AL día siguiente por la tarde, Peter leía el informe que su equipo de seguridad le había dado sobre las actividades de Rocio Esposito desde su visita al piso. No lo sorprendió que ella fuese a ver a un abogado, lo satisfizo haberla puesto bajo presión. Mientras su hermano se había divertido en el yate, él había aprendido a negociar con la brillante perspicacia que le permitía administrar las considerables inversiones de Quaplar en el extranjero. La escuela militar y el duro y vertiginoso mundo de las finanzas había aguzado su talento natural, convirtiéndolo en un experto y frío negociador. Había aprendido a averiguar las debilidades de su contrincante, para preparar así la estocada de gracia.
Había inducido intencionadamente a Rocio a temer que podría perder todo lo que había logrado con el nacimiento de su hijo. Sin duda, ella imaginaba que, para continuar disfrutando de su estilo de vida actual tenía que conservar la custodia de su hijo, pero en realidad, aquel no era el caso. Cuando se enterase de que podía entregarle al niño sin perder por ello su seguridad económica, seguro que lo haría inmediatamente.
Lo que le causó gracia fue saber que había pasado dos horas en un salón de belleza aquella misma tarde. Por fin aparecería la verdadera Rocio Esposito. ¿Cómo podía habérsele ocurrido que lo engañaría Con semejante disfraz? Pablo, como buen conocedor que era, no habría mirado dos veces a una mujer con un peinado horroroso, gruesas gafas de concha y un adefesio de traje.
Tampoco había demostrado ella demasiada inteligencia al llamar al consulado de Quamar, aparentemente para confirmar su identidad. Qué ingenua. El joven diplomático que la atendió se había negado a confirmar o negar su presencia en Londres. Era extraño que ella no lo hubiese reconocido por las innumerables fotos que había en el yate de su difunto hermano.
Suspiró. Con un poco de suerte, podría solucionar la cuestión de su sobrino antes de que acabase el día, ya que no quería que su padre perdiese la poca paciencia que le quedaba. Ya contaba con personas cualificadas dispuestas a atender a su sobrino., Probablemente, la llegada de un nieto distrajese a su padre del objetivo que se había fijado desde la muerte de Pablo: la boda de Peter.
A los treinta años de edad, sabía perfectamente que era afortunado al estar todavía soltero. Ello se debía a que su padre había temido que la imposibilidad de Pablo de conformarse con una sola mujer se debía a que lo había presionado para que se casase cuando todavía no era lo bastante maduro para asumir el compromiso. Sin embargo, la muerte de Pablo había cambiado el panorama totalmente. Ahora sí que era importante que se casase y tuviese un hijo para asegurar la sucesión. Dejaría que su padre le eligiese la novia. ¿Por qué no? Saber que era el objetivo de todas las armas de las mujeres de su reino lo había hecho ser extremadamente crítico. Y la idea de enamorarse lo dejaba más frío que el hielo de Siberia. Pablo siempre se estaba enamorando, pero él había amado una sola vez en su vida y laexperiencia había sido traumática. El amor era una debilidad de la que no estaba dispuesto a ser víctima por segunda vez.
Lali le describió al abogado la situación en la que se encontraba sin dar nombres y le pidió una opinión sincera sobre las posibilidades con que contaba.
-Un tío es un pariente cercano y en este caso particular las autoridades también tendrán en cuenta la ascendencia de Ben -le informó el hombre mayor.
-¿Su... su ascendencia? -dijo Lali, poniéndose tensa.
-Naturalmente, al ser el padre de origen árabe, hay aspectos culturales que habría que respetar en su educación.
-Pero... -dijo Lali palideciendo-, ¿si yo solicitase la custodia de Ben en el juzgado para... protegerlo? -¿Protegerlo? -repitió el abogado, sorprendido-. ¿A santo de qué? ¿Tiene usted motivos para suponer que Ben correría algún riesgo con su tío?
-No exactamente, pero... ese hombre no me gustó en absoluto -manifestó Lali.
-Si fuese necesario, los Servicios Sociales podrían intervenir para asegurar el bienestar del niño, pero según lo que usted me ha dicho del tío, no sé por qué habrían de hacerlo. Tampoco me parece bien que usted cargue con toda la responsabilidad sola.
Lali dejó el despacho con la deprimente sensación de que había estado intentando luchar contra molinos de viento en vez de aceptar lo inevitable; La herencia cultural era algo obvio que no se le había pasado por la cabeza y desde luego que sola no podría ocuparse de ello.
Al llegar al piso se puso en contacto con la embajada de Quamar para verificar la identidad de Peter Lanzani, pero, el hombre que habló con ella no fue de gran ayuda. Sin embargo, la búsqueda que
hizo en Internet resultó más fructífera, ya que la familia real de Quamar tenía una página oficial en la Red. Contenía un artículo pequeño y respetuoso sobre el deceso del anterior príncipe heredero, Pablo, y otro mucho más extenso sobre el precario estado de salud del Rey ¡Nicolas. Sin embargo, lo que atrajo inmediatamente su atención fue la fotografía del heredero actual al trono, Peter Lanzani. Guapísimo y muy serio, era sin duda el mismo arrogante hombre que la había visitado.
😱😱😱maaass
ReplyDeletesube otro =)
ReplyDeletepeter cree que tiene a lali agarrada, quiero saber que va a pasar
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ReplyDeletemas nove ♥
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