Thursday, July 23, 2015

capitulo 44

El corcho explotó como una pistola, al salir de la botella. Peter echó la cabeza hacia atrás para beber el exceso de champaña. Luego se enderezó y vació el líquido dorado en un par de copas, mostrando los dientes con una brillante sonrisa.
-Te ves como una langosta. Te quedaste tanto tiempo en el baño, que apuesto a que usaste toda el agua caliente del castillo.
Lali no esperaba que todavía la estuviera aguardando. Le lanzó una mirada tan llena de rabia que debió marchitarlo. Desde luego, no le causó la menor molestia. Él cruzó la alfombra y le tendió una copa.
-No estás enamorada de Huntingdon – afirmó -. Si lo amaras, habrías dormido con él.
-Tú jamás entenderías a un hombre como Drew, ni aunque tuvieras mil años – lo retó, con las mejillas ardientes, bebiéndose el champaña con la esperanza de refrescarse -. Y es mucho mejor que tú, en cualquier circunstancia.
-Estás en una posición privilegiada, cara – afirmó, mientras se le endurecía la expresión -. A nadie más le permitiría que me insultara con impunidad.
Un estremecimiento le recorrió la espalda. Pero el desprecio que Peter mostraba por Drew la enfurecía. Aunque, en el fondo del corazón, sabía que tenía razón. Drew nunca tuvo la ambición o el hambre suficiente para luchar por alcanzar el éxito. Sin embargo, ese hecho no disminuía la estima que sentía por su amigo. Cuando recordaba los días que vivió preocupada por el contrato que todavía no se firmaba, saboreaba la amargura de las amenazas de Peter en toda su profundidad. No... no, reflexionó, tensa, jamás se arrepentiría de ocultarle la existencia de Bruno a ese hombre.
-Atacaste a Drew sin razón – susurró pensando que, una vez que ella se fuera, su amigo estaría a salvo de otra interferencia -. Y yo no te pertenezco.
-No necesito poseerte – confundida, observó que su boca se curvaba en una sonrisa, casi tierna -. Eres mía en cuerpo y alma. No importa que te alejaras un poco, que te perdieras, no te fuiste tan lejos como temí y ahora has regresado adonde debes estar.
-¡No te pertenezco! – repitió irritada.
-¿Por qué luchas contra mí? – preguntó con suavidad -. ¿Por qué luchas contra ti misma?
-No lucho contra mí misma – al enfrentarse a esos ojos rodeados de pestañas oscuras, se le encogió el estómago. Le costaba trabajo combatir esa quemante confianza de Peter.
-Entonces ven – la invitó en voz baja -, y pruébalo.
La magnética fuerza de voluntad de ese hombre se concentraba en ella. Tembló, no de frío, y su corazón se aceleró, reaccionando a la atracción física que sentía. Pensó de pronto, alocada, que debían prohibir que Peter se acercara a las mujeres, como si fuera una sustancia peligrosa.
-Tienes miedo – apuntó Peter, llenando de nuevo su copa -. Realmente te comportas como si me temieras. Y no me gusta. No quiero un fantasma con miedo en los ojos en mi cama mañana por la noche. Quiero a la criatura amante, feliz, alegre, que has sido esta semana. -No te amo – replicó, apenas logrando respirar.
-Si no estuviera seguro de que me amas, no me casaría contigo.

4 comments:

  1. nooo jaja peterr es rre posesivooo jajaj los amooo masss

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  2. Maaass
    Ayy q miedo cuando se entere d bruno!
    Que le diga todo lo q siente en la cara!
    Maass

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  3. Cuando se entere la mata jaja

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  4. Jajaja el intento fallido de lali de resistirse a el me mata

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