Monday, July 13, 2015

capitulo 35

Con el corazón palpitándole como si hubiese estado corriendo una maratón, Lali inclinó la cabeza, con la garganta atenazada por las lágrimas. Se bajó de la mesa del despacho y se bajó la falda con manos trémulas. ¿Qué le había sucedido? ¿Cómo era posible que perdiese el control de aquella manera en cuanto él la tocaba? Era como si una extraña salvaje y desenfrenada tomara posesión de su cuerpo. La fuerza de su pasión la asustó.
Peter hablaba por teléfono. Ella se habría ido si él no hubiese estado apoyado contra la puerta. Al contemplarlo mientras esperaba, vio turbada que no se le había bajado la erección. Desvió la mirada, llevándose la mano a los labios. Peter colgó, con el rostro tenso.
-Parece que tengo una reunión de negocios en Nueva York. Mi delegado tiene apendicitis y tendré que marcharme inmediatamente. Estaré fuera varios días.
-Quizás puedas reflexionar sobre tus planes para nosotros mientras tanto.
 Peter le lanzó una mirada penetrante y su rostro se endureció.
-¿Sería presunción por mi parte imaginarme que tu objetivo primordial era convertirte en mi esposa y compartir mi vida?
-Sí -respondió rápidamente Lali, aunque la sorprendió su pregunta.
-Desde luego, lo único que pretendías era ser una divorciada rica y duplicar los ingresos de tu prima sin siquiera tener la molestia de dar a luz a un hijo continuó Peter con ofensivo desdén..
-¡No es verdad! -dijo Lali, desconcertada por el nuevo sesgo que tomaba su acusación-. ¿Cómo iba a hacerlo si tenía que cuidar a Ben?
-Supongo que habrías contratado a una niñera, igual que la madre de Ben. ¡Habrías seguido la pauta de tu familia! -la acusó Peter-. ¡Tu madre os abandonó a tu padre y a ti por un hombre más rico y tu prima era igual de mercenaria en su elección de amantes!
Lali se lo quedó mirando, azorada ante esa ofensiva acusación sobre su madre.
-¡Cómo te atreves a insultar la memoria de mi madre de esa manera! -exclamó con el rostro desencajado-. Mi madre no abandonó a mi padre. Murió de neumonía cuando yo tenía dos años. Al reconocer que su aflicción era genuina, Peter se quedó de piedra y sus ojos se velaron. -Lo siento. No debí caer tan bajo. Ahora que lo pienso, donde ponía eso era en el informe de tu prima.
-¡ Si quieres saber mi opinión, el imbécil que lo escribió se sentó en un despacho y se lo inventó todo en vez de hacer las averiguaciones pertinentes! –exclamó Lali, sin tranquilizarse en absoluto por su disculpa-.Los padres de Rocio murieron en un accidente de tráfico y eran tan felices como los míos. Lo cierto es que se querían tanto, que no tenían tiempo para dedicarle a su hija.
-Seguro que fue así...
-Tengo muy pocos recuerdos de mi madre –dijo Lali, intentando contener las lágrimas-. Pero los atesoro. ¡No te atrevas a decir nada en contra de ella!
Con un movimiento impulsivo, Peter alargó la mano para tomarle la suya como si quisiese reconfortarla, pero Lali, enfadada, lo apartó.
-¿Sabes lo que te pasa? -le preguntó furiosa.
-Estoy seguro de que me lo vas a decir –respondió él.
-¡Tu vida ha sido demasiado fácil y eres un ser egoísta e insensible! -le espetó Lali, abriendo la puerta-. ¡Serás un rey odioso! ¡La gente comete errores, pero a veces es sin mala intención, como yo, y me alegro de quedarme aquí por Ben, porque de ser por ti...! ¡Tienes el corazón duro como. .. como una piedra! ¡Prácticamente me lo has dicho tú mismo! y con esas incontestables palabras, Lali se marchó, haciendo que Peter tuviera deseos de romper algo.

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