Monday, July 20, 2015

capitulo 24

Peter la sacudió con una maldición irrepetible. Un segundo después le arreglaba el camisón, cerrándole el escote y se ponía de pie para recostarla sobre la cama. La cubrió con las colchas de nuevo y suspiró.
-Chiedo scusa. Lo siento. No estás bien.
-Estoy bien – protestó -. No quiero quedarme aquí.
-Te quedarás – abrió de golpe la ventana y el aire frío invadió la habitación -. Aquí estás a salvo. -¿A salvo?
-¿Crees en el destino, cara?
Parpadeó, confusa. Peter, que primero se asombró y luego se divirtió en grande ante el cuidado que mostraba ella evitando caminar debajo de las escaleras, pisar líneas negras... ¿Peter le preguntaba si creía en el destino?
-Claro que creo.
-No se debe de luchar contra nuestro propio sino – sentenció, sonriéndole -. Estás de acuerdo, ¿no? Jamás había sostenido una charla tan extraña con Peter antes y se sentía tan cansada que le costaba un terrible esfuerzo enfocar sus pensamientos.
-Me parece imposible luchar contra el destino.
-Y no lo intento. Me benefició, después de todo. Duerme, cara – murmuró con suavidad -. Mañana volamos a Italia.
-¿I-Italia? – repitió, recobrando la conciencia de pronto.
-¿No opinas que ya es tiempo de que regularicemos nuestra situación?
Lali lo contempló sin comprender, cien por ciento segura de que no se refería a lo que ella suponía. Peter fue hasta la cama y la miró a los ojos con sus pupilas brillantes.
-Te estoy pidiendo que te cases conmigo.
-¿En serio? – la desconcertaba a tal grado esa afirmación, que fue lo único que se le ocurrió balbucir.
-Di algo más – la invitó, recorriéndole el labio inferior con un dedo.
-¿Lo planeas desde hace mucho? – logró emitir, rezando porque el impacto de la sorpresa disminuyera para que pudiera comportarse de manera normal.
-Digamos que se me ocurrió – sugirió, con ligereza.
No sonaba muy romántico. Ocurrían accidentes. Una sensación de irrealidad la aplastó. Peter le pedía que se casara con él. Eso significaba que había vivido con un desconocido durante meses. Eso significaba que cada pensamiento desleal y poco generoso que albergó respecto a Peter no estaba justificado. Las lágrimas le llenaron los ojos y dejaron caminos húmedos a lo largo de sus pálidas mejillas.
-¿Qué hice? ¿Qué dejé de hacer? – preguntó Peter -. De acuerdo, no es la forma en que imaginaste que te propondría matrimonio.
-¡Nunca me imaginé que me propondrías nada! . sollozó.
Con una sucinta maldición, la abrazó, protegiéndola en su regazo, cubriéndola con la sobrecama. Ella aspiró, absorbió oxígeno y se amoldó a él, para que la calentara con su cuerpo.
-¡S-soy tan, tan feliz! – le confesó.
-Tienes una manera muy particular de ser feliz; pero... – le acarició el cabello sedoso y despeinado -, también tienes una manera muy particular de comportarte. Nos casaremos en Italia. Ahora que ya lo decidimos, no perderemos tiempo, ¿verdad?
Apoyó la cabeza contra su fuerte pecho y él se sentó en una posición más cómoda para acoplarse a ella. La trataba con suma delicadeza y eso que Lali pensó alguna vez que él no conocía la ternura. ¿Su caída lo transformó a tal grado? Ciertamente, algo provocó ese cambio asombroso en la actitud de Peter... ¿o acaso nunca lo había comprendido en su ausencia? ¿Importaba tanto que lo comprendiera? Decidió que no.
Peter planearía la boda. Aunque hablaba en plural, no la engañaba. Hubiera podido escucharlo la noche entera, pero su cansancio le pesaba sobre los sentidos y la arrastraba con lentitud hacia el sueño.

5 comments:

  1. Que va a pasar con bruno? Lali no se puede ir a italia tiene que recordar, mas

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  2. Que astuto Peter casandose con ella lali no podra irse de él mientras no recuerda nada

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