Thursday, July 9, 2015

capitulo 14

-Todavía no me han dado instrucciones -le respondió Alula" arrodillándose junto a Ben y mirándolo como si el niño fuese Un dios. Le pidió el juguete con el que él se entretenía,-. Es un bebé hermoso.
La lógica reacción de Ben ante aquella actitud reverente fue la de esbozar una radiante sonrisa y darle el juguete. Lali intentó convencerse de que estaba feliz de que Alula fuese tan maravillosa con los niños. Al poco rato, cuando se hubo ganado la confianza del niño, Alula se dirigió a la puerta con Ben agarrado de la mano.
-Adiós -dijo-. Di adiós, Ben.
-Adiós -saludó Ben, pero luego se soltó de su mano y corrió hacia Lali para exigirle-: Beso Ben. Con un nudo en la garganta, Lali le dio un fuerte abrazo.
-Si le pasa algo, por favor, llámeme. Puedo aconsejarla -dijo inquieta.
Con una cabezadita que podría haberse tomado por asentimiento, Alula salió al descansillo. Allí la esperaban dos enormes guardaespaldas que Lali no había visto hasta entonces. Al entrar al ascensor, Ben se dio la vuelta para sonreír, con evidente orgullo por su independencia.
Cegada por las lágrimas, Lali cerró la puerta. Tendría que estar orgullosa. Ella misma le había enseñado a ser confiado, a relacionarse con otros niños desde pequeño.
Fue el día más lento y largo de su vida. Intentó pensar en cómo le diría a Peter que ella no era Rocio. ¿Comprendería él que lo había hecho movida por la ansiedad y la sorpresa? ¿Reconocería o desaprobaría radicalmente el lazo especial que la unía a su sobrino?
Según avanzaba la tarde, se le comenzó a formar un nudo en el estómago vacío. Apenas había desayunado una tostada y no había podido comer a mediodía. En el fondo, se alegraba de que Ben no se hubiese inquietado y no lo hubiesen tenido que llevar a casa temprano, pero también se encontraba sorprendida. El niño no acostumbraba a estar sin ella y, cuando se cansaba se ponía muy mimoso. Pero seguro que Alula lo había colmado de atenciones y actividades para mantenerlo entretenido o, quizás lo hubieran echado a dormir una larga siesta.
Cuando sonó el timbre a eso de las cinco, Lali corrió a la puerta, pero se quedó de piedra a ver solo a  Peter en el recibidor con sus guardaespaldas detras
-¿Ben está esperando en el coche?--le preguntó-.Ha de estar terriblemente cansado.
-Rocio...
             Lali -lo corrigió ella sin pensar, atenta como estaba a la expresión extraña en el rostro de él
Mientras sus guardaespaldas pasaban junto a ella, Peter la observó mirar nuevamente fuera, esperando la llegada del niño, que ya se encontraba a miles de kilómetros de distancia. Se dio cuenta de su consternación y tuvo por primera vez un sentimiento de vergüenza totalmente nuevo para él y desagradable para un hombre orgulloso de sus principios. ¿Cómo presentar un acto inexcusable de forma que resultase al me aceptable? Porque si no lograba tranquilizarla se vería enfrentado al escándalo más grande que hubiera habido nunca en Quamar. Seria imposible proteger a su familia de la condena internacional. Ella no había dado su consentimiento legal para que se llevasen al niño.
             Peter sentía que le había perdido el respeto a su padre totalmente. ¡Dar una orden como si el mundo entero fuese su reino, sin pensar en que los medios de comunicación internacionales lo tildarían a él de tirano y a Quamar de país retrasado! Los periódicos sacarían a la luz la sórdida doble vida de Pablo, avergonzando profundamente a los habitantes de Quamar. El país que Peter amaba con cada fibra de su corazón sufriría las consecuencias.
Por mas que Mariana Esposito, Lali o como quiera que se llamase fuese una madre terrible, estaba claro que le tenia afecto a su hijo. Al principio él no quiso reconocerlo, pero luego se dio cuenta de que todas aquellas preguntas se fundaban en su preocupación por el futuro del niño. Casi habían llegado a un acuerdo. Acaso no había visto su expresión de derrota, como una triste aceptación de que no era la madre que se merecía su hijo? Pero ahora Peter se daba cuenta de que las cosas habían cambiado.
             Lali miró por última vez el recibidor antes de que uno de los guardaespaldas cerrase la puerta de entrada. Era obvio que no habían ido a llevar a Ben. El ambiente se hizo mas tenso, llenándola de un mal presentimiento.
-¿Sabe? Ben tendría que estar en casa ya para irse a la cama. A las siete.
Se dio la vuelta para guiarlos hasta el salón y se encontró cara a cara con Peter. Lo miro con los ojos negros desconcertados, retorciendo las manos frente a si.
-He venido para pedirle perdón-murmuró el en tono contrito
-Lali parpadeó sorprendida. Su tono de humildad era tan inesperado que se lo quedó mirando
-Por favor, siéntese y permítame que le explique lo que ha sucedido-continuó él. Su expresión grave y la palidez alrededor de sus labios delataban una tensión que ella no podía dejar de notar.
          

2 comments:

  1. que horrible lo que hiso ese viejo llevarse asi al nino, pobre lali tambien me cae mal peter que piensa que con solo lo siente lo resuelta

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