capitulo 17

-Lo cierto es que no hay razón física para que su marido siga en la clínica -sonrió el hombre.
-Físicamente estoy muy bien y lo otro... ya se me pasará -anunció Peter muy seguro de sí mismo.
«Nos vamos a casa», había dicho.
¿A qué casa? No era el momento de preguntarlo, delante del médico y de la enfermera, así que Lali no tuvo más remedio que seguir a Peter hasta el ascensor. Una vez en la planta baja, le informaron de que su equipaje ya estaba en el coche que los iba a llevar.
-¿Dónde estabas ayer cuando tuve el accidente? -le preguntó Peter.
-En Londres... eh... tengo un negocio allí -contestó Lali preguntándose qué guión iba a seguir.
Los estaba esperando una limusina de cristales tintados. El chofer se quitó la gorra y les abrió la puerta. Al verse en un coche tan lujoso, Lali tuvo que hacer un gran esfuerzo para no quedarse con la boca abierta.
-¿Cuánto tiempo llevamos casados? -le preguntó Peter.
-Creo que sería mejor que no te diera demasiados datos -contestó Lali.
-Quiero saberlo todo -insistió él poniéndole la mano en el brazo.
Sorprendida por la facilidad con la que la había tocado, Lali se estremeció.
-Tu médico ha dicho que hay que ir diciéndote las cosas poco a poco.
-Eso lo ha dicho el médico, pero yo no opino lo mismo.
-Siento mucho decirte que no pienso arriesgarme a que no te recuperes, así que voy a seguir los consejos del doctor Lerther -insistió Lali.
-Eso es una tontería.
-Dentro de unos días, habrás recuperado la memoria por completo -le recordó Lali-.
Será mucho mejor así.
-¿Y mientras tanto? -preguntó Peter mirándola a la boca y dejándola sin aliento.
Lali sintió una descarga eléctrica por todo el cuerpo y la mente se le quedó en blanco.
-¿Mientras tanto? -repitió como un loro.
-Tú y yo -le aclaró Peter mirándola con interés y haciéndola enrojecer-. ¿Qué se supone que debo hacer con una esposa a la que no recuerdo?
-No hace falta que hagas nada. Simplemente, tienes que confiar en ella porque va a cuidar de ti contestó Lali sintiéndose como una adolescente enamoriscada.