No, pero cuando volví a casa, me aceptó y dijo que te criaría como si fueras su hija. Fue más ó menos eso lo que pasó.
Ese Mariano Martines... Me parezco a él, ¿no? –Lali indagó.
Eres su viva imagen –Emilia confirmó amargamente. – Él murió hace unos quince años, en un accidente. No puedo decir que haya lamentado su muerte, era un canalla. De hecho lo amaba, pero fui apenas una de una serie de otras mujeres enamoradas de Mariano.
Lo siento mucho –Lali dijo con sinceridad, reconociendo cuanto había sufrido su madre.
También lo siento mucho –Emilia murmuró. – Lamento no sentir por ti lo que siempre sentí por tus hermanas. No es tu culpa, pero cada vez que te veo recuerdo a Mariano y nunca conseguí perdonarlo por lo que me hizo pasar.
Puedo imaginarlo. Gracias por finalmente contarme todo –Lali consiguió decir y, dándole la espalda, se dirigió a la salida.
Sus hermanas deberían saber esa verdad y por esa razón la trataban tan mal.
Se arrepintió por no haber dejado que Peter la acompañase. Ahora sentía su falta. Sería tan bueno poder llorar recostada a su pecho, recibiendo el consuelo que merecía.
¿No te quieres quedar un poco más? –Emilia preguntó.
Gracias por la invitación, pero prefiero irme. –Lali caminó hacia la limusina, pero paró cuando oyó que decían su nombre.
Lali, lo siento mucho. –Emilia súbitamente comenzó a sollozar.
Por más que sintiese pena de su madre,Lali quería escapar de allí, tan fuertes eran sus emociones. Cuando abrió el portón, vio que Peter la estaba esperando en la calzada.
¡Que bueno verte! –exclamó, arrojándose a sus brazos. – ¿Cómo llegaste hasta aquí?
Vine en taxi. Sospeché que acabarías peleando con tu madre y me precisarías. Sé que dejaste bien claro que no me querías aquí, pero...
Lo sé. Es que iba a hacerle una pregunta muy personal a mi madre. Quería saber porque no me quería y tuve la esperanza que negase ese sentimiento, que dijera que me querías... Tal vez se justificase, diciendo que tuvo un embarazo difícil, que di trabajo...
¿Y que te dije?
Que yo era el secreto sucio de la familia.
Deja de darle vueltas –Peter la censuró con cariño. – ¿Qué te dijo?
Que tuvo una aventura con un terrateniente y que él es mi verdadero padre.
Sospeché algo así –Peter confesó.
¿Cómo?
No te pareces a nadie de la familia. Todos son rubios, y tú castaña y tu estructura física es diferente.
me alegro que peter, no alla escuchado a lali y estuviera alli para ella
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