta -señaló Peter-. Pero en estos momentos solo puedo pensar en comida y en calentarme...
-Podrías encender la chimenea, yo prepararé algo para comer.
-Esto no era precisamente lo que me había imaginado.
-¿Puedes dejarlo de una vez? -le reprochó-.Está claro que los Garrison no deben de ser tan ricos y no pueden permitirse más comodidades ni más empleados. -Estás equivocada. Son ricos, pero muy tacaños, tienen fama de pagar poco a sus empleados. Así que deja tu compasión para alguien que se lo merezca.
La cocina era enorme y no debía de haber sido restaurada desde la Edad Media, pero el frigorífico estaba bien aprovisionado. Lali preparó unas tortillas y una ensalada. Comieron en silencio. Luego, subieron arriba.
La luz del fuego iluminaba la habitación. Ella se quedó mirándolo.
-No esperaba tener que compartir la cama contigo -le dijo.
-¿ Crees que los dueños de la casa están vivos? -Peter miró un rato el fuego y se dio la vuelta para mirarla-. ¿O quizá Murdo los haya asesinado y nosotros seamos los siguientes? ¿ Quieres que me quede de guardia toda la noche por si acaso?
«No, al que quiero es a ti», se dijo mientras se daba cuenta de que estaba celosa. «Quiero estar en esa cama contigo», se dijo, y era tan fuerte la voz que por un momento temió haberlo dicho en voz alta. Apartó su mirada.
-Voy a darme un baño, no tardaré mucho.
Buscó algo de ropa en la maleta y se dirigió al baño, pero, antes de entrar decidió dejar a un lado su cautela y hacer la pregunta que tanto la intrigaba.
-¿Con quién estuviste anoche?
-Con unos amigos a los que hacía mucho tiempo que no veía -se quedó mirándola un rato y de repente se dio cuenta de algo-. ¿Así que eso es lo que te preocupaba?
Lali se sonrojó y cerró la puerta del baño rápidamente. La alivió tanto su respuesta, que pasó por alto el hecho de que se había puesto en evidencia. Abrió el grifo y se dio cuenta de que no salía agua caliente. Decidió no bañarse.
-No hay agua caliente -dijo mientras volvía a la habitación. Llevaba un camisón de seda y estaba temblando. Intentaba comportarse como si no le importara compartir el dormitorio.
Peter se estaba quitando la camiseta. La miró fijamente. Las llamas iluminaban su cara.
-¿ Voy a tener que darme un baño frío esta noche también?
Se hizo el silencio. Era una pregunta muy directa. Miró detenidamente su musculoso pecho con suaves rizos negros mientras se metía en la cama.
-Sí -se limitó a decir.
No se dejaría llevar por el deseo. Estaba loca por él, nunca pensó que podría desear tanto a alguien, pero ella solo sería una mera distracción para Peter. Su relación se basaba en un acuerdo y, si llegaban a intimar, se volvería difícil. Estaba temblando de frío, así que se incorporó y se dio cuenta de que la ventana
estaba abierta. Se levantó de la cama rápidamente y la cerró. De repente, empezó a salir humo de la chimenea, así que tuvo que abrirla de nuevo.

capitulo 29

-¡Per meraviglia! ¡Nadie me ha hecho nunca algo así!-negó con rotundidad-. Y no intentes dejar el tema, ¿estuviste con tu ex novio o no?
-No, pero si hubiera estado con él no te lo contaría... ¿Acaso me pediste que permaneciera en Londres? Me dijiste que nos veríamos el viernes, y que yo sepa, hoy no es viernes. Según lo qué yo entendí, tenía tiempo libre.
A Peter le estaba costando asimilar sus primeras palabras.
-¿No me lo dirías si hubieras estado con Martines?
-Como no estuve con él, dejemos el tema –le contestó para intentar suavizar las cosas.
-y lo de la otra noche qué era, ¿trabajo o tiempo libre?
-¿Tú que crees? -le preguntó rabiosa.
 Peter la miró exasperado y se fijó en la hora.
-Tengo una cita esta noche y ya llego muy tarde, te veré mañana por la tarde. Tomaremos un vuelo a Aberdeen e iremos en coche el resto del camino.
Lali se quedó de piedra y lo vio marchar. Tenía una cita... una cita. Y no volvería al apartamento, así que a saber dónde pasaría la noche.
¿Pero qué le importaba a ella? Aun así, no pudo pegar ojo en toda la noche ¿ Qué estaría haciendo? ¿Es que acaso se le había olvidado que ella era una simple empleada? Se criticó con dureza y se prometió que nunca, nunca más, olvidaría que solo era trabajo.
Al día siguiente, la llevaron al aeropuerto. Allí se encontró con Peter y con un periodista que seguramente no estaba allí por casualidad.
La saludó con un abrazo y, cuando iba a darle un beso torció la cabeza para que en lugar de
sus labios se encontrara con su mejilla.
-¿Por qué has hecho eso?
-Un beso en la boca es demasiado íntimo... un abrazo es igual de convincente -se limitó a decir.
-¿Ah, sí?
El vuelo tardó cuatro horas en salir a causa de una huelga de controladores aéreos. Peter se
puso a trabajar en su ordenador portátil y ella hojeó varias revistas. El tenía un aspecto tan sofisticado... y ella era una mujer insignificante. Sin embargo, la mujer de la cita del día anterior...
-¿ Vas a dejar de estar tan fría conmigo algún día?
-No sé de que me hablas. Estoy aquí ¿no? Voy arreglada y estoy sonriendo ¿ Qué más quieres?
-No le has echado azúcar a mi café... lo has echo a propósito. Estas siendo muy infantil.
-De ahora en adelante, puedes servirte el café tú solito. No soy tu esclava. No intercambiaron ni una palabra durante el vuelo. Cuando llegaron, Peter intentó localizar a sus anfitriones para avisarlos de que llegarían tarde, pero no lo consiguió. El viaje parecía que iba a ser una pesadilla...
-¡Dio mio! ¿Por qué no contestarán al teléfono?.. Es un castillo, los Garrison deben
de tener muchos empleados.
-¿Pero no has ido nunca?
Un castillo... eso parecía interesante.
-Nunca, no conozco a los Garrison, pero creo que son muy mayores.
Lali se quedó dormida en el coche. Cuando despertó, no supo cuánto tiempo llevaban en el coche.
-Hemos llegado.
-¿Adónde?
-Al fin del mundo.

capitulo 28

-Estás viviendo una historia de amor de película y no me cuentas nada... Pero, ¿por qué estás tan preocupada? Me alegra que por fin hayas encontrado a alguien. .
Se quedo desconcertada, no sabía qué responder:
-Seguro que vives con él, algo habitual hoy en día. Sabes que no me gustan esas cosas, pero no entiendo por qué no me lo dijiste.
-Lo siento.
- Eres una mujer encantadora -le dijo con ternura- y si Peter Lanzani te hace daño, tendrá que vérselas conmigo.
La imagen de la Mercedes enfrentándose a un hombre tan alto y fuerte como Peter la hizo sonreír.
Se quedó en Fossetts un par de días y volvió a Londres el jueves sintiéndose descansada. Cuando Alfredo le abrió la puerta, parecía preocupado. -Debería tener una llave.
-¿Para que puedas entrar y salir a tu antojo? -una voz conocida dijo desde la puerta del salón-. ¡Ni lo sueñes!
Lali se quedó parada en la entrada y lo miró. Llevaba unos pantalones vaqueros negros y una camiseta verde que marcaban su musculoso cuerpo. Estaba muy atractivo, pero también parecía muy enfadado.
-¿Qué pasa?
Peter la miró atónito.
-¿ y me lo preguntas a mí? Pocas horas después de que me marchara a París, saliste del
apartamento y desapareciste.
-He estado con Mercedes.
-La mujer con la que hable por teléfono no dijo lo mismo. Llamé y pregunté por ti.
Lali lo comprendió todo. Un periodista de Norfo1kque la había identificado por las fotos de los periódicos, había llamado varias veces preguntando por ella. Al darse cuenta de que podrían llamar más, Lali le dijo a Nancy que la próxima vez dijera que no estaba allí. Había habido varias llamadas.
-Entonces, ¿dónde has estado? Porque si has estado con Pablo Martines le daré una buena paliza. Lali lo miró estupefacta.
-Tenía que haberme ocupado de él en el aparcamiento del hotel-dijo con un tono agresivo.
-¿Acaso crees que eres mi dueño?
-Durante las próximas semanas... sí -su mirada la desafiaba-. Como me entere de que has estado con otro hombre...
Lo miró incrédula y cada vez más molesta.
-Realmente crees que me acuesto con cualquiera ¿no? .
-Prefiero no contestar.
-Estuve con Mercedes. Lo que pasa es que intenté pasar desapercibida.
-Ya, y pasaste tan desapercibida, que nadie sabía que estabas allí, ¿Crees que soy tonto?
-¿Qué pasa?, suelen hacerte esto con frecuencia ¿no? -adaptó un tono burlón-.
¿Acaso las mujeres que están contigo suelen escaparse para estar con otros hombres?

capitulo 27

-Bueno, mi madre estaba dispuesta a desprenderse de ella, pero no de mí. Intenté localizarla hace años, pero no quiso verme. Recibí una carta que decía que su familia adoptiva era la única familia que tenía y que no quería conocerme. Mercedes dijo que quizá dentro de unos años cambie de opinión.
Forzó una sonrisa, como si no le importara. Pero aún le dolía ese rechazo. Había estado tan emocionada y albergado tantas esperanzas de reencontrarse con su hermana...
-Mercedes... tu madre en el hogar de acogida, ¿no? -señaló Peter.
-Sabes mucho sobre mí -Lali recordó la escena del día anterior en la limusina cuando puso el DVD del concierto de Benjamin-. Deberías haber sido más sincero. -Yo fui muy sincero, tú me atacaste.
Lali se sonrojó.
-Es cierto, tal vez no debería haberlo hecho, pero ¡ tú me provocaste!
 Peter se reclinó sobre la silla y la miró fijamente.
-Eso no es excusa.
-Perdí el control.
-Eso no basta.
-De acuerdo, de acuerdo... lo... siento.
-Bueno, quién hubiera dicho que lograría que te disculparas -dijo satisfecho. -Tengo que irme -se levantó... era un hombre imponente. Salió del comedor y de repente retrocedió y se dio la vuelta para mirarla-. Si alguien intenta hablar contigo o verte durante mi ausencia, tú no les cuentes nada y sigue en tu papel, ¿de acuerdo?
Su comentario la sorprendió. ¿Acaso la iban a llamar?
Mientras Peter iba hacia la entrada Lali se levantó de la silla y lo siguió para preguntarle algo que la tenía intrigada.
-Peter...
Peter la miró de arriba abajo, el pelo suelto y castaño que caía sobre sus hombros, su camiseta para dormir, sus esbeltas piernas, las mejillas sonrosadas...
-¿Nunca te han dicho que estás muy atractiva por las mañanas?
-¿ y tú no puedes dejar de pensar en lo mismo siempre que estás con una mujer?
-¿Acaso no sabes distinguir un cumplido?
-Escucha, quiero hacerte una pregunta -juntó las manos- ¿Estás saliendo con una mujer casada y me estás utilizando de tapadera? .
-No tengo aventuras con mujeres casadas, no puedo compartir a una mujer.
-Así que se trata de un asunto de negocios.
-Un asunto siciliano, no lo entenderías.
-Supongo que no... -lo vio marchar.
Poco después, Lali leyó los periódicos y se quedó estupefacta. Una foto de Peter y ella aparecía en la sección del corazón. Sabía que Mercedes lo leería. Se dio cuenta de que había sido una estúpida al pensar que podría decide a Mercedes que iba a trabajar para Peter. Mercedes merecía una explicación, así que fue a la estación de tren y se dirigió a Fossetts.
Cuando llegó, ya era por la tarde y Mercedes estaba en el salón, preparando un jarrón con flores. La miró con una sonrisa amable.
-Supongo que él se quedó en Londres.
-Mercedes, yo...

capitulo 26

Pero era la cruda realidad, en su certificado de nacimiento ponía: padre desconocido. Era una hija ilegítima. Pablo se había enfrentado a su madre para evitar que destrozara su relación. Entonces, ella había pensado que luchaba porque la quería de verdad. Poco después, y ya prometidos, habían decidido ir a pasar un fin de semana juntos; ella todavía no se había acostado con él. Pero cuando se dirigían al hotel tuvieron el fatídico accidente.
Logró conciliar el sueño un rato, pero se despertó poco antes de que amaneciera y se levantó a beber algo. Cuando llegó al comedor, se encontró con Alfredo, que llevaba una cafetera. -¿Lali? -dijo Peter.
Fue hacia él. Estaba guapísimo; llevaba un traje gris muy elegante y una corbata dorada. Cuando la vio acercarse se levantó de la mesa. -Siéntate conmigo.
Lo miró sorprendida.
-¿Por qué me miras así?
-Eres tan contradictorio. Me acerco y tú te levantas. Alguien te enseñó muy buenos modales.
-Mi madre -contestó con frialdad.
-Pero es una pérdida de tiempo, ya que te cuesta tanto decirme algo amable -le contestó mientras se sentaba frente a él.
Desconcertado, Peter suspiró y bajó la cabeza. Se hizo un incómodo silencio que solo se interrumpió cuando Alfredo se acercó a ellos.
Lali se sirvió un zumo de naranja y Alfredo le puso un café a Peter. Ella le echó azúcar con una sonrisa burlona. _
-¿ y a dónde vas tan temprano? -dijo mientras tomaba un croissant.
-A París.
-Yo estuve una vez en París con Benjamin. Pero no vi mucho de la ciudad.
 Lali se chupó el labio inferior y Peter se quedó mirándola. Al verlo sintió cómo el deseo se iba despertando. «Voy a tener que darme una ducha fría», se dijo avergonzada. Para distraerse un poco, se fijó en un cuadro que decoraba la pared. Ya lo había visto el día anterior; era un retrato de una chica joven con aire soñador.
-Es un cuadro precioso, ¿quién es?
Peter se quedó helado.
-Mi hermana... Está muerta.
Lali palideció y se quedó con la boca abierta un momento. Intentó recuperarse.
-Bueno, por lo menos la conociste.
Peter frunció el ceño.
-¿ Qué quieres decir con eso?
De repente, deseó haberse limitado a hablar de cosas banales.
-Yo... tengo una hermana gemela que...
El comentario llamó su atención.
-¿Sabes que tienes una hermana gemela?
-No somos iguales... es todo lo que sé sobre ella -le contó. Se arrepentía de hablarle sobre su vida privada, pero por lo menos había logrado cambiar de tema-.
A ella la adoptaron y a mí no
-Lo normal habría sido que hubierais permanecido juntas.

capitulo 25

Peter volvió a abrir las ventanillas y a Lali le entraron ganas de bajarse del coche aunque estuviera en movimiento. Se arrepentía de haberlo golpeado, pero no podía. disculparse después de sus palabras.
La limusina llegó al apartamento y el chófer les abrió la puerta. Peter la cubrió con su americana para tapar la raja del vestido. Dentro del ascensor el silencio era insoportable. Lali no podía mirarlo. De repente se preguntó por qué la estaría acompañando. Entraron en el apartamento. Se quitó la americana y se la dio.
-Buenas noches -le dijo a Lali. Peter se dirigió al dormitorio.
-¿Adónde vas? -le preguntó intrigada. –A darme una ducha fría, ¿también te molesta?
-¿ Vas a dormir aquí?
-No soy sonámbulo, si eso es lo que te preocupa.
Pensó un rato, y de repente, lo entendió todo.
-Te quedas porque se supone que soy tu amante, así que ahora soy una de esas chicas fáciles que se acuestan con un hombre la primera noche...
-¿Perdona? -Peter se dio la vuelta y la miró furioso.
Le devolvió la mirada. Desde luego Peter era guapísimo, pero debería haberse dado cuenta de lo que ese trabajo supondría para su reputación.
-Me has oído perfectamente. Si te quedas a dormir, voy a parecer una cualquiera.
-Estoy tan contento de que no seas realmente mi amante -dijo con una sonrisa forzada-. Tú evitaste que cometiéramos un terrible error esta noche. Puedes golpearme siempre que quieras si vuelvo a comportarme así. Lali se empezó a enfadar de verdad. –Estoy empezando a odiarte.
-Sigue odiándome -le contestó con aire burlón-. Porque si algún día llegas a acostarte conmigo, todo cambiará.
-¿Ah, sí?
-Sí. Mañana por la mañana cuando te despiertes ya no estaré aquí. Te veré el viernes. Este fin de semana iremos a Escocia.- Y con cierto aire de grandeza, Peter se dirigió al baño, dejándola ahí, de pie. Era un hombre impresionante, capaz de, pasar de la frialdad a la burla en pocos minutos, alguien que había conseguido despertar su deseo...
Le costó quedarse dormida, su imaginación la traicionaba mostrando desconcertantes imágenes de Peter en la ducha. Se odio por tener esos pensamientos y aplastó su cara contra la almohada.
Había oído a otras mujeres hablar de hombres irresistibles, pero nunca imaginó que fuera verdad. El ejemplo de su madre le había enseñado una lección. Emilia había pasado de una relación a otra; confundía placer con amor y había dejado un rastro de destrucción y niños abandonados tras ella. No quería ser nunca como ella y quizá por eso, se había prometido no cometer sus mismos errores. Desde el día en que se habían conocido, Lali y Pablo habían sido inseparables. Era tan amable, tan romántico, que nunca hubiera pensado lo que les depararía el futuro. Sin embargo a la madre de él siempre le había caído mal; un día le había reprochado que no supiera quién era su padre.

capitulo 24

-Quiero romperte el vestido entero... pero en algún momento tendremos que salir de coche.
Lali lo miraba con asombro mientras Peter bajaba la cremallera de su vestido. Respiraba con dificultad e intentaba no pensar en lo que él acababa de decir, pero no pudo evitarlo ¿Quería dejar de ser virgen en el asiento trasero de un coche?..
¿Acaso era una cualquiera?
-Tienes unos senos preciosos -le dijo mientras los admiraba.
Convencida de que se estaba comportando como una mujerzuela, intentó taparse pero su intento fue en vano, ya que Peter sujetaba sus manos.
-De hecho, creo que algo rápido no va a poder satisfacer mi deseo -le dijo mientras se inclinaba sobre ella. Acarició con la punta de la lengua sus pezones y ella sintió cómo su espalda se arqueaba. Empezó a gemir de placer mientras sentía cómo su cuerpo entero lo reclamaba ansioso.
-¿No?.. -logró decir mientras notaba cómo su cuerpo estaba a punto de estallar de deseo.
 Peter mordió suavemente un pezón, y jugueteó con él con dulzura. En ese momento, Lali emitió un leve grito de placer, la agitación entre sus piernas era evidente. Lo deseaba, lo deseaba como nunca había deseado a nadie antes. Entonces, Peter tomó sus pezones entre los dedos, la excitación la mantenía a la espera y estaba perdida en un mar de fuertes sensaciones.
-Te voy a dejar sin sentido, amore -le dijo con un tono sensual mientras le bajaba el vestido-. Y luego te llevaré a mi cama y volveremos a hacerlo.
Lali sintió una mezcla de sorpresa, excitación y vergüenza, y aunque la perspectiva le parecía emocionante, pensó: «esto es demasiado, no puede ser». ¿Cómo había permitido que las cosas llegaran hasta tan lejos? Peter solo la estaba utilizando, no la quería, ni siquiera le gustaba, ¡qué estaba haciendo por Dios! .
-¿ Qué pasa?
Peter se dio rápidamente cuenta de sus dudas. Ella se apartó y se sentó como pudo intentando taparse los senos.
-Has cambiado de idea.
Leone todavía tenía la respiración entrecortada.
-Lo siento... desearía haberlo hecho antes pero... bueno nosotros... no es una buena idea. Como tú dijiste, es mejor que nos limitemos a una relación de trabajo.
-¿ Quieres que lleguemos a un acuerdo para que pueda tocarte también?
De repente, se giró hacia él y lo abofeteó.
-¡Ni se te ocurra hablarme así!... No soy una prostituta que puedes comprar.
Se hizo el silencio. Los ojos de Peter estaban llenos de indignación.
-Y no me voy a disculpar por haberte abofeteado -le gritó-. ¡ Es una pena que nadie te haya dado una buena paliza! Porque no estás acostumbrado a que ninguna mujer te rechace.
-Te he soltado rápidamente -contestó furioso-. No deberías haberme pegado, sabes que yo no te puedo pegar.
Lali estaba temblando y se incorporó. No quería fijarse en cómo había quedado el vestido, e intentó subirse la cremallera de la espalda.
-Déjame a mí -dijo con frialdad.
-Gracias.

Tuesday, July 28, 2015

capitulo 23

-Tú no lo entiendes...¡Benjamin me retó!, estaba bebida, nada me importaba... Al darse cuenta de que le estaba contando cosas personales y al ver esa sonrisa burlona en su cara, perdió la compostura y se tiró encima de él para agarrar el mando.
-¡Accidenti! -exclamó Peter-. ¿Estás loca?
-¡Dámelo! -le exigió mientras se dejaba caer sobre él.
-Cuando te imaginé sentada sobre mis rodillas -le dijo mientras la agarraba los brazos-, no era esto en lo que estaba pensando, amore.
-¡ Suéltame! -le exigió al verse atrapada.
En lugar de obedecerla, Peter la acercó hacia él.
-Deberías pensártelo dos veces antes de abalanzarte sobre un hombre y pedirle que te lo dé.
De repente, se dio cuenta de que la parte más íntima de su cuerpo reposaba sobre un fuerte signo de excitación sexual. Lali sintió cómo se estremecía todo su cuerpo. -Yo no quería...
-Ahora... -le dijo mientras la agarraba suavemente del pelo y acercaba su cara hacia él-. No sé si voy a poder evitar complacerte.
Empezó a besarle el cuello y Lali sintió un inmenso placer que aumentaba la temperatura de su cuerpo. Se inclinó hacia atrás y soltó un gemido. Sus pechos estaban duros y sus pezones se alzaban provocativamente. Peter le pasó un brazo por la espalda y recorrió su escote con la lengua. Lali se moría del placer, quería más... le faltaba la respiración y su corazón se aceleraba...
-Dio... -susurró Peter mientras la tumbaba en el asiento del coche-. No puedo parar...

Lali miró los ardientes ojos de Peter  y permaneció tumbada; el deseo recorría cada poro de su piel.
 Peter cerró las ventanillas del coche, se quitó la americana y le quitó los zapatos.
-Yo... empezó a decir con un leve arrepentimiento, pero Peter selló sus labios para siempre con un beso sensual y provocador.
El estallido de pasión hizo que Lali perdiera el sentido, y mientras su lengua acariciaba cada milímetro de su boca, sintió cómo su cuerpo respondía extasiado a cada uno de sus movimientos. Peter la agarró de las caderas y la apretó contra él y ella puso sus manos alrededor de su cuello para poder besarlo con mas intensidad.
Peter respiró con fuerza, sus ojos llenos de pasión marcaban sus bellas y pronunciadas facciones. Soltó las manos de Lali con delicadeza y le bajó los
tirantes..

capitulo 22

-Cuando todo haya terminado, lo sabrás. Algo en sus palabras la hizo estremecerse.
-No me gusta cómo suena eso.
-Te pago bien por tu trabajo.
-No cuesta nada ser educado –se estaba empezando a enfadar. -Eres demasiado orgullosa -señaló impasible
Lali se quedó mirándolo, cada vez más furiosa.
-Me siento como una muñequita la que acabas de vestir.
-Tú preocúpate solo si te empiezo a desvestir.
No pudo evitar odiarlo y, aunque estaba deseando preguntarle qué película iban a ver, no dijo ni una palabra hasta que llegaron al estreno.
Había muchos periodistas esperando la llegada de los famosos. Se empezó a poner nerviosa. Peter, frío como un témpano de hielo, la agarró de la cintura y sorteó a la gente.
-¿Quién es tu acompañante, Peter?
De repente, todas las cámaras se volvieron hacia ellos y empezaron a hacerles muchas preguntas que Peter ignoró. Lali sonreía intimidada por la excesiva atención que provocaban ¿ Qué pensaría Mercedes de ella cuando viera las revistas? Se suponía que había ido a Londres a trabajar. ¿Por qué no había pensado antes en ello?
- Deberías haberme avisado -le dijo a Peter-. No tenía ni idea que estar contigo causaría tanto revuelo.
-No te hagas la inocente, ¿por qué crees que vas así vestida? Solo los hombres casados ocultan a sus amantes.
-¡Bueno, déjame que te diga que ser tu amante da asco!
Peter la agarró de un brazo y la acercó hacía él.
-No pensarías lo mismo si lo fueras de verdad.
A Lali le gustó mucho la película y, antes de que se encendieran las luces, salieron del cine. Los periodistas los esperaban con impaciencia.
-Ignóralos y sonríe -le dijo al notar sus nervios.
Cuando ya estaban en la limusina, Peter la miró fijamente.
-¿A que viene esa timidez repentina?
-No me gusta salir en las revistas... No me gusta que la gente hable sobre mí.
-¿Ah, no?
Peter sacó un DVD de un compartimiento y lo puso.
-Solo quiero comprobar lo tímida que eres en público.
Lali se quedó estupefacta al ver un concierto de Benjamin, y se le cayó el alma a los pies cuando advirtió de qué concierto se trataba. Allí estaba ella, cerca del escenario, bailando como una loca y vestida de una forma muy provocativa... demasiado. Se empezó a poner nerviosa, le temblaba el pulso y su respiración se agitaba... el momento más humillante de su vida estaba ahí grabado.
-¡Apágalo! -le exigió.
-Estoy buscando ese ser tímido que dices que eres... ahí estás bailando delante de miles de personas.
-¡Apágalo por favor!
-No seas tonta a la cámara pareces gustarle y también a los hombres del público. Estás muy sexy.
Intento hacerse con el mando que Peter tenía en la mano.
-¡ Si no me das el mando yo...
-Tú, ¿qué?

capitulo 21

Mientras volvía al apartamento, Peter la llamó al teléfono de la limusina. -Te recogeré a las siete.
Volver a oír su voz provocó un ligero temblor en su cuerpo.
-¿Adónde vamos?
-A un estreno.
-Ah...
No se esperaba algo tan importante.
-Ponte las joyas, he escogido diamantes para ti. .
Cuando llegó al apartamento, se dirigió directamente al dormitorio. Había un joyero sobre la mesa. Lo abrió y descubrió un collar de diamantes exquisito y unos pendientes con forma de lágrima. Abrió el armario y pudo ver un nuevo vestuario de ropa elegante y de diseño. Uno de los vestidos estaba apartado, elegido para esa noche. Era un vestido de tirantes plateado, de uno de los diseñadores más famosos del mundo.
A las siete y media, salió al amplio salón. Peter esperaba junto a la ventana. Hasta de espaldas estaba imponente: constitución fuerte, el pelo negro y brillante...
-No me gusta que me hagan esperar -dijo sin mirarla.
-No me avisaste con tiempo.
Se quedó de pie, esperando a que se diera la vuelta y la mirara. Peter comenzó a girar.
-Dio mío... te has pasado todo el día arreglándote.
Sus impacientes ojos se clavaron en ella.
Lali sabía que nunca había tenido tan buen aspecto. El brillo del vestido y los diamantes destacaban su pelo castaño y su suave y blanca piel. El vestido realzaba sus suaves curvas y mostraba unas piernas largas y esbeltas.
El silencio se hacía insoportable.
-Estás increíble -dijo visiblemente afectado mientras recorría cada milímetro de su cuerpo con la mirada.
Lali se quedó sin aliento.
-Gracias -consiguió decir.
-Eso no quiere decir que te perdone por hacerme esperar.
-Mejor será que te acostumbres. Cuándo no estoy trabajando, siempre llego tarde.
-Pero ahora estás trabajando.
Salieron y se dirigieron al ascensor.
-Si estamos en horas de trabajo, no me mires de esa forma.
-Mirar no es lo mismo que tocar.
Lali lo miró con rabia, ese hombre tenía una respuesta para todo. Entró en la limusina sin decir una palabra. Peter se había tomado muchas molestias para llevar acabo su plan, el apartamento, los diamantes, su sueldo... Era mucho dinero ¿Qué pretendía conseguir? Lali empezó a imaginar...
-Me gustaría que me contaras por qué haces esto.
Peter se acomodó en el asiento y la miró fijamente a los ojos.

capitulo 20

Seis meses después de su ruptura, se había casado con una rubia de buena familia, el tipo de mujer que le encantaba a esa madre tan esnob que tenía. Se había encontrado con su mujer y su hijo varias veces. Nunca olvidaría la primera vez que había visto al niño y había recordado que ella nunca podría vivir esa experiencia.
Para protegerse de ese horrible sentimiento de frustración, había dejado de salir con hombres y se había dedicado exclusivamente a su negocio. Era una mujer feliz y satisfecha con su vida hasta que Peter apareció. Él le recordó que seguía siendo una mujer, que el deseo, que había logrado ignorar durante muchos años, seguía estando ahí. Cuando Peter estaba cerca, no lograba controlar la pasión que sentía y eso hería su orgullo. Pero lo que más la preocupaba era la fascinación que sentía por ese hombre. La sacaba de sus casillas, sí, pero también lo deseaba.
¿Había insistido en acompañada al coche porque sospechaba que Pablo estaría esperándola? ¿O había sido una simple coincidencia? Seguramente habría sido una coincidencia.
Cande le había llevado un día una revista de cotilleos en la que aparecía con diferentes mujeres. Cuando la vio supo cómo era realmente. Un hombre frío, de esos generosos y amables pero temerosos de comprometerse, y poco románticos. En definitiva, un donjuán que cualquier mujer con dos dedos de frente debería evitar.
Llegó a Londres el lunes y, mientras el chófer de la limusina sacaba las maletas, echó un vistazo al edificio moderno donde viviría por un tiempo.
Mientras subía en el ascensor, estudió su reflejo. La verdad es que su cara no era nada atractiva, pero, claro, desde la ruptura su autoestima estaba por los suelos. Nunca había sabido valorarse. .
Su vida estaba llena de promesas incumplidas, así que había aprendido a no confiar en nadie. Tenía recuerdos vívidos de su madre; una hermosa y elegante pelirroja.
-Tan pronto como me organice, podrás venir a vivir conmigo -le había prometido su madre repetidamente-. He dado a tu hermana en adopción... tú sabes que ella estaba enferma y yo no podía cuidarla... pero no puedo soportar hacer lo mismo contigo.
Sin embargo, Lali había vivido desde que nació en hogares de acogida, y cuando tenía cinco años, las visitas ocasionales de su madre habían pasado a ser un mero recuerdo. Años más tarde, había sido un shock para ella descubrir que su madre había vuelto a casarse a los dieciocho meses. De su nacimiento y que nunca había tenido intención de llevar a su hija ilegítima, al hogar que compartía con su segundo marido, pues este incluso desconocía su existencia.
Un hombre mayor y elegante llamado Alfredo le abrió la puerta. El apartamento era grande y muy moderno, pero frío e impersonal.
Tras enseñarle el espacioso dormitorio, Alfredo le mostró la agenda del día. Iba a recorrer varios centros de belleza ¡Peter debía de pensar que necesitaba mejorar bastante su imagen!
Unas cuantas horas después, Lali lucía una hermosa melena castaña y unas
uñas largas y perfectas. Se había dado cuenta que convertirse en una amante, fingida o no, iba a ser un trabajo muy aburrido.

capitulo 19

Peter le abrió la puerta.
Bajaron en el ascensor en silencio.
Con la cabeza alta, Lali atravesó el vestíbulo, y de repente, notó cómo la agarraban de las manos.
Peter la miró fijamente con esos ojos esmeralda y oscuros, y ella sintió cómo se le aceleraba el pulso..
-No...
Peter se acercó a ella divertido y sonriente.
-Deja de verlo como un castigo, amore.
Peter la estrechó contra él y Lali empezó a temblar. Su boca sensual fue descendiendo hacía la de Lali con una delicadeza que la sorprendió. Se excitaba cuando entraba en contacto con ese musculoso y apasionado cuerpo. Fue un beso largo, sensual, embriagador... Lali no quería parar nunca y se le escapó un suave gemido.
Peter se apartó. .
-Una escena muy convincente -dijo con satisfacción.
-¡Eres un...
-Ese carácter –le advirtió mientras una irónica sonrisa se dibujaba en su rostro.
Lali se soltó.
-Buenas noches -se despidió fría como un témpano de hielo.
A mitad de camino, miró hacia el hotel y lo vio en las escaleras. La verdad era que, por la noche, los aparcamientos le daban un poco de miedo, y la tranquilizó verlo ahí. Estaba buscando las llaves en el bolso cuando apareció un hombre. Se sobresaltó.
-Soy yo, Lali -le susurró Pablo-. Reconocí el coche de Mercedes y he aparcado detrás.
-¡Me has dado un susto de muerte!
Se sentía incómoda, Pablo estaba demasiado cerca.
- Lo siento, pero pensé que sería mejor hablar contigo aquí y no en Fossetts, allí no creo que sea muy bien recibido.
-No tenemos nada de que hablar, siento que tu matrimonio no haya funcionado, de verdad. Pero ya ni siquiera somos amigos.
-Escúchame un momento, no me he olvidado de ti, no he podido -dijo visiblemente afectado-. Casarme con Euguenia fue un gran error...
-No qniero que sigas con ese tema ...por fin había encontrado las llaves-. Por favor, vete de aquí.
-Ya la has oído, ¡márchate!
Era Peter; la reconfortó oír su voz. Le tomó las llaves del coche y lo abrió por ella. Aliviada, miró a los ojos a Peter. Estos irradiaban agresividad hacia Pablo, que ya se estaba alejando del coche.
-Gracias.
-No tiene importancia ¿Te ha asustado ese cretino?
-No... -mintió.
Sin mirar a ninguno de los dos,  Lali salió del aparcamiento y unos cuántos kilómetros más lejos detuvo el coche para secarse las lágrimas.
Pablo ya no le importaba, pero los recuerdos le hacían daño. ¿Cómo podía pensar
que lo recibiría con los brazos abiertos después del daño que le había hecho?

Monday, July 27, 2015

capitulo 18

-Eres muy generoso... pero, ¿qué debo pensar acerca de este apartado que dice que no puedo abandonarte sin tu aprobación?
-Piensa lo que quieras, pero te aseguro que el trabajo no implica nada peligroso, ilegal o inmoral.
Decididamente, Peter no iba a contarle nada sobre sus motivos, así que Lali agarró un bolígrafo . -¿ y ahora qué? -preguntó.
-Solo un par de cosas. Mandaré un coche para que te recoja el lunes a las nueve de la mañana.
-¿Este lunes?.. Solo quedan seis días.
-Quiero que todo esté listo para el próximo fin de semana -Peter le acercó una libreta-Apunta tus medidas, necesitas ropa nueva.
Lali se quedó boquiabierta.
-Tengo bastante ropa. .
-Pero igual a mí no me gusta el estilo rockero -dijo Peter con cierto sarcasmo.-. Quizá prefiera algo más elegante y discreto..
¿Estilo roquero? Lali se enfadó, su ropa no era tan atrevida, pero lo que más la molestó fue darse cuenta de que estaba al corriente de su relación can Benjamin.
-Sabes lo de Benjamin,¿no?.. ¿Y cómo lo sabes?-quiso saber.
-No te hagas la inocente ¿Crees que te habría ofrecido este trabajo sin saber nada sobre ti?
No le gustó la idea de que Peter hubiese estado indagando sobre su vida privada. Todo el mundo que la conocía pensaba que se había acostado con su antiguo compañero de juegos.
-No hay nada malo en mi ropa -se defendió. Peter se exasperó.
-Dime, ¿vas a dejar de poner pegas a todo lo que te pida?
-Tú no pides nada, das órdenes, pero teniendo en cuenta que se trata de trabajo, intentaré ser más positiva.
-Te lo agradezco tanto.
Lali suspiró, escribió en la libreta sus medidas y las dejó encima de la mesa. -¿Algo más? -le preguntó con frialdad. -¿Siempre te cuesta tanto seguir instrucciones?
Ella asintió.
-Resulta muy molesto. -dijo. Él.
Lali se cruzó de brazos.
-¿Qué mas tengo que hacer el lunes?
-Te mudarás al apartamento e irás al salón de belleza. Por la noche saldremos un rato.
-¿Adónde?
-Aún no lo he decidido. ¿Tienes alguna pregunta?
«Ninguna que vayas a querer contestar», pensó.
-¿Eso es todo? -le preguntó.
-Te acompaño al coche.
-No hace falta.

capitulo 17

-¿Quieres beber algo? -le preguntó Peter.
-No, gracias.
-Te ayudará a calmarte un poco... ,_ Se dio la vuelta y lo miró muy molesta.
-¡Estoy calmada!... así que déjame en paz.
-Te ha afectado ver al sinvergüenza ese...
- Deja a Pablo en paz..., ¡tú no lo conoces!
-Ni falta que hace-le dijo con una sonrisa burlona- Lo he visto ponerse en evidencia.
Lali lo miro fijamente a los ojos.
-Y yo creo, que fuiste tú el que se puso en evidencia. No me gustan los hombres agresivos.
Una leve sonrisa se dibujó en su rostro, la respuesta de Lali parecía divertirlo más que ofenderlo.
-Yo no soy violento, soy fuerte... y eso te gusta.
-No sé de qué me estás hablando. ! Peter la miró incrédulo.  -¿Ah, no?
Se hizo el silencio. Lali sintió cómo su corazón latía cada vez más rápidamente. Lo miró, era alto y fuerte como un atleta. Su cabello negro y rizado relucía y su cara tenía las facciones bien marcadas. Era guapísimo, reconoció. Quizá no había querido admitido antes, pero al lado de Peter, Pablo era muy poca cosa.
Los ojos verdes  la derretían por dentro, no podía dejar de mirarlo y le costaba respirar. Sus pechos se alzaron provocativamente y, de repente, se sintió húmeda. Le temblaban las piernas, su deseo aumentaba por momentos...
-Tú me deseas y yo te deseo, pero no va a suceder -susurró Peter-. Esto es trabajo y no debemos complicar las cosas.
Lali se quedó desconcertada, abrió la boca para negarlo todo rápidamente, pero se calló al ver los ojos de Peter clavados en sus labios. Se empezó a poner nerviosa, la excitación volvía, inoportuna, irresponsable...
-Solo trabajo... -se dijo Peter a sí mismo. De repente, alguien llamó suavemente a la puerta y ella recobró la compostura un tanto avergonzada. Peter abrió la puerta y un hombre joven con una carpeta bajo el brazo entró. Lali aprovechó la oportunidad para mirar por la ventana e intentar, calmar su repentina agitación. Nadie la había hecho sentirse de esa forma y le daba miedo, era incapaz de controlar sus sensaciones. Pero él también sentía esa atracción. Eso la reconfortaba un poco; le agradó sentirse deseada.
La puerta se cerró y Lali se dio la vuelta.
-Este es el contrato del que te hablé –Peter le acercó la carpeta-, léelo y firma. -¿ y si no firmo?
-No habrá acuerdo.
Se sentó y comenzó a leer. Era un contrato normal y no mencionaba nada acerca
del papel de amante. Solo había un apartado que llamó su atención y que no le gustó nada pero, de repente, se fijó en la cantidad de dinero que cobraría. ¡Dios mío! Lali tragó saliva y se dirigió a Peter.

capitulo 16

-Te gusta comportarte como un hombre de las cavernas, ¿no?-le dijo Lali cuando se cerraron las puertas del ascensor.
-Mientras estás conmigo, no quiero verte hablar con otros hombres, ni siquiera quiero verte mirar a otros.
  Lali lo miró con odio. La verdad era que la última persona en la que quería pensar era en
Pablo. .
-¿Lo dices en serio?
-Sí, muy en serio, y sobre todo si se trata de antiguos novios -le contestó con cierto sarcasmo.
 Lali notó cómo su cuerpo se retorcía de deseo, se apartó el pelo de la cara y miró a Peter con tono burlón.
-Entonces vas a tener que vigilarme muy de cerca.
-Te pago para que me seas totalmente fiel y no te fijes en ningún otro hombre. No deberías haber flirteado con Martines.
-¿Flirtear? -Lali soltó una risotada-. Pablo  es el último hombre con el que flirtearía...
-Vi cómo lo estabas mirando -le-contestó ofendido.
-¿Ah, sí? ¿Y cómo lo miraba? -preguntó, curiosa. -¿Hace falta que te lo describa?
 Lali se quedo con la mirada perdida, y durante un instante, recordó los días felices, que
había pasado junto a Pablo... Pero eso ya era agua pasada. Había estado a punto de casarse con él. Hasta el día del accidente. Un conductor borracho había chocado contra el coche de Pablo. Él solo había sufrido una ligera conmoción pero Lali había sido operada varias veces. Poco después, los médicos le habían dicho que quizá no pudiera tener hijos, y Pablo no había podido aceptarlo, ya no era una mujer de verdad ...
-Ese hombre se pegaba a ti como una lapa.
-Pero ¡sino me tocó!
-Porque no tuvo oportunidad de hacerlo.
Peter le puso una mano en la espalda para salir del ascensor, y ella se la quitó violentamente.
- Nadie nos está mirando, así que... ¡No me toques!

Lali examinó la lujosa suite para intentar distraer su mente del repentino encuentro con Pablo.
Le costaba creer lo doloroso que le había resultado volver a verlo. Le había
costado mucho superar la ruptura y hacer frente a esas últimas palabras acerca de su incapacidad para tener hijos. Había aprendido a buscar otra cosa en la vida, otra cosa que no fuera formar una familia.

capitulo 15

Mientras vacilaba entre esperarlo allí o interrumpir su comida, un hombre  salió del bar del hotel y se quedó mirándola como el resto de los hombres con los que se había cruzado en el hotel.
-¿Lali?
Durante unos segundos, Lali pensó que estaba soñando. A pesar de que habían pasado tres años, reconoció esa voz grave rápidamente.
-¿Pablo?-preguntó sorprendida.
-Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi- Pablo Martines no paraba de mirarla arriba abajo-. ¿Qué tal... estás?
-Bien -dijo Lali sin poder apartar la mirada. Vivían muy cerca el uno del otro, pero ella lo había evitado y, desde que rompieron, no lo había visto. .
-Tienes... muy buen aspecto -afirmó-. Llevo tiempo pensando en ir a verte.
-¿Con mujer y tus hijos? -le preguntó incrédula.
Pablo se quedó sin habla.
-Solo tengo un hijo... Euguenia y yo nos vamos a divorciar... el matrimonio no funcionó.
A lo lejos, Peter los miraba. Le sorprendió ver a Lali sin ese traje gris y serio que solía ponerse. Llevaba el pelo castaño suelto, los ojos negros y brillantes como nunca, la boca abierta mostrando unos dientes blancos, una camisa ajustada sin mangas que marcaba sus pechos, y una falda que resaltaba la suavidad de sus curvas. Sus piernas eran interminables, y capaces de dejar a cualquier hombre sin respiración. Peter se acercó a la pareja.
-¿Lali?
Lali estaba sorprendida por las palabras de Pablo, y de repente, se fijó en Peter. Sus ojos brillaban con intensidad y de pronto su cuerpo se tensó y sintió una gran emoción,
-Perdóname si te he hecho esperar, amore-dijo Peter, lo dijo con suavidad mientras ,se ponía a su lado y le lanzaba una mirada amenazante a Pablo.
Pablo extendió su mano.
-Pablo Martines.;.. Lali y yo somos viejos amigos.
-Fascinante -dijo Peter sin interés- Desgraciadamente, Lali yo nos tenemos que ir.
-Lali, te llamaré, ¿de acuerdo ?-le dijo ignorando por completo a ese hombre maleducado que no se había presentado.
-No se moleste -replicó, Peter mientras llamaba al ascensor antes de que Lali pudiera reaccionar-. No va a poder verlo.
Lali, estaba rabiosa, pero no podía intervenir, ya que no quería que Pablo la llamará, a.
Mercedes, no le gustaría. Entró en el ascensor y pudo oír a Pablo murmurar:
-Pero bueno... qué desagradable, por Dios...

capitulo 14

Era un caluroso día de otoño pero Mercedes estaba envuelta en una manta, ella siempre pasaba frío. Era una mujer alta  y delgada con unos ojos azules llenos de vida.
-El jardín está precioso, ¿no crees? –le dijo. Era cierto, el jardín estaba muy bonito.
-¿Qué tal estás?
A Mercedes no le gustaba hablar de su salud, así que ignoró su pregunta.
-He tenido visita, el nuevo cura y su mujer. Acaban de llegar aquí y ya han oído rumores acerca de cómo un niño que acogí me robó todos mis ahorros -Mercedes se aparto el pelo gris de la cara-. Les dije que eso no eran más que tonterías. ¿De dónde vendrán esas historias?
-Del asunto con Dawn supongo, alguien se habrá enterado y habrán malinterpretado las cosas.
Los vecinos siempre habían dicho que un día se arrepentirían de acoger a tantos niños problemáticos. Y desgraciadamente el año anterior, Dawn, que estuvo viviendo en Fossetts durante un tiempo, había visitado a Mercedes y le había robado todas sus joyas. Mercedes no había querido denunciarla porque era drogadicta y estaba muy mal. Poco después, Dawn siguió los consejos de Mercedes e ingresó en un centro de rehabilitación, pero las joyas nunca aparecieron.
-Bueno, ¿y qué tal con ese guapo siciliano de Brewsters? Me encantaría ver de cerca a un magnate como él, solo los he visto en televisión -dijo con inocencia, ya que el mundo de Peter Lanzani estaba a años luz del suyo.
Lali sonrió y se le humedecieron los ojos, así que apartó la mirada. Debería ser tan alegre y optimista corno Mercedes. ¡Quién lo iba a decir!
De repente, Lali empezó a ver a Peter como su salvador ¿Por qué armaba tanto jaleo por un beso?
-Ahora que lo dices, el señor Lanzani me ha ofrecido un trabajo en Londres -apartó la mirada, le costaba, mucho mentirle-. ¿Qué te parecería que pasara un par de meses en Londres?
-¿Para trabajar con un guapo millonario?... ¡Estupendo! .
Después del té, Lali subió a su cuarto y abrió el armario. Estaba lleno de la ropa que
Rocio le había regalado para ayudarla a afrontar la depresión tras la ruptura con Pablo. Era ropa de diseño que no se había puesto desde hacía dos años. Eligió un conjunto de falda y camiseta ajustada de imitación de piel de serpiente y unos zapatos de tacón de aguja. Tras darse un baño, sacó su maquillaje, que llevaba también muchos años sin usar. Rocio la había transformado en la típica novia de una estrella de rock. Pero verse atractiva y sensual tras la ruptura con Pablo no la había ayudado mucho. También había estropeado su relación con Rocio, recordó con dolor. Rocio había dejado de verla como una hermana, como esa niña delgaducha con quien había compartido juegos y risas durante cinco años en un hogar de acogida, y había querido más.
Un rato después, Lali se montó en el viejo coche de la casa y se dirigió al
lujoso hotel donde Peter se hospedaba, Preguntó en recepción por el magnate, y le dijeron que estaba en el restaurante.

capitulo 13

Sin embargo, poco después, un grupo de vándalos le había destrozado el local y todo se había venido abajo. El seguro no le había cubierto los daños, lo que había obligado a Lali a utilizar todo el dinero que tenía ahorrado. Desde entonces, le había costado mucho mantener el negocio a flote.
-Tiene que reducir sus gastos para compensar las pérdidas -le aconsejó el director del banco-. A pesar de sus problemas económicos, sigue pagando la hipoteca de una casa que no es suya. Entiendo su generosidad hacia la señora Funes, pero debe ser consciente de sus limitaciones.
«Las limitaciones no saben nada sobre cariño», pensó Lali mientras conducía de vuelta al casa. Mercedes  vivía en una vieja casona llena de recovecos llamada Fossetts. La casa había pertenecido a la familia de su difunto marido Cristobal durante años. Cómo no habían podido tener hijos, Mercedes y Cristobal habían decidido adoptarlos y durante treinta años, la generosa pareja había alojado a muchos niños huérfanos con dificultades.
Uno de ellos había sido ella. Cuando llegó a Fossetts, era una niña triste, difícil y desconfiada. Tenía doce años. Le habían hecho mucho daño y no confiaba en nadie. Tras mucho luchar, Mercedes y Cristobal habían conseguido ganarse su .cariño Y su confianza. La habían cambiado, le habían dado seguridad y apoyo, y eso era algo que les iba a agradecer toda la vida. Les debía algo y esa deuda nunca sería una carga.
Durante más de un año, Lali se había gastado la mayor parte de sus ahorros en la hipoteca de la casa de Mercedes, aunque la mujer no lo sabía. Cristobal se había ocupado de llevar las cuentas y, tras su muerte, Lali había tomado el relevo. Le había sorprendido mucho descubrir que, en un momento de dificultad económica, Cristobal había decidido hipotecar la casa sin decírselo a nadie.
Mercedes tenía más de setenta años y tenía una enfermedad del corazón. Estaba en lista de espera para que la operaran. Era una persona muy vulnerable, y su médico había insistido en que debía llevar una vida tranquila sin sobresaltos. A Mercedes le encantaba la casa, además de que era lo único que le quedaba de su marido, a quien había querido mucho, así que Lali había decidido no informar a la anciana acerca de los problemas que tenían. Pero lo que Lali no había imaginado era lo difícil que le iba a resultar hacer frente a los pagos de la hipoteca.
Era una casa de los años veinte. Estaba situada en un bosque de hayas y tenía una pradera en la parte delantera del edificio. Cuando llegó, Lali reprimió un suspiro de preocupación. El jardín estaba descuidado, había que cambiar las ventanas y la casa necesitaba una mano de pintura. Aunque no era ninguna mansión, la casa era demasiado grande y tenía muchos gastos.
Abrió la puerta, y sintió cómo las preocupaciones del día se desvanecían. Bajó a la cocina.
Nancy, una mujer gordita de sesenta años, estaba preparando los sándwiches
para acompañar al té.
-Mercedes está en el jardín. Vamos a tornar el té fuera.
-Qué bien, ¿te ayudo?
-No, sal a hacer compañía a Mercedes.

capitulo 12

por dentro. Su cuerpo se derretía, su pulso se aceleró, necesitaba oxígeno pero era incapaz de separarse de él. Notó su excitación a través del pantalón, y en lugar de sentirse incómoda, esa evidencia de deseo hizo que sus hormonas se dispararan.
Ligeramente sonrojado, Peter la soltó y tomó aire.
-Creo que con eso valdrá.
Lali tardó en recuperarse y, cuando lo hizo tomó aire. De repente le flaquearon las piernas y se apoyó contra la pared para evitar desplomarse. No podía creer lo que acababa de suceder, había actuado como una cualquiera. Su propio cuerpo la había traicionado.
-¿Con eso valdrá? -repitió incrédula.
Ya no había nadie en el pasillo.
-Había que aprovechar la ocasión -bromeó Peter.
Sus palabras le causaron tanta rabia, que le dieron ganas de abofetearlo.
-Usted dijo que no le gustaba acosar sexualmente a sus empleados.
-Si cree que vamos a poder convencer a la gente de que somos, amantes sin hacer ninguna demostración en público es que es muy inocente -dijo con frialdad-. Pero no se preocupe, solo lo haremos cuando haya gente delante. . ' -No hace falta que me lo diga- reca1có Lali.
No sabía si iba a poder controlar su carácter cuando estuviera con él. En realidad, no había pensado en que el papel requeriría. -¿Me puedo ir?
 Peter se quedó mirándola un rato.
-Sí, quedamos esta noche a las nueve en el hotel para cerrar nuestro acuerdo. Me hospedo en el hotel Belstone Opuse.
-Esta noche no puedo.
-Pues haga lo posible por poder -le indico- Mañana vuelvo a Londres.
 Lali asintió sin ganas y salió del despacho. Estaba muy enfadada consigo misma ¿Cómo
podía haberse dejado llevar? Ese beso... Nunca había sentido nada igual, ni siquiera con Benjamin. Se puso pálida, aún le dolía recordar aquello. Estaba claro que Peter la había sorprendido; era muy guapo sí, pero, ¿por qué, aun odiándolo tanto, no había conseguido detenerlo?
Se sentía confundida, no lograba encontrar una buena razón que justificara su comportamiento. Se montó en la furgoneta y se dirigió al local de Esposito Catering. No podía dejar de pensar en la desastrosa situación en la que se encontraba su negocio.
La empresa solo tenía un año de vida, había empezado con pequeñas cosas, cumpleaños y alguna que otra boda, nada muy lujoso, y la verdad era que no había obtenido muchos beneficios. Pero cuando un proveedor le había contado
que estaban buscando a alguien para dar comidas en Brewsters, la empresa más importante de la región, ella había querido hacer una oferta y para ello la empresa había tenido que crecer. Para poder hacerlo, Lali había tenido que pedir un préstamo al banco.

Sunday, July 26, 2015

capitulo 11

-El respeto no se da así como así, hay que ganárselo. Y dudo mucho que usted pueda ganarse el mío.
¿Acaso solo podía respetar a los que triunfaban en los negocios? Era un ser realmente repugnante. Estaba dolida, Peter no debería haber dicho eso. No tenía ningún derecho.
-Lo siento, no debería haber dicho eso.
-No se preocupe -respondió Lali, y de repente, se dio cuenta de que no estaba realmente arrepentido-.Es usted un hombre manipulador, arrogante y despiadado. Podría haberme concedido el contrato. Sin embargo, prefiere aprovecharse de mi situación. Es usted una persona egoísta y no tiene compasión... ¿cree que me sorprende que además sea desagradable? .
Y con esas duras palabras Lali le lanzó una última mirada. Peter estaba estupefacto, su mirada era intimidante.
-Lo siento, no debería haber dicho eso -añadió con el mismo tono que había utilizado Peter- , no hacía unos momentos, y se marchó.
¿Asestar un duro golpe y salir corriendo?. Eso no era propio de ella. Peter la exasperaba. Aun así, atacar al hombre con el quizá tuviera que trabajar no era muy inteligente. Había sido injusta al acusarlo de no darle el contrato a propósito.
¿Por qué querría Peter Lanzani que fingiera ser su amante? Lali entró en el ascensor y, mientras bajaba, intentó pensar el porqué de esa extraña proposición pero no encontró ninguna respuesta.
De repente, visualizó la hermosa cara de Peter, inexpresiva y tranquila. Era imposible saber lo que ese hombre estaba pensando. Llegó al vestíbulo y, de repente, se preguntó qué estaba haciendo. La oferta de Peter era su única salvación.
A cambio de hacerse pasar por su amante, Peter. le ..ofrecía resolver todos sus problemas. Mucha gente podía beneficiarse de aquel trato ¿ Qué le costaba sacrificar un par de meses de su vida? ¿Por qué había abandonado el despacho? Lo único que podía hacer era aceptar su oferta, no tenía altemativa.
Volvió al despacho de Peter, aunque no le apetecía tener que doblegarse ante él. Cuando estaba ya muy cerca, vio a Peter conversando con. dos hombres en el pasillo. Se paró cerca de ellos y se dio cuenta de que Peter la ignoraba a propósito. Estaba muy tranquilo y eso la enfureció.
De repente se quedó mirándola y Lali se acercó.
-Acepto... -le dijo.
Los verdes ojos de Peter brillaron y alargó la mano.
Lali estaba a punto de irse cuando de repente se dio cuenta de su gesto. Sin ganas de seguirle el juego, se acercó a él. Los hombres que estaban allí la miraron con curiosidad.
Peter sonrió, y le agarró la mano. -Discúlpenme -dijo con voz ronca mientras abría la puerta del despacho.
-¿Qué diablos está... --comenzó a decir. Antes de que pudiera seguir,.Peter empezó a besarla con hambriento deseo. Lali se dio cuenta de que la puerta
permanecía abierta. De repente sintió una gran excitación, Peter la apretó contra su poderoso cuerpo y ella notó cómo el deseo recorría todo su ser. El beso de Peter era intenso y la removió