capitulo 58

Lali se alejó y comenzó a conversar con algunos invitados, procurando parecer animada, pero era difícil fingir que todo estaba bien. Cuando finalmente el último de los invitados se despidió, suspiró aliviada.
Peter desapareció.
La casa estaba silenciosa y vacía.
Lali vio que las luces aún estaban encendidas en un rincón del jardín y resolvió ir hasta allí. Cuando se acercó más, se paró extrañada. Maria y Peter estaban allí.
Maria se tiró en los brazos de Peter, y ellos quedaron abrazados como si un imán los estuviese prendiendo uno al otro.
¡Eres un canalla! –Lali gritó, apareciendo ante ellos.

Peter se alejó inmediatamente de Maria y se volvió hacia =Lali con incredulidad.
¿Pensaste que había ido a dormir? –la voz de Lali sonó dura y alta. Su cerebro parecía anestesiado delante de la imagen de Peter abrazando a Maria en una demostración de que eran íntimos. Todas sus desconfianzas se habían concretado.
Maria se arregló el cabello y alisó su vestido rojo, sin perder la calma.
Esto es bastante embarazoso, pero le aseguro que está equivocada. Sólo me tropecé, y Peter me sostuvo para que no cayese.
¿Y me consideras una idiota capaz de tragarme esa disculpa? –Lali preguntó bien alto, sin importarle si algún empleado estuviese escuchando aquella discusión.
No seas tonta, Lali. Lo que Maria acaba de contarte es la verdad. Se iba a caer, y simplemente la sostuve. Fin de la historia.
Lali desvió la mirada, estaba temblando y se sentía confundida. ¿Por qué le estaban haciendo eso? ¿Peter no podría irse a encontrar con su amante fuera de allí? ¿Y por qué debería aceptar aquellas disculpas tiradas de los pelos? Si Peter no le creyó cuando Benjamin la había besado, ¿por qué debería creerle ahora cuando las circunstancias eran muy parecidas?
Contrólate, Lali –Peter dijo duramente.
¿Le contaste a mi marido que eras mi mejor amiga antes que huyera de Portugal?
–Lali preguntó a Maria, queriendo ver su reacción.
No sé de lo que está hablando –Maria respondió, manteniéndose a distancia.
¿Ah, no? ¿Eso quiere decir que te olvidaste que almorzamos juntas muchas veces y también fuimos de compras? ¿No te acuerdas también de cuantas veces estuve en tu apartamento?
Maria miró a Peter como si quisiese mostrar su sorpresa delante de una historia que solamente una mente enferma podía inventar.
Si nunca estuve en tu apartamento, ¿cómo sé que las sillas de tu comedor están
forradas con un paño rayado y hay un reloj antiguo que perteneció a tu abuela en tu living? Las mesas son de vidrio, los sofás de cuero...