-Lo único que Belen quiere es una posición de poder. No entiendo cómo se creía que yo volvería a in-teresarme en ella -dijo Peter, moviendo la cabeza-. Tiene un concepto exagerado de su belleza. -Es increíblemente hermosa y te quedaste de piedra el día en que la viste sobre tu cama...
-Pues claro, me sentía tan avergonzado como un adolescente. No me causó ningún placer ver a mi cuñada desnuda -dijo Peter con una mueca-. Para mí, siempre será la mujer de Pablo y me escandalizó que tuviese tan poca vergüenza.
-Pero no querías que yo chismorrease sobre ella. Te juro que nunca mencioné aquel episodio.
-Lali... no quería que nadie hablase de ello -respendió Peter con una súbita carcajada-. Si se hubiese extendido el rumor, Belen nunca lograría volver a casarse. Mi familia reza para que consiga un marido pronto, así nos libraremos de ella por fin, pero ¿qué esperanzas tendría de hacerlo si perdiese su reputación?
-No sientes nada por ella, ¿verdad? -dijo Lali, divertida-. Yo pensaba que era el amor de tu vida. -Hirió mi orgullo. Hace cinco años yo era muy vanidoso -le confesó Peter con seriedad-. Pablo le doblaba la edad, pero ella se casó con él sin dudarlo.
-Pero la amabas...
-Pensaba que la amaba, pero ahora creo que era más deseo de poseerla que otra cosa. Entonces yo no conocía la diferencia. Me humilló descubrir que ella sacrificaría todo por ambición. Luego tuve la gran ventaja de ver su comportamiento como esposa de mi hermano -dijo, con la mandíbula tensa-. La vi despreciar a los miembros de la familia de rango inferior al de ella y alentar chismorreos maliciosos para divertirse, lo cual rápidamente eliminó toda la pena que me quedaba.
-¿Tú sabías que tu padre siempre había planeado que fueses su sucesor?
-No tenía ni idea hasta que él mismo me lo dijo la semana pasada. Me sorprende que Pablo no me odiase por ello -confesó Peter-. Comprendo perfectamente por qué mi hermano no cambió su estilo de vida. También creo que la desilusión de enterarse de que nunca sería reina convirtió a Belen en la mujer dura y amarga que es desde entonces.
Los últimos temores de Lali se desvanecieron y su alivio fue tan intenso que le dio un ligero mareo.
Se sentó pesadamente en uno de los sofás.
Peter corrió a su lado y se inclinó junto a ella.
-¿Qué te pasa? -le preguntó, preocupado-. Esta mañana has estado en el hospital y, cuando los guar-daespaldas te vieron, te encontrabas pálida y seria.
-¿Me has estado espiando? -preguntó Lali con incredulidad.
-Necesito saber qué te pasa. Cancelé mi última reunión en Dubai y volví a casa por lo preocupado que me tenías. Y cuando llego me encuentro a esa bruja contándote una sarta de mentiras! -se lamentó Peter.
-No estoy enferma, te lo aseguro -dijo Lali, intentando que la alegría no se le reflejase en la mirada, pero luego le dio pena verlo tan preocupado.
-Entonces, ¿por qué fuiste al hospital?
-Estoy embarazada.
-¿No estás enferma? -insistió Peter.
-Pues, si le hiciese caso al doctor Kasim, tendría que considerarme una inválida confinada a una cama-dijo Lali con alegría-, pero fui al ver al ginecólogo y me tranquilizó mucho. Dice que mi embarazo es normal.
-¿Estás esperando un bebé... ya? -preguntó Peter sorprendido-. Pero llevamos casados solo unas sema-nas. Ni se me había pasado por la cabeza que podría ser eso. Vas a tener un bebé.
-Sí. Creo que eso ha quedado claro -dijo Lali, ruborizándose al ver la expresión reverente de sus ojos cuando finalmente comenzó a asimilar lo que le decía.
Peter la levantó en sus brazos y se sentó con ella en el regazo, abrazándola.
-¿Lo sabes desde que el doctor Kasim te vio en Anhara? ¿Por qué no me lo dijiste?
-Quería una segunda opinión. Hasta me dijo que no teníamos que hacer el amor-se apresuró Lali a confesar-. Por eso te dije que no la otra noche...
-Tienes derecho a decir que no cuando te apetezca. Fui un idiota -dijo Peter, tomándola de la mano-. Estaba tratando de reconfortarte y, por supuesto, lo último que deseabas en aquel momento era hacer el amor. Desgraciadamente, no pude resistir expresarte mis sentimientos de una forma más física. Estoy seguro de que te pareció insensible por mi parte, pero no era mi intención.
Lali se quedó muda ante su confesión.
-He pasado un día espantoso, ma belle –reconoció Peter-. Primero me informan de tu misteriosa visita al hospital...
-No veo por qué te tiene que haber preocupado tanto...
Hay y masss ❤️❤️
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