capitulo 10

-¿ Y cómo quiere que lo sepa? Nunca me han pedido nada igual, no es muy frecuente toparse con un empresario siciliano que te ofrece todo a cambio de fingir ser su amante. -
-Como siga hablándome así, retiraré mi oferta -le respondió Peter.
Lali se levantó y lo miró.
-¿y por qué yo? -preguntó.
-Porque no puede permitirse rechazar mi oferta -contestó mirándola fijamente.
Lali se estremeció, Peter era un hombre duro. Además, parecía saber que ella se encontraba entre la espada y la pared. Incluso disfrutaba recordándoselo. Lo tenía todo muy bien pensado. Lali haría cualquier; cosa por evitar que Mercedes perdiera la casa y por sacar adelante su negocio pero... ¿Acaso Peter no se daba cuenta? Nadie se creería que eran amantes.
-No puedo hacerlo... -logró decir-. Usted y yo no congeniamos, yo no me sentiría a gusto en su ambiente. Además, nadie se creerá que somos... amantes. -Creo que se subestima demasiado -dijo con un tono suave y envolvente.
Lali se quedó hipnotizada. «¡Dios mío!... ¡qué ojos tiene!», pensó. Se quedó sin aliento y notó cómo su pulso se aceleraba. Su voz era capaz de cautivar a cualquiera.
Quería dejarse llevar por sus encantos... Ese hombre la excitaba y, a pesar de lo mucho que
intentó evitarlo, su cuerpo se retorcía de deseo cuando estaba cerca de él. -Solo tiene que decir que sí y sellaremos nuestro acuerdo.
-Si accedo, ¿qué tendré que hacer?
-Vivir en un apartamento que acondicionaré para usted, llevar la ropa que yo le proporcione y acompañarme donde yo le indique sin hacer preguntas.
O sea que lo que realmente quería era una esclava. Era un canalla Por lo menos no tendrían que vivir juntos, solo tendría que pretender ser su amante cuando estuvieran en público. No corría peligro, seguramente Peter conocía a cientos de mujeres mucho más atractivas y con más experiencia que ella, pero tendría que renunciar a su libertad y a su orgullo. Era una oferta vil y despiadada... pero tenía que pensar en Mercedes, y en los trabajadores de su empresa. Desde luego, si se dejaba llevar por su orgullo, no llegaría a ningún sitio.
-¿Y que me vas dar a cambio? -logró preguntar.
-Me ocuparé de sus deudas, daré un empujón a su negocio y pagaré a sus empleados mientras trabaje, conmigo. Si quiere algo más, dígamelo. Estoy dispuesto a negociar.
¡Dios mío!... ¡era un monstruo! Lo tenía todo planeado y, además, pensaba que podía comprada.
- Me lo pensaré -dijo Lali.
-¿Qué es lo tiene que pensar?
-Creo que subestima mi parte del acuerdo. Peter frunció el ceño.
-No entiendo por qué. Le doy la oportunidad de vivir en un apartamento increíble, vestir con la ropa más exclusiva y disfrutar de la buena vida durante dos meses.
-Ya sé que usted piensa que es la oferta más atractiva del mundo, pero no lo es.
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Lali alzó la cabeza y se dirigió a la puerta.
-¿ Y que más quiere?
-Que me respete -logró decir.