Friday, July 24, 2015

capitulo 53

-Siempre afirmaste que no deseabas comprometerte conmigo de ninguna forma. Por eso creí, de verdad, que considerarías el aborto como la única solución práctica.
-¡No soy práctico cuando se trata de mi propia carne y de mi propia sangre! ¿Y qué tiene que ver comprometerme contigo con comprometerme con un niño que todavía no nace? – indagó -. ¿Y qué sabes tú de mis sentimientos acerca del aborto? ¿Cuándo discutimos el tema?
-Yo... yo asumí que... – concedió, sin mirarlo.
-¡Te tomas demasiadas prerrogativas!
-En aquel entonces, pensé que era mi derecho – susurró.
-¿Quieres que te explique por qué lo pensaste? ¡Mírame! – le ordenó con violencia y ella lo obedeció, aterrada, enferma, preguntándose qué otra tragedia podía caer sobre su cabeza -. Nunca supe qué clase de persona eras. Pero ahora ya lo sé y no necesito tu interpretación de los hechos porque tengo la mía. Jamás soñé que detrás de esa cara de ángel hubiera tanta amargura y maldad. Calculaste esto: si no se casa conmigo, lo pagará con la pérdida de su hijo.
-¡No! – gritó -. ¡No fue así!
-Así fue. No hay anillo, no hay hijo. Jugabas a la ruleta rusa a la hora del desayuno y yo no me di cuenta – la observó con odio -. ¡Y pensar que me torturé por lo que te dije ese día! No tenías derecho de ocultarme la verdad. Debiste informarme que llevabas a mi hijo en el vientre. Cristo, ¿me detestabas a tal grado que no pudiste darme una oportunidad?
Las piernas le temblaban a Lali, se dejó caer sobre el asiento más cercano y se cubrió la cara con las manos húmedas.
-Te amaba. Te amaba muchísimo – musitó.
-¿Eso era amor? – Peter emitió una risa amarga -. Una vez perdí la paciencia contigo. Una vez, en casi dos años me irrité en contra tuya. ¡Una vez! Y lo estoy pagando desde entonces. Te vengaste y la venganza es una emoción que comprendo a la perfección.
-Yo no pienso como tú – murmuró, derrotada.
-Si pensaras como yo, hubieras sido mi esposa hace cinco años. ¡Sí, me hubiera casado contigo! – sus ojos absorbieron su rostro pálido con una sonrisa de satisfacción -. Quizá no habría estado ansioso de que me atraparas, pero me hubiera casado contigo.
Se encogió en retrospectiva ante ese destino. Peter, forzado a casarse a punta de pistola. Habría sido una pesadilla.
-No hubiera aceptado casarme, si tú sentías esa renuencia.
-¡Dio! ¿Qué tienen que ver tus sentimientos o mis sentimientos cuando un niño viene en camino?
-No hubiera podido vivir contigo en esas circunstancias – insistió, sin fuerzas.
-La única mujer sincera que conocí... eso le dije a Euguenia acerca de ti. Me maravilla que no se haya reído de mí en mi cara, pues posee una virtud de la que tú careces. Es leal, aun cuando yo la traicioné la semana pasada.
-Bruno y yo nos iremos muy lejos – sin saber lo que decía, habló en voz alta -. Y jamás volverás a saber de nosotros.

-¡No te llevarás a ese niño a ninguna parte!
-No lo quieres. Ni siquiera quieres que sea tuyo. Eso es lo más cruel, lo más horrendo que me has dicho – la voz de Lali perdió fuerza de un modo alarmante.
-¿Cruel? – tronó Peter -. Perdí cinco años de su vida. ¡Es ilegítimo! ¿No sufrirá por ese hecho en años venideros? ¿Creíste que te ocultarías detrás de la mentira de que eras viuda con un hijo por el resto de tus días? Saldrá a la luz... desde luego que sí, ¿y cómo se sentirá él entonces? ¿Qué pensará de mí? ¿De ti? Por esas razones deseé al principio que no fuera mío. Por su bien. Los periódicos ya se regodean con
los pocos detalles que conocen, sugiriendo que no todo es lo que parece.

3 comments: