capitulo 3

«Cálmate», se dijo Peter .mientras aceptaba el café. Tal vez Lali no conociera, ni supiera quién era su padre, pero él ya encontraba un gran parecido entre los dos, sobre todo en la forma en que utilizaban a la gente para alcanzar sus propósitos.
Mariana Esposito había pasado su niñez con varias familias de acogida, y siempre se había metido en problemas. Había estado a punto de casarse con un terrateniente y la madre de este todavía se alegraba del fracaso de la relación. Según ella, Lali era una mujer interesada, fría y calculadora. Después, la estrella de rock, un jovenzuelo rebelde de aspecto descuidado. Con sus canciones, que hacían un ruido infernal, Lali había bailado como una salvaje. Aquella relación tampoco había durado mucho.
-¿Señor Lanzani, puedo hablar un momento con usted? -preguntó Lali preocupada.
-Ahora mismo no -contestó Peter sin ningún remordimiento, a pesar del sobresalto y la calidez que sus palabras provocaron en Lali. Podía aguantar un poco más... ¿Y por qué no? Dentro de poco, le haría una oferta que podría beneficiarla mucho. Lali era el punto débil de Nicolas  y necesitaba su ayuda para arruinar la vida de ese canalla. Ella no debía saber nada hasta que fuera demasiado tarde.
De todas formas, no merecía la pena preocuparse por una mujer como ella. Alguien que era capaz de robar a una pobre ancianita mientras se, hacía pasar por una hija cariñosa no merecía su compasión.
Cuando la prensa descubriera que Lali Esposito era la hija ilegítima de Nicolas, la carrera del acérrimo defensor de los valores morales se vendría abajo. Peter sabía que lo que Nicolas más apreciaba en la vida era su poder. Le gustaba sentirse admirado, sobre todo por las mujeres, y cuando todo saliera a la luz, perdería su orgullo, su poder y su influencia. Sería el castigo perfecto para un hombre tan ambicioso y egocéntrico. Una vez que fuera desenmascarado, lo demás no tardaría en saberse: los turbios asuntos financieros, las amistades con hombres de negocios de dudosa reputación; la carrera de Nicolas Vasques se desmoronaría de tal forma, que no podría volver a la política.
A pesar de todo, no era suficiente para compensar la muerte de su hermana. Pero cuando su carrera se viniera abajo, Peter estaría allí para explicarle por qué lo había destruido. Desde hacía tiempo, Nicolas se comportaba de un modo extraño cuando estaban juntos. Lo que no sospechaba era que sabía que la noche del accidente él estaba con su hermana. Pero, claro, ese desvergonzado seductor ya se había ocupado de borrar todas las pistas, y a pesar de lo mucho que lo había intentado, nunca pudo demostrar que los dos iban en el coche.
Observó cómo Lali, que era el vivo retrato de su madre, supervisaba a sus empleados. A no ser que estuviera muy equivocado, Nicolas se pondría nervioso en cuanto la viera en el mismo instante que oyera su nombre...
Lali se preguntó si alguna vez podría odiar tanto a alguien como odiaba a Peter
Lanzani.