Se sintió desilusionada consigo misma. El propio Peter le dio consejos que debería hacerse respetar. Once meses antes, Peter decidió separarse y la mandó a su casa en Douro. Ella obedeciera como si fuese una mujer culpable, como si hubiese traicionado a su marido. Era inocente y se dejara castigar.
¿Por qué se culpara tanto de su ingenuidad dejando a Benjamin aprovecharse de ella? No había permitido ni gustado ese beso y, aún así, perdió a su marido. Debería haber reaccionado, haberse defendido más, rehusado ser mandada como una exilada a Douro donde sufrió la soledad y llorara lágrimas amargas.
También se sentía culpable cuando sus padres agradaban más a sus hermanas y la criticaban todo el tiempo. Vivía intentando agradar a todos inútilmente.
El matrimonio no le trajo felicidad. Peter tenía una personalidad demasiado fuerte, y ella temblaba delante de la posibilidad de contrariarlo. Tuvo que aguantar a la ex-suegra que la torturara hablando maravillas de la hija muerta y encontrando un defecto en todo lo que ella hacía. Y había aguantado todo sin reclamar. De hecho se equivocó justamente por mantener un comportamiento sumiso.
Lali oyó un ruido y se quedó inmóvil.
¿Estás queriendo jugar a la escondida? –Peter surgió en medio de la oscuridad. – Son las tres de la madrugada y hace tiempo que te busco. Casi desperté a los empleados para comenzar a buscarte por toda la propiedad.
Lali se sentía extrañamente calma. Observó a su marido como si estuviese delante de un extraño. Peter tampoco perdió la calma y se hallaba en el derecho de criticarla. Como mínimo, pensaba que su esposa debía aceptar con normalidad que abrazase otras mujeres.
Has sido un marido desagradable –Lali comentó. – No preciso ser una mujer histérica ni loca para decirte que...
Puedes llamarme lo que quieras, pero no aquí afuera –Peter afirmó sin que le afectara el comentario. – Me rehúso a estar oyéndote decir tonterías aquí en el jardín y a esta hora de la noche.
Muy bien. Buenas noches. –Lali se volvió de espaldas a él y continuó sentada en el banco de mármol.
Escucha, ¡estás yendo demasiado lejos!
No soy tu empleada, por lo tanto deja de darme órdenes.
No puede estar aquí sola. ¡Puede ser peligroso! –Peter respiró fuerte, intentando no perder la calma. – Entiendo que tengas celos de Maria, porque eres muy insegura, pero no voy a permitir que transformes un episodio bobo en una tragedia sin proporciones.
Ah, entonces tengo que aceptar todo sin reclamar.
¡Es ridículo que sospeches que te traiciono! Debería ser la primera en saber que nunca me involucraría con una empleada.
Pensé que considerabas a Maria mucho más que una simple empleada. ¿
Contigo fue diferente.
¿Y con Maria no lo es?
¿Está intentando confundirme?
¿Por qué lo haría? Maria no precisa representar un problema en nuestra vida, siempre que tú pruebes que eres inocente.
o dijiste que era tu amiga? Además, no te olvides que fui tu empleada y te involucraste conmigo.
me impreciona que peter tenga la cara de hablarle asi a lali y no pedirle disculpa por no creerle
ReplyDeleteVamos Lali, ahora ataca y defiende tus principios, dicelo todo clarito jaja
ReplyDeletemas nove
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